Tres actores "pipones"
Miguel Ángel Rodríguez llega a los ensayos con el tiempo justo, después de la jornada de trabajo en Golpe al corazón, la tira de Telefé. En marzo termina y seguramente definirá lo que hoy es una conversación informal: su retorno a Pol-ka. Campi resignó unas vacaciones planeadas en familia y pospuso una propuesta televisiva, mientras macera a fuego lento un proyecto teatral propio, que implicará hacer Shakespeare desde la mirada del unipersonal. Karina K abandonó su protagónico de Mamapunk (es su productora, directora, actriz y guionista), que estará a cargo de Cynthia Manzi.
Paradójicamente, ninguno de los tres protagonistas de ¿Qué hacemos con Walter? siente lo que deja, posterga o superpone como una pérdida. Todos están deslumbrados por el influjo de Campanella. "Dije que sí antes de leer la obra -reconoce Campi-. Vi todo lo que hizo y me reconozco con una sensibilidad muy parecida a la suya. Me gusta ese tipo de costumbrismo a lo Roberto Cossa, que no tienen otros autores".
"Leí la obra en un día y nunca me reí tanto -admite Karina K-. Tiene un valor enorme desde lo coral. Está bien expuesta nuestra idiosincrasia. Hay un trasfondo xenofóbico, de no aceptar lo comunitario, que nos pinta perfectamente". Por su parte, Rodríguez subraya que estaba haciendo Justo en lo mejor de mi vida cuando recibió esta propuesta. Hablé con Beto [Brandoni] y me dijo que aceptara. Primero porque me llamaba Juan, con quien había hecho Metegol y algunos capítulos de la serie de Dolina. Es un desafío actoral tremendo, porque tengo que tocar otra tecla: la comedia, con todos los ingredientes que le aporta Campanella. Además, es volver a la calle Corrientes".
-¿Cómo es la doble experiencia de tener sus propios proyectos y, a la vez, aceptar ser dirigidos?
Campi: -Vengo de cinco años de no ser dirigido ni en televisión ni en teatro. Necesitaba ser dirigido. Me lo exigí. Para tener la máquina aceitada.
Karina: -No pongo resistencia nunca. Cuando trabajo con un director entiendo y acepto. No me meto en la puesta: aprendo.
Rodríguez: -Juan tiene las cosas muy claras. A lo mejor no lo entendés, pero él sabe ver cosas que vos no. Yo no soy director, pero hablamos mucho en las reuniones de trabajo y entendí que sabe cómo quiere plasmar las cosas.
-¿Qué hacemos con Walter?
Campi: -La obra trata de qué hacemos cuando tenemos un problema a resolver y nosotros somos el problema. En esta reunión pasa lo mismo que en la calle. Es un espejo divino.
Karina: -La reflexión es qué hacemos con nuestros propios prejuicios, qué hacemos con nosotros mismos.
Rodríguez: -Los amantes de lo que hace Campanella se van a sentir representados y van a salir pipones, pipones.
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