Ultima página / Intimidades: la biblioteca de...Gonzalo Demaría. Un muchacho calavera
Los tesoros del espacio preferido de un dramaturgo porteño
LA NACION
- La biblioteca del músico y dramaturgo Gonzalo Demaría es más que un mueble que se compra en un hipermercado. Es el espacio central de su departamento de la avenida Callao, un ambiente que da al baño, a la cocina, al dormitorio, al living y al comedor, y donde están expuestos sus objetos preferidos. Demaría se hace un tiempo, en medio de días agitados por la presentación de su primera novela, Las Pochoeaters, para mostrar y hablar de los objetos que adornan el lugar predilecto de su casa.
- Primero, muestra una calavera que perteneció a su abuelo médico, que era de la escuela de José Ingenieros y de otros médicos higienistas que coincidían con el pensamiento del italiano Cesare Lombroso, positivista criminológico que creía posible detectar taras criminales en las formas del cráneo. "La calavera es el memento mori, frase latina que recuerda que todos vamos a morir. Esta se cree que era de un anarquista catalán, y la llamo Salvador por el catalán que atentó contra la vida del presidente Manuel Quintana", explica Demaría.
- Uno de los lugares favoritos de Demaría es una mesa de juego con mazos de cartas y bebidas alcohólicas, como el ajenjo. "El ajenjo es una bebida de gran graduación alcohólica producida a base de una planta de ese nombre, de larga tradición, porque ya la conocían los griegos y comenzó a difundirse con el ejército colonial francés en Argelia. Se prohibió en la década del veinte, pero aún se consigue en puertos como Barcelona y Marsella. La primera botella que tuve la traje de esta ciudad francesa, de un local que está en el puerto viejo, y después una amiga, Alejandra Radano, trae una para mí cada vez que viaja", detalla.
- "El libro más antiguo que tengo es Las instituciones de Justiniano, una edición madrileña de 1723. Lo heredé de una tía abuela", comenta. Otro libro antiguo, Memorias del mariscal duque de Richelieu. Esta edición, la primera, que es de 1790, revela en clave numérica la identidad del Hombre de la Máscara de Hierro.
- Para Demaría, son fundamentales en su biblioteca sus tres mazos de tarot. "Creo que el tarot es un lenguaje simbólico y que, como decía Carl Jung, da las respuestas que descansan dentro de uno, inducen a la introspección. En pocas palabras, el que pregunta ya tiene la respuesta", cuenta. "Uno de los mazos es el Fournier, del siglo XVIII, con un diseño algo rústico; el Rider Waite, de estilo art nouveau y de principios del siglo XX, y el que me parece más interesante, uno diseñado por la gran bestia, el ocultista inglés Aleister Crowley, muy visual, de mediados del XX", explica el fanático de lo esotérico.
- Demaría señala la hoja de un árbol que usa de señalador en un libro de Jean Genet. "Era de un árbol que un amigo, Christian, robó de una casa de Caseros y trasplantó en la suya. Pero me encanta: me gusta que sea una hoja de la delincuencia".
- El dramaturgo también colecciona un tabloide paraguayo sensacionalista, Esto! "De sangre, sexo y venta de electrodomésticos –resume–. Me atrae la libertad salvaje y, curiosamente, casi inocente con la que se permiten titular las notas. También la crudeza de las fotos, que por momentos parecen cuadros de Francis Bacon, y la mezcla del lenguaje entre el guaraní y el castellano."
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