Lo que no se vio de los Martín Fierro. Un premio sin secretos
En la ceremonia en la que se impuso Farsantes triunfó el acceso casi irrestricto a lo que antes era el backstage de una fiesta vedada al público
Hace unos años, no demasiados, lo que sucedía en el salón de la ceremonia de los Martín Fierro era un misterio. Allí donde las cámaras del canal encargado de la transmisión no conseguían llegar, crecía el secreto. Un secreto pactado entre los invitados a la fiesta, que sabían guardarlo, aunque los profesionales del chisme hicieran lo posible por revelarlo. Y, entonces, el público disfrutaba de las pequeñas filtraciones, la pelea de esos rivales inesperados, la reconciliación de aquellos enemigos eternos y los rumores omnipresentes sobre el destino del premio más importante de la noche. Pero todo eso cambió. Ahora, lo que sucede en las mesas de nominados e invitados, las charlas y los encuentros que ocurren en ese pasillo que divide el salón en dos, se ve y se sabe apenas ocurre. De la divertida opacidad de los tiempos anteriores a la transparencia de hoy, auspiciada por smartphones y redes sociales que ponen a todo el mundo en guardia, siempre sonrientes para la foto que está por venir. Y qué apropiado que el gran ganador haya sido un ciclo llamado Farsantes.
- Salón vacío de gente, pero repleto de rumores. "Lanata no vino. Debe saber que pierde." "El Oro es para Farsantes." "Mirtha gana como mejor conductora, seguro." Faltan unos minutos para que comience la ceremonia, y aunque el salón está semivacío, los rumores circulan a una velocidad que impresiona. Los primeros en llegar plantan las semillas de la suspicacia, las dudas y las certezas sobre los premios para entretenerse un rato hasta que todo comience en serio y llegue el momento de ver ingresar a Susana Giménez, tan espléndida ella, salvo que casi se tropieza en cámara caminando hacia su mesa, ubicada frente al escenario. O de comprobar que Lanata no tenía ninguna intención de perderse la entrega. Más allá de lo que se dijera por ahí.
- Ni en taxi ni en remise: a dedo. Cuando se fijó la fecha para la ceremonia de los Martín Fierro, nadie imaginaba que coincidiría con el final del campeonato de fútbol y los festejos de River, que se desplegaron por el centro porteño. Uno de los más sorprendidos por todo el asunto fue Pablo Codevilla, que para llegar al Hilton desde el teatro Metropolitan no tuvo más opción que hacer dedo. "Hola, soy Pablo Codevilla. ¿Me acercaría al Hilton?", fue la frase que utilizó para convencer al automovilista que había llegado hasta donde ningún otro coche podía acceder, entre los miles de fanáticos del fútbol en el Obelisco.
- Las selfies, de los Oscar a los Fierro. Desde que en la última ceremonia de los Oscar Ellen DeGeneres transformó una autofoto de ella y algunas de las estrellas más glamorosas y talentosas de Hollywood en un fenómeno global, la fiebre selfie invadió las redes sociales y transformó un evento como el de anteanoche en un festival del flash fácil. Para contribuir al asunto, la producción de El Trece realizó un acuerdo con Twitter para utilizar una aplicación, Twitter Mirror, que permitió sacarse fotos, firmarlas y subirlas a la cuenta oficial del canal. Más allá de la estrategia de los organizadores, lo cierto es que el efecto DeGeneres se veía en cada mesa y rincón del salón Pacífico. Si hasta en el baño la joven Candela Vetrano aceptaba con una sonrisa sincera sacarse una foto con una admiradora que no perdió tiempo en agradecerle el gesto. Es que estaba ocupada subiendo la imagen a Twitter y a Facebook. Nueva imagen de su perfil hasta que tal vez aparezca alguien más famoso en el toilette. Y la suerte está de su parte: porque la puerta del baño se abre y entra Florencia de la V.
- La fiesta que no miramos. Detrás del escenario hay un Martín Fierro que nadie ve. El lugar, que en realidad queda al costado del escenario, es hacia donde marchan los ganadores con su premio en mano rumbo a los fotógrafos y cronistas de las revistas que llenarán páginas y páginas con la imagen de los invitados. Trabajando rápido y con una concentración admirable, esperan con paciencia a sus entrevistados, tan cerca pero tan lejos de esa ceremonia que está ocurriendo, literalmente, pared de por medio.
- De la mitad para adelante. Las mesas ubicadas más cerca del escenario son, en términos de fiesta de casamiento, las principales. Dos de ellas están siempre reservadas para Susana Giménez y Mirtha Legrand, que desde que llegan hasta que se van no se mueven de sus asientos listas para recibir a quienes se acercan a rendirles pleitesía. Son las primeras en aplaudir los homenajes y en emocionarse con la despedida a los que ya no están. Todo mientras a sus espaldas, de la mitad del salón hacia atrás, ya nadie presta atención. La mayoría, rodeados de pantallas gigantes, no levanta la vista de la más chica pero más absorbente pantalla de su celular. Que probablemente reproduzca lo que está sucediendo por allá, de la mitad hacia adelante del salón.
Claroscuros en Twitter
@rialjorge: Si no le dan ya alcohol a Solita este #MartinFierro2014 pinta aburrido. Por lo menos que se tome la nafta que llevo Lanata en el bidón.
@alfredocasero: nomas aclaro que por mas que se repartan esos premios, LO MEJOR POR EL ORTO, fue la familia labrpoulos. ame trabajar con vivian y con Pablo
@ramirezdenegro: DESPUES DE HABER USADO UN VESTIDO VARIAS VECES UNA FAMOSA ME DIJO "SI NO LO HUBIERA USADO TANTO TE JURO QUE ESTE VESTIDO ERA PARA COMPRARLO"
@cris_telefe: No tengo palabras para tantas muestras de cariño. Hoy celebramos en la redacción todos juntos y estamos muy agradecidos. cc @barilirodolfo
@VivianElJaberOK: miles de gracias por el Martin Fierro.
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