Un film español fue el ganador del Festival de Cine de Mar del Plata
MAR DEL PLATA.- Entre dos aguas, del español Isaki Lacuesta, fue la gran ganadora de la 33» edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata al recibir, ayer, los premios Ástor a Mejor Película y Mejor Actor (Israel Gómez Romero). El film -que había obtenido hace dos meses el máximo galardón también en la muestra de San Sebastián- es una suerte de secuela de La leyenda del tiempo, que el realizador nacido en Cataluña había rodado en 2006, y se centra en las duras historias de vida de dos hermanos gitanos (antes niños, ahora veinteañeros), muy distintos entre sí, en una suerte de Boyhood gitana ambientada en la isla andaluza de San Fernando.
La otra gran vencedora fue también una mixtura entre una propuesta de fuerte esencia documental con recursos de la ficción como What You Gonna Do When the World's on Fire?, registro coral del italiano Roberto Minervini sobre las historias de vida de varios personajes afroamericanos en las zonas más desfavorecidas de los Estados Unidos, que obtuvo las distinciones a Mejor Dirección y Mejor Actriz (Judy Hill).
El Premio Especial del Jurado (que integraron Luis Miñarro, María Bonsanti, Valerie Massadian, Andrei Ujica y María Alché) fue compartido por Chuva é cantoria na aldeia dos mortos, coproducción entre Portugal y Brasil codirigida por Joâo Salaviza y Renée Nader Messora, sobre Ihjãc, un adolescente indígena (pero ya padre de un bebé) de la comunidad Krahô, que vive en la zona amazónica, y Vendrán lluvias suaves, del argentino Iván Fund, que describe las desventuras de unos niños que vagan solos por la ciudad entrerriana de Crespo en una incursión minimalista en el subgénero que integran Los Goonies, Cuenta conmigo, Súper 8 o la serie de Netflix Stranger Things. Finalmente, el galardón a Mejor Guion fue para el uruguayo Federico Veiroj por Belmonte, tragicomedia sobre las experiencias cotidianas de un artista plástico montevideano, divorciado y con una hija.
La Competencia Argentina tuvo tres premios: el de Mejor Película para El árbol negro, codirigida por Máximo Ciambella y Damián Coluccio, que propone un bello, cuidado, íntimo y, al mismo tiempo, contundente retrato sobre la dinámica interna y las reivindicaciones de una comunidad Qom; una Mención Especial para Julia y el zorro, de Inés María Barrionuevo, que se centra en la tensa relación entre la Julia del título (Umbra Colombo) y Emma (Victoria Castelo Arzubialde), su hija de 12 años, que se instalan en una precaria casona en la zona cordobesa de Unquillo, y el de Mejor Cortometraje que compartieron Mientras las olas, de Delfina Gavaldá y Carmen Rivoira, y Aquel verano sin hogar, de Santiago Reale.
En la Competencia Latinoamericana el galardón a Mejor Largometraje recayó en Fausto, trabajo rodado por la canadiense Andrea Bussmann en la costa de Oaxaca que vincula la obra de Goethe con leyendas milenarias y testimonios de pobladores de la zona, que cuentan sus anécdotas de corte fantástico, surrealista o espiritual en una propuesta hipnótica y de carácter experimental que incluye largas tomas en 16 mm. Por su parte, se otorgó una Mención Especial a Las Cruces, documental de los chilenos Teresa Arredondo Lugon y Carlos Vásquez Méndez ya galardonado en los festivales de Marsella y Valdivia, sobre lo ocurrido en un pueblo de la zona de Laja apenas unos días después del golpe de Estado de septiembre de 1973, cuando 19 operarios de la papelera CMPC (la mayoría sindicalistas o abiertamente de izquierda) fueron arrestados sin notificación alguna a los familiares. Seis años después aparecieron enterrados en una fosa común. Recién en 2013 un policía rompió el pacto de silencio para develar los detalles de la masacre.
En la flamante competencia Estados Alterados (dedicada al cine más audaz y experimental), el único premio fue compartido por Chaos, de Sara Fattahi, y Casanovagen, de Louis Donschen; en Banda Sonora Original (para películas sobre el mundo de la música), la elegida fue Los Knacks: Déjame en el pasado, de los hermanos Mariano y Gabriel Nesci (sobre una banda émula de los Beatles que tuvo una meteórica y fugaz existencia a fines de los años 60 y en los últimos tiempos intentó sin suerte regresar a los primeros planos); en el Work In Progress (películas en desarrollo) triunfó Los conductos, del colombiano Camilo Restrepo; el galardón de la Crítica Joven fue para Terra Franca, retrato de la portuguesa Leonor Teles sobre una familia de pescadores, y el del Público fue para If Beale Street Could Talk, nuevo trabajo del estadounidense Barry Jenkins (ganador del Oscar por Luz de luna) a partir de la novela homónima de James Baldwin sobre la historia de un joven negro a punto de ser padre que es injustamente acusado de un caso de violación.
Premios no oficiales
Si bien fue obviada en el palmarés oficial, Muere, monstruo, muere, película del argentino Alejandro Fadel que combina elementos del cine fantástico (incluidos sofisticados efectos visuales) con una mirada autoral, fue la gran ganadora en los galardones de los jurados independientes al quedarse con los que entregaron AADA (directores de arte), SAE (editores), Sagai y Sadaic.
El premio de los directores de DAC fue para La cama, audaz apuesta de Mónica Lairana; el de los realizadores del PCI para El día que resistía, de Alessia Chiesa; el de la crítica internacional Fipresci y el de Geenpeace para El árbol negro; el de la Asociación de Cronistas para In Fabric, film de terror del inglés Peter Strickland, y el de Signis para Cassandro el exótico!, de la francesa Marie Losier, retrato del excéntrico luchador mexicano nacido en los Estados Unidos.
Por su parte, el documental chileno Las Cruces también se quedó con los premios otorgados por la Recam (Reunión Especializada de Autoridades Cinematográficas y Audiovisuales del Mercosur) y por el SICA (Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina).