Todo puede suceder

La tentación de anticiparse al tiempo y adjudicarle hoy mismo a La forma del agua un triunfo amplio en la ceremonia del domingo 4 de marzo es muy fuerte. Sus 13 nominaciones cubren todas las expectativas de la industria, desde las categorías técnicas hasta los méritos artísticos más calificados: director, guionista, actores. Es muy sencillo sumar todos estos reconocimientos para llegar a una conclusión evidente: quien más nominaciones acumula es quien más cerca está de merecer el premio mayor.

Pero con el Oscar no todo es tan sencillo. Por más que La forma del agua haya superado ayer las expectativas más optimistas de éxito anticipado, sobre todo a expensas de su principal rival, Tres anuncios por un crimen, con una ausencia (la del director Martin McDonagh) mucho más visible y dura de afrontar que sus siete presencias en la lista completa de candidatos.

El Oscar 2018 tiene una característica saliente: la abundancia de títulos con potencial suficiente como para convertir esa pelea mano a mano entre dos únicos candidatos en pura apariencia. Ayer hubo muchas sorpresas y el mecanismo de preferencia que se aplica para la votación del premio mayor podría terminar favoreciendo a terceras posiciones. ¿Por qué no confiar en las chances de una cenicienta tan apreciada como Lady Bird? ¿O en la aparición rutilante, por fin, de un film de género como ¡Huye!? ¿O en el entusiasmo que sigue despertando Dunkerque a pesar de no tener candidatos actores ni guionistas? Todavía no está dicha la última palabra.