Tiempos compulsivos
Tiempos compulsivos, serie producida por Pol-Ka / Autor: Javier Daulte / Elenco: Rodrigo de la Serna, Paola Krum, Fernan Miras, Gloria Carra, Carla Peterson, Guillermo Arengo, Pilar Gamboa, Juan Minujín, Julieta Vallina, Marilu Marini / Jefa de producción: Julieta Martinelli / Coordinación de producción: Ivana Polonsky / Asistente de dirección: Alejandro Ibañez / Producción ejecutiva: Diego Andrasnik / Dirección: Daniel Barone / Día: miércoles / Hora: 22.30 / Canal: El Trece.
Nuestra opinión: buena.
Un particular hospital psiquiátrico de día al que asisten a tratarse pacientes ambulatorios con serios trastornos mentales. La patología de cada uno de ellos. Los trastornos no declarados que sufren los profesionales que los tratan. Los problemas personales a los que deben enfrentarse a diario unos y otros. Esta es la materia prima de que se nutre la historia de esta serie.
Con la intención declarada del autor de mostrar, a través de esta colección de pacientes con severas compulsiones y de quienes lo rodean -tampoco exentos de rasgos psicóticos-, una sociedad medularmente impregnada de locura, Tiempos compulsivos se ubica en un universo violento, oscuro y sórdido que en el primer episodio no cedió su espacio a zonas más balsámicas. Un recurso que puede resultar tentador como alternativa para atrapar a los espectadores, pero que tiene el peligro de despertar cierto rechazo al exagerar una realidad a la que uno percibe perturbada, pero no hasta el punto que muestra el programa.
El elenco con el que cuenta el ciclo es sin duda su valor más importante. Cada uno de sus integrantes esgrime sus mejores armas para dar vida a personajes de características complejas y consiguen hacerlos creíbles, aun cuando la verosimilitud de ellos no se encuentre exenta de fisuras. El otro elemento ponderable es la realización en general, donde la experiencia que han ido acumulando los equipos profesionales que la llevan a cabo, a lo largo de los años que funciona la productora, consigue rasgos admirables.
Donde hace agua la propuesta es en la indefinición de género que se manifiesta en la puesta en escena. Por momentos, la historia aparece mostrada con la estética de un unitario televisivo dramático común y silvestre. Otros pasajes se tienen un tratamiento cinematográfico de características definidas para un policial negro y hasta en ciertos momentos se perfilaron indicios de que puede haber en el futuro segmentos en los que lo que prime sea la comedia. Cada uno de estos recursos estuvo resuelto de manera irreprochable. Su presencia hace sospechar la búsqueda de estructuras narrativas innovadoras para el medio. Sin embargo, la timidez que denota la mezcla de estos recursos, sin asumir la elección definida de uno de ellos, diluye esa perspectiva.
La presentación de los personajes tampoco apareció bien resuelta al ser realizada a través de recursos que se superponen, como el relato casi literario de alguno de ellos, la acción directa en ciertas escenas y los innecesarios flashes en que los personajes hablan de sí mismos.
14,8
Puntos de rating
El debut quedó quinto entre los programas más vistos del día.