Una vez, Santiago Ponzinibbio ganó una pelea con el brazo fracturado en diez partes. "Me lo rompí a los dos minutos del primer round, pero seguí", dice. Los jueces le dieron la victoria por decisión unánime frente a Leonardo Santos, un brasileño que hoy, como él, pelea para UFC , la empresa estadounidense que organiza los eventos de artes marciales mixtas (MMA, por sus siglas en inglés) más importantes del planeta. "Él había sido siete veces campeón mundial, un gran atleta. Y le gané con un brazo solo. A veces metía la mano y se me doblaba toda, era como de goma."
Lo dijo Sergio "Maravilla" Martínez, y Santiago está de acuerdo: cuando se mueve en las grandes ligas, al peleador latino no le alcanza con ganar, también tiene que entretener. Esa garra extra, la que hace que el dolor insoportable de un radio fracturado tenga que esperar porque el show debe continuar, es la que convirtió a este platense de 32 años en uno de los animadores del mundillo de las MMA. En ese plan llega a Buenos Aires: como embajador de la franquicia UFC y número principal de la velada del 17 de este mes en el Parque Roca, en la que enfrentará dentro de la categoría wélter al neoyorquino Neil Magny. Si gana, el año que viene irá por el título del mundo.
A los 20, Ponzinibbio se fue de vacaciones a Brasil, y finalmente se quedó a vivir para perfeccionarse en jiu-jitsu. Vendió sándwiches en la playa y lavó copas, hasta que se anotó en un reality show de lucha que le permitió dar el salto a la UFC. Hoy vive en Estados Unidos. A Argentina volvió solo para cumpleaños familiares y descansos en la Patagonia. Hasta hoy. "Yo peleé mucho de visitante: en Europa, en Canadá, en Brasil", dice. "Esta vez, voy a estar en casa. Y esa energía la voy a usar para dar más del 100%."
¿Cuál es la estrategia para la pelea con Magny?
Él es un atleta versátil. Tiene la mayor distancia de la categoría, muy buen reach. Hace de todo un poco: intercambia, tiene un buen grappling. Creo que cuando sienta mi presión va a intentar agarrar. Mi estrategia no la cambio: siempre salgo a meter presión, meter golpes y buscar el KO. Si él no quiere quedarse en el piso y se levanta, le voy a pegar durante 25 minutos, y si no, lo voy a noquear. Estoy muy confiado, vengo haciendo un muy buen trabajo para defender los derribos y para trabajarlo en pie, y si tengo que ir al piso también tengo todas las armas.
¿Tuvo mucho que ver tu record 8-2 en UFC para que se haga este evento?
Creo que sí, sin un atleta referente no sé si hubiera ido para allá. No hay muchos atletas en Argentina, eso dificulta mucho. Se viene pidiendo desde hace mucho tiempo y los resultados están ayudando mucho. Estoy cerquita del título. Esto para mí es un sueño: pelear en casa, con todo lo que se está generando, la gente está conociendo cada vez más el deporte, en un estadio grande de casi 15 mil personas.
Conor McGregor ayudó mucho a difundir las MMA con su crossover al boxeo con Floyd Mayweather. ¿Te tentaste o te tentaron para seguir su camino?
Sí, a mí me encanta el box. Es lo que más entreno. Estoy seguro de que voy a hacer una pelea de boxeo profesional. Después de que gane el cinturón de UFC: para 2019 el objetivo es ganar el título mundial y por suerte estoy en camino. Y después de que sea campeón del mundo, voy a hacer una pelea de boxeo profesional. Lo tengo pendiente y como buen cabeza dura que soy lo voy a hacer.
Pero primero vas por el campeón, Tyron Woodley...
Si es el que tiene el cinturón, va a ser el que va a caer. Después de esta victoria en Argentina voy a quedar en la puerta. Quizás tenga que hacer una pelea más o iré directo por el título, pero no tiene que pasar de mitad de año que yo peleé por el título de la categoría. Igual ahora mi cinturón es Magny, no existe nada más. Tengo en claro que tengo que ganar esta pelea y estoy enfocado en esto.
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