Susana Giménez termina su ciclo 2017 con una sorpresa y el regreso de Antonio Gasalla
Los 30 años del programa tendrá un cierre espectacular, que se realizará en el Gran Rex: contará de nuevo con el capocómico; habrá un sketch con 107 figuras y la diva volverá a protagonizar un musical; su productor Federico Levrino nos anticipó detalles de la despedida
Todo tiene un final, todo termina. El próximo domingo, Susana Giménez se pondrá al frente de su programa por última vez en este 2017. Será el adiós a su temporada número treinta. Un año especial para la diva y para su show. No es habitual permanecer tres décadas al aire y con el acompañamiento masivo de la audiencia. Pero ella puede. Sabe que ese amor construido con sus fans es indestructible. Haga lo que haga, invite a quien invite. El público la quiere ver a ella y le perdona todo (o casi todo). Así sucedió desde aquel día de 1987 en el que debutó al mediodía por la pantalla de ATC (Argentina Televisora Color). Y así sucede hoy, cada noche de domingo, por Telefe. Con puntualidad rigurosa, algo exigido por la diva y que se cumple a rajatabla cada semana, el domingo próximo, a las 22, Susana abrirá su gran gala estelar y le pondrá todos los condimentos para seducir a los televidentes.
La producción les preparó a Susana y a su público una noche a la medida del acontecimiento. El programa saldrá en vivo, desde el Teatro Gran Rex, donde la estrella ya celebró, en 2004, su transmisión número 2500. Con el marco espectacular que otorgará la sala más grande de la ciudad de Buenos Aires, la diva desembarcará con artillería pesada para cerrar a lo grande. “El Gran Rex estará acondicionado de manera increíble. Habrá una pasarela gigante que Susana transitará para estar muy cerca del público y una batería de luces únicas, montadas especialmente”, explica a LA NACION Federico Levrino, productor ejecutivo del programa.
En la última emisión estarán presentes: Antonio Gasalla ; Malevo (el grupo de danza folklórica for export), la banda CNCO que hará bailar a todos con su hit “Reggaetón lento”, y se verá un sketch especial: una película a modo de homenaje por los treinta años del programa con la participación de 107 figuras del espectáculo. “El último bloque, en el cierre, será muy especial porque acompañarán a Susana un montón de amigos famosos, de la vida, gente que ella quiere mucho”, asegura Levrino en un alto de la vorágine que imprime la cuenta regresiva de la transmisión.
Además, habrá un móvil en vivo en el Obelisco, donde se instalará la cuponera gigante. Allí, el “Susano” Marcelito en cuanto la diva le espete su habitual “Marcelito, ¿estás ahí?”, será el encargado de tomar al azar un cupón entre los miles recibidos y, escribana mediante, anunciar al ganador del millón de pesos y de una casa. “Una sola persona ganará todo”, adelanta el productor.
Sin dudas, uno de los momentos más esperado será el musical que la diva protagonizará. Hace días que Susana está ensayando para lucir espléndida en uno de los segmentos que supo ser uno de los grandes atractivos de su programa. Su productor ejecutivo sabe que este será uno de los imanes del show porque “Susana hace diez años que no realiza un musical. Será una gran sorpresa en vivo y con un tema estreno”.
La Abuela
Uno de los platos fuertes de la noche será la vuelta de Antonio Gasalla. Otra vez, el cómico se pondrá la mañanita, la peluca canosa y los anteojos para recrear a La Abuela. El querible personaje se convierte siempre en la oportunidad para que la animadora hable de sus cuestiones más íntimas. La impunidad de las preguntas de la inimputable anciana le permite a Susana responder todo aquello que “el pueblo quiere saber”. Sin ensayo, sin guión, pero con un guiño compartido en el que una parte sabe por dónde llevar la charla y la otra qué contestar con aires de “yo no fui”. Complicidad entre ellos y connivencia con la audiencia que disfrutará de este repaso de fin de año con temas personales, chismes de la farándula y alguna referencia a la acalorada situación del país, modificación de la ley previsional mediante, una realidad que toca de cerca al personaje interpretado por el actor.
La vuelta de Antonio Gasalla al programa tiene otro gran atractivo. El actor abandonó la temporada a comienzos de octubre porque decidió irse a hacer teatro a Nueva Jersey, una plaza extraña y más para un actor que no tiene desarrollada una carrera internacional. Finalmente, eso no sucedió y el cómico regresó al país con vistas a nuevos proyectos teatrales. Pero no solo la posibilidad potencial de trabajar afuera habría alejado a Gasalla de la producción del programa. La incorporación de Fátima Florez como figura estable del show y de los Midachi con cuatro participaciones (intercambio promocional para difundir la temporada en el Teatro Opera del grupo), habrían enfurecido a quien llevaba adelante la apertura del programa con su personaje de la Empleada Pública. El cómico sintió que su exclusividad como humorista del programa había sido vulnerada. De manera solapada, la imitadora se convirtió en su “enemiga pública número uno” y se lo hizo saber con frialdad cada vez que se la cruzó al aire. Fátima quiso poner paños fríos cuando imitó a la propia Susana en el sketch de Gasalla y lo aduló. Pero el actor no se quedó atrás y espetó un “si yo no abro la puerta, acá nadie entra”. Se refería al espacio de la Empleada Pública, pero las resonancias iban más allá. Fátima lloró en público. Él se desentendió del tema. Pero lo cierto es que renunció con el barco en marcha.
Con todo, la apertura de Gasalla siempre midió bien. El capocómico es un número uno en lo suyo y conforma una dupla inigualable con Susana. Se entienden. Se miran y ya saben cómo seguir en un sketch sin guión ni pautas previas. Pura improvisación. Un espacio que no se privó de tener a Jorge Lanata, curiosamente a la semana siguiente competidor en otro canal a la misma hora, o a Silvio Soldán con una imitación de Silvia Süller que lo incomodó.
Con la partida de Antonio Gasalla, Fátima respiró aliviada y participó de algunos programas haciendo lo suyo. Lizy Talgliani, por su parte, encabezó un nuevo sketch ambientado en una verdulería con la presencia de invitados especiales.
Año de primicias
El living de Susana es un espacio codiciado. Las celebridades saben que la diva no los hará pasar un mal momento, que los tratará con respeto y que, además, serán vistos por millones de televidentes. Susana cuida ese lugar y preserva especialmente los nombres que pasarán por la charla. Su charla. Ese contexto es ideal para que desfilen figuritas difíciles de roer y celebridades con ganas de dar una primicia en el lugar indicado.
Así, la Giménez no se privó de tener a Adrián Suar. Y, en otro programa, a su ex Araceli González con su actual pareja Fabián Mazzei. Entuerto conyugal mediante, y siendo Susana productora de Sugar, protagonizada por Griselda Siciliani, ex de Suar, la diva se cuidó de no meter la pata, tener a todos y a todas en su sillón, y preservar el buen nombre de su chica mimada, que también desfiló por el programa y hoy es la estrella de la Calle Corrientes.
En la emisión del último domingo, Marley presentó a su hijo Mirko. El rating estalló y la charla se extendió más de una hora con momentos desopilantes. Susana no dudó en cambiarle los pañales al bebe, sabiendo que eso haría el deleite de sus fans y sería comidilla de la semana.
Otro momento desopilante lo protagonizó Verónica Castro, quien se subió a los sillones blanquísimos en medio de la charla entre Susana y Moria Casán. Moria disfrutó de la visita al programa. Sobraron alabanzas entre la anfitriona y la invitada. Pero, como es modalidad, Moria luego la criticó con dureza. Más amorosa fue la presencia de Sofía Gala Castiglione, hija de la vedette.
Un clima diferente se vivió en el living de la diva cuando fue la mexicana Mónica García de la Fuente, la mujer del ex vicepresidente Amado Bodou, quien lució su embarazo y se prestó a las preguntas de una Susana que se debatía entre la cordialidad y la incomodidad, al punto tal de decir al aire que ya no sabía qué más preguntar. El segmento medía y los productores querían sacarle el jugo lo más posible a la invitada.
La llegada de Claudia Villafañe al set fue otro acierto periodístico. Sucedió el 25 de junio. Y aquella sonada entrevista en la que Claudia habló, por primera vez de su actual pareja, trajo esta semana consecuencias legales. Diego Maradona había pedido que no se lo nombrara a él ni a su hijo Diego Fernando. Bozal legal, se dice ahora. Eufemismo para poner trabas a una charla abierta. Esta semana, Susana y Claudia fueron imputadas por una supuesta ruptura de aquella limitación judicial.
La emoción también dijo presente. Cris Morena fue homenajeada y, desde ya, la figura de Romina Yan, su hija fallecida, merodeó la conversación conmoviendo a la diva y a la audiencia. El actor Emilio Disi, quien participara durante años del sketch del programa, conversó con Susana sobre su actual estado de salud. Susana lo contuvo en una charla llena de ternura.
La incontenible Silvia Süller le hizo confesar a Susana que había sido atendida por Giselle Rímolo y la diva se explayó aún más al contar las peligrosas consecuencias que había tenido al consumir unas pastillas recomendadas por la ex de Soldán, hoy privada de su libertad.
En la emisión desde el Gran Rex “no habrá living porque el marco no es el propicio para una charla de ese tipo. En cambio se presta más para el show y lo espectacular”, aclara Levrino a LA NACION.
Como en botica
De todo tuvo el programa. Los musicales de Cacho Castaña, Maluma, Palito Ortega, Romeo Santos o David Bisbal. Como todos los años, pasó Ricardo Darín y Susana protagonizó algún que otro blooper a su estilo. Sin dinosaurios vivos, pero con un perrito que hizo sus necesidades sobre la ropa de la animadora.
Susana termina uno de sus mejores años laborales y personales. Declarada Ciudadana Ilustre de la Ciudad, disfruta de su vigencia a prueba de calendarios. Y en este 2017 a punto de concluir hasta se dio el gusto de tener dos especiales fuera de rutina mostrando la vida de Luisana Lopilato en Canadá y la de Wanda Nara en Italia.¿El rating? Otra vez a su favor, con algunos domingos mejores que otros.
El adiós es, en realidad, un hasta luego hasta mediados de 2018. Susana se tomará sus tradicionales vacaciones de seis meses donde disfrutará de La Tertulia, su rancho de 110 hectáreas a quince kilómetros de Laguna Garzón en Uruguay; de su mansión en Miami; y de su infaltable visita al Mundial de Fútbol que se disputará en Rusia. “Susana y el canal deciden cuándo es el regreso”, anuncia Levrino.
Aún no está claro si Susana cubrirá el Mundial para su programa y si la temporada número 31 se estrenará antes o después de la realización del gran acontecimiento deportivo. Una de las posibilidades es que la diva salga en vivo desde Rusia, pero los costos son muy elevados y se convierten en un escollo importante.
“Para mí es un orgullo acompañar a Susana, la quiero mucho. Y aprendo de ella. Susana decide y la producción acompaña”, concluye el productor antes de abandonar su oficina en Telefe rumbo al Teatro Gran Rex para estar presente durante la prueba de luz y sonido.
Luego de su agenda sibarita y sabática, la señora Giménez Aubert tendrá las pilas recargadas para volver a enfrentar a las cámaras. A pesar de rumores de mudanza a ElTrece (todos los años reviven esas versiones), la diva seguirá en el canal que ahora depende de las manos norteamericanas de Viacom, que la recibió, a comienzos de año, con bombos y platillos y una pantalla de led gigante en Times Square, otorgándole un rango estelar.
Antes del descanso y antes del regreso, se producirá el rimbombante fin de ciclo. El epílogo de la temporada número treinta de una Susana que mantiene intacto el amor de su público, ese romance inalterable de hace tres décadas.
Más leídas de Televisión
Momento retro. Gerardo Sofovich, Stella Maris Lanzani y un despido televisado que se volvió furor en TikTok
La despedida de Cocineros argentinos. Un guiso federal, una choripaneada, el regreso del primer conductor y más de 100 invitados
"Me cuesta decirlo". Rosina Beltrán de Gran Hermano: el doloroso abandono de su padre, su relación con Lucía y la historia con Joel antes de la casa