Un Fidelio fiel a Fidelio
Fidelio, de Ludwig van Beethoven / Dirección musical: Francisco Rettig / Dirección de escena: Eugenio Zanetti / Reparto: Carla Filipcic Holm, Zoran Todorovich, Homero Pérez Miranda, Mafred Hemm, Jacquelina Livieri, Hernán Iturralde, Santiago Bürgi / En el Teatro Colón / Nuestra opinión: bueno
Hay varias incomodidades en Fidelio. El simple hecho de que Beethoven haya dado tantas vueltas y escrito tantas versiones alcanzaría para probarlo. Esta ópera, la única del compositor, muestras estrías que son bien diferentes de las que caracterizan su estilo tardío: lo que escuchamos aquí son las huellas de una insatisfacción formal con el género y, a la vez, la presión insostenible de competir con el modelo mozartiano precedente. Fidelio no es una obra redonda, pero, por otro lado, su configuración parece, pese a todo, inevitable tal como es.
Ninguna lectura, musical ni escénica, puede desentenderse de semejantes ambigüedades. La puesta de Eugenio Zanetti decide en este sentido no correr ningún riesgo y opta por una estilización eficaz, que paga el precio de no entregar mucho a cambio. Hay una monumentalidad en el primer acto que conspira contra un drama que se centra en el encierro y en la intimidad. Tiene razón Zanetti al creer que Fidelio es "atemporal". Podría por eso situarse en cualquier tiempo, pero no, como propone Zanetti, en todos los tiempos a la vez, de las columnas griegas a las tanquetas de asalto. En el segundo acto, dominado por la claustrofobia del calabozo, las cosas mejoran bastante, aun cuando no convenza del todo la línea de fuga mitológica con la inclusión, en el finale, de una dudosa réplica en dorado de Apolo y Dafne, la escultura de Bernini.
El enfoque musical de Francisco Rettig acertó sin vacilaciones, por decirlo así, con la dramaturgia temporal, salvo por un detalle crucial: la inclusión de la obertura Leonora III al inicio del segundo acto. Es cierto que esas escalas un poco desplazadas en el presto de la obertura deparan un efecto angustioso, más bien frenético, en línea con la escena del calabozo que vendrá enseguida, pero de todos modos su irrupción al principio no parece del todo justificable. Hubo por otra parte pifies varios ya desde la obertura y numerosos desajustes en la cuerda. Con todo, la conducción de los diálogos fue animada y la orquesta estuvo a la altura por lo menos cuando no debía fallar, en el maravilloso cuarteto del primer acto: la respiración no pudo ser mejor y se escuchó como lo que es, un auténtico Adagio.
Este Fidelio queda justificado sobre todo por las voces, especialmente las del coro, siempre conmovedor, y la de Carla Filipcic Holm como Fidelio/Leonora, que reemplazó a Nadja Michael en el papel. Quien haya escuchado a la soprano en la versión para Buenos Aires Lírica en 2010 ya sabe de lo que ella es capaz. Acá fue más lejos: vocalmente impecable, hizo una Leonora que mostró los pliegues y la entereza. No se puede decir lo mismo de su marido Florestan. Zoran Todorovich, acerado, estuvo exacto pero lejos de cualquier lirismo. Es cierto que el personaje está más cerca del tenor heroico, pero ya probó Ernst Haefliger que existe en él una dimensión lírica.
Como Rocco, Mafred Hemm sonó correcto, aunque no le sacó todo el jugo a la canción del oro. Cumplieron también Homero Pérez Miranda (Don Pizarro), Hernán Iturralde, que consiguió lucirse como Don Fernando aun a pesar de la brevedad de su papel y, un escalón más abajo, Santiago Bürgi como Jaquino. Por su lado, Jacquelina Livieri hizo una Marcelina encantadora, aunque al principio pareció sobrepasada por el poderío de la orquesta. Aquí también pasa algo del mayor interés: Beethoven no podía ignorar que en ocasiones el sonido orquestal haría que la voz se volviera inaudible, y entonces se concluye que pretendía pasajes en los que la voz no se recortara y que formara parte de la orquesta como un instrumento más. Acaso sea otro de los misterios de este verdadero "caso" de la ópera.
Temas
Más leídas de Espectáculos
Con Léa Seydoux. Amor sin tiempo es una película arriesgada y distópica, inspirada en Henry James y la desconexión emocional de nuestros días
Potencia y precisión. Guerra civil: un inquietante escenario futurista que hoy está lejos de ser visto solo como ficción
De Timothée Chalamet a Theo James. Quiénes son los cinco actores que protagonizan las biopics musicales más esperadas