Una bailarina para el mundo
Cinthia Labaronne logró un respiro de unos días para reencontrarse con Buenos Aires y su padres. Desde el inicio de la temporada con el Ballet de Nancy, no había vuelto a casa. Además, ahora, tiene novedades que pueden cambiar su vida: recibió una propuesta del Ballet Real de Birmingham, de Inglaterra, para establecerse allá. A los 24 años (recién cumplidos), Cinthia remite al fenómeno de los chicos prodigio que se da en todas las áreas. También en la danza clásica. Se sabe que ésta es una disciplina que hay que comenzar a estudiar desde niño, cuando la musculatura y los huesos tienen la flexibilidad propicia para adoptar una técnica contraria a la natural postura del cuerpo. Ella, como la mayoría de los grandes bailarines, se inició muy chiquita en la dura rutina del vocabulario del ballet, que en las mujeres incluye la tortura de las zapatillas de puntas. Inmediatamente, sus dotes la destacaron entre las demás.
El talento que nació con ella fue el mayor pivote, pero el trabajo, el training arduo y la voluntad deben ir unidos. Caso contrario, en este arte no se llega a nada.
Su vocación fue más que el gusto de la nena que quiere tomar clases para convertirse en un ser etéreo parecido a los personajes que la deslumbraron en obras tradicionales. "En mí,sabía que esas hadas que pasaban aladas sobre el escenario eran personas reales", comenta Cinthia en diálogo con La Nación . "Me quería convertir en bailarina. Fue un primer amor." Sigue siendo su pasión, aunque ahora no es el único, desde que a fines del año último se casó con un francés, Pascal Loux.
A los 17 fue contratada como solista del Ballet de Nancy; dos años más tarde, se convirtió en primera figura. Su ritmo, como el de cualquier estrella de compañías europeas, es agobiante y sin entretiempos. ¿Qué la llevó a pensar en este giro de 180 grados, que la llevará a Gran Bretaña? "Hasta ahora, el Ballet de Nancy fue dirigido por Pierre Lacotte, que acaba de jubilarse y será sustituido por Didier Dechamps. En buena medida, Pierre fue mi descubridor, cuando a los 16, siendo yo una integrante del cuerpo de baile del Colón, me eligió como protagonista para su versión de La Sylphide ", dice. Aquél fue un hito que la marcó. Con su juventud, realizó un prototipo memorable del difícil papel.
Una sílfide que no regresó
"Entusiasmado conmigo, Lacotte me incorporó a la compañía en Francia, donde realicé todos los papeles de su obras, en su estilo, que recrea fielmente el romántico. El repertorio allá es amplio, porque va de los clásicos al neoclásico y el contemporáneo. Eso me dio el fogueo necesario, además del apoyo de un maestro como Pierre, superexigente y detallista. Machacaba en lo mínimo, y gracias a ese training estoy preparada para todo."
Tiene una brillante personalidad, con sus ojos y pelo negros y su magnífica técnica, que utiliza tanto en la bravura como en el lirismo. "Después de los años que pasé en Nancy soy una suerte de especialista del ballet romántico, como Giselle , La Sylphide y otros antiguos que Lacotte rescató de ese período. El es un experto en reproducir obras de esa época, por lo que todas tienen el mismo sello. Si bien para mí fue encantador en un primer momento, ahora me resulta monótono hacer siempre el mismo tipo de personajes."
Igualmente, bailó varias piezas de Balanchine, de Petit y de otros grandes coreógrafos. Apenas vuelva, interpretará obras de los modernos Paul Taylor y Nacho Duato.
No le agrada quedarse en los laureles que conquistó holgadamente. "Soy de las personas que creen que los cambios son necesarios para el crecimiento. Me entristece dejar Francia y todo lo que significó ese país, donde comenzó mi trayectoria siendo una adolescente. Pero también allá me hice mujer y adquirí la fortaleza para superar la nostalgia y la soledad. El trabajo incesante es inmejorable para esto.Me entregué a lo que quería como vida y por lo que deseaba luchar. Maduré y supe encontrar la alegría al abrirme a nuevas experiencias."
Y agrega: "Así aprendí lo primordial, no tenerles miedo a los desafíos, a lo que puede transformar un camino en otro desconocido y diferente. Prefiero probar, intentar, dar la cara y sentir la excitación del triunfo interno. Me refiero a ese que se siente cuando se superan los fantasmas, los ratones que suele fabricar la mente cuando dudamos o nos dejamos llevar por el temor".
Muy entusiasmada con el Birmingham, dice: "David Bentley, el director, sostiene el repertorio tradicional y me encantan las versiones que tienen de esas obras, como la de La Bella Durmiente , producción que se vio recientemente en el Colón. Incluye otras de grandes coreógrafos, y, sobre todo, ingleses, que me fascinan. La respuesta final me la dará en junio. Estoy cruzando los dedos para que se concrete, porque sería muy positivo para mi carrera".
Tiempo de mudanza
"Es el momento oportuno. Si no lo hago ahora, no sé si dentro de unos años tendré el impulso de mudarme y acostumbrarme a otro país. En Francia estoy cómoda. Incluso, al casarme compré con mi esposo una casa. Ahora debemos venderla. Mejor que lo hagamos pronto, porque cuanto más nos encariñemos, peor será."
Su esposo, al que conoció allá, no tiene problema en dejar todo para seguirla. "Nos amamos, y respecto de mi trabajo las pautas se hablaron de antemano. Si Pascal no hubiera entendido lo que significa mi carrera (viajes, horarios raros y una existencia de gitanos), seguramente no nos habríamos unido. En este caso, él irá a Inglaterra a la aventura, sin ninguna seguridad laboral. Pero está decidido y hará lo que sea. Es un hombre extraordinario y somos muy felices, ya que hay diálogo y comunicación totales." Otros planes involucran la Argentina. La última vez que bailó aquí fue en el Colón en 1998, cuando se repuso, después de casi dos décadas, la versión de "El Cascanueces", de Nureyev.
"Aún recuerdo a Rudolf, con cuyo grupo actuamos en toda Europa. Fue un artista genial. Cuando me alentaba, yo me desmayaba de emoción." Ahora existe la probabilidad de que sea la protagonista de la misma obra, que cerrará la temporada del ballet ese teatro. También le propusieron actuar con el Ballet del Sur, de Bahía Blanca, en "El lago de los cisnes" y en "La Sylphide".
Uno de sus primeros sueños se realizó cuando a los 14 años ganó la mención de honor del Concurso de Varna. "Ojalá ahora se cumplan éstos. Nuevo milenio, nueva vida."
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