Una adolescente por buen camino
Christina Aguilera quiere grabar un álbum en castellano, con Enrique Iglesias como invitado.
Causa impresión ver la delicadeza con que maquillan a esta joven de 19 años antes de la sesión fotográfica. Parecería que si no se la tratara con el cuidado necesario, su carita de porcelana se quebraría sin remedio.
Es que Christina Aguilera es una de las chicas más exitosas del momento y su angelical rostro es una de las columnas en que se apoya buena parte de ese suceso que la llevó a concretar su sueño: ser una cantante mundialmente reconocida.
En la última entrega de los prestigiosos premios Grammy, Aguilera fue la única adolescente que se llevó una de las estatuillas a su casa -también estaban nominados los Backstreet Boys, Britney Spears y N´Sync, que se retiraron con las manos vacías- como reconocimiento al artista revelación. Su álbum debut ya lleva vendidas seis millones de copias y lejos quedan los recuerdos de la niña de doce años que bailaba y cantaba en el programa "El nuevo club del ratón Mickey", de Disney.
De paso por Buenos Aires, Aguilera dialogó con La Nación acerca del fenómeno que representa, de los prejuicios que tienen que soportar los artistas de mayor popularidad entre los adolescentes, de su próximo disco en español -muy a pesar de su apellido, no habla ni una palabra en castellano-, de los artistas prefabricados y del gran monstruo que representa hoy la industria de la música.
Futuro en español
Luego de posar al mejor estilo top model para las fotos, la delgada y pequeña rubia, hija de padre ecuatoriano y madre irlandesa, anticipa que su próximo álbum será en español. "La compañía discográfica nunca quiso explotar mi apellido como algo exótico. Pero este proyecto es algo que siempre quise hacer. Quiero cantar boleros para mostrar la parte más suave de mi personalidad. Y me gustaría que Enrique Iglesias participara del álbum."
-El público adolescente suele copiar a sus ídolos. ¿Tenés eso en cuenta, siendo una adolescente?
-No me considero modelo de nadie, simplemente soy una artista a la que le gusta la música. La música me ayuda a expresar mis pensamientos y ésa es la función de mi vida. Si la gente joven vive eso como un modelo, el de ponerse objetivos y lograr sus sueños, entonces está bien que lo tomen y traten de imitarlo. No puedo agradarle a todo el mundo, no van a estar siempre de acuerdo conmigo. Así que yo hago lo que quiero en mi carrera, sin fijarme demasiado en las consecuencias. Sólo trato de llevar adelante mis sueños.
-¿Por qué creés que existen tantos prejuicios sobre los artistas para adolescentes?
-En realidad creo que es algo injusto. Cuando gané el Grammy a revelación me dijeron que lo había ganado porque era vocalista. Yo canto y eso es lo que realmente importa. El problema es que hoy en día hay muchos artistas y grupos prefabricados, que no pueden cantar en vivo en un show sino que hacen playback. Y eso desnaturaliza la música. Lo mío es natural, es mi voz la que mi público escucha.
Segura de sí misma
Aguilera siente que el mundo de la música es muy superfluo, porque se puede tener éxito por ser una producción en la que la calidad de la música no tiene demasiada importancia. "Eso se comprobó -dice- en casos como los de Debbie Gibson o Milli Vanilli, que luego se demostró quiénes eran realmente y hasta dónde podía llegar un producto así. Pero en contraposición están artistas como Madonna, que si bien empezó haciendo música simple, pop y tuvo mala prensa, fue firme, se dedicó a lo suyo y logró lo que quería: ser una mujer estrella. Yo voy por el mismo camino.
Más allá de su candidez casi adolescente, Aguilera se siente muy segura de sí misma. Y cada concepto que desparrama a velocidad supersónica (hablando, podría competir con la velocidad que Tato Bores demostraba en sus monólogos) la muestra como una chica a la que la adultez le llegó demasiado pronto.
Fama y popularidad
"En esta carrera existe un proceso de crecimiento y aprendizaje mucho más rápido que lo normal -se sincera-. Uno viaja todos los días, visita muchos lugares y se encuentra con situaciones completamente nuevas. Las cosas cambian a tu alrededor a cada momento y hay que ver cómo uno se adapta a cada ambiente. Creo que lo difícil en esta profesión es mantener el foco.
Pero si uno es serio, enfoca lo que uno quiere y se olvida de la superficialidad que existe en el ambiente, puede llegar a tener éxito sin confundirse demasiado. El asunto es mantener la cabeza en su lugar, ser positivo y amar lo que uno hace sin olvidar lo que realmente es.
-¿Cuál es tu mayor miedo con respecto a esta industria que suele devorar a los artistas jóvenes?
-El principal miedo es a perderme a mí misma. Estoy aquí porque amo lo que hago; fue un sueño subirme a un escenario, que esos chicos canten mis canciones y poder expresarme de la forma que realmente quiero. Algunas personas pierden la realidad en este ambiente, debido a las ventas y la competencia. Pero uno va aprendiendo de los negocios de la música. Y creo que soy una mujer joven e inteligente (sonríe). No, en serio, tengo mi visión al respecto. Y creo que es porque no quiero perderme. Quiero mantenerme real. Aunque no sé si realmente es un miedo, sino que es algo que le pasó a mucha gente y se ve en varios artistas. Pero no se preocupen, yo voy a estar bien por muchos años.