Dos por cuatro, cinco. Uruguay y una pasión rioplatense
Por René Vargas Vera (Enviado especial)
MONTEVIDEO.- Esta ciudad es un oasis para todo el mundo. En especial, para porteños y aporteñados. Oasis creado por los uruguayos, que lo han pergeñado con hospitalidad y sencillez. En ese paisaje bucólico se viene desarrollando, desde hace veintiún años, el encuentro Tango Joven.
Lo alentaron jóvenes estudiantes de abogacía que solían evocar con cariño, desde una emisora local, ese ritmo del 2 x 4, que hizo eclosión en el Buenos Aires de comienzos de siglo, y que Montevideo cultivó como propio.
Montevideo -el Uruguay todo- sigue demostrando en este undécimo Festival Internacional Viva el Tango, inaugurado hace unos días, que ellos aman el tango y lo sienten como uruguayos, sin recelos.
El XI Festival, organizado por el Ministerio de Educación y Cultura, la embajada argentina, la intendencia de Montevideo y Joventango en las personas de Julio Ricardi y Martha Fernández Lodeiro, viene acogiendo expresiones tangueras tan disímiles como la Orquesta del Tango de Buenos Aires (dirigida por los maestros Carlos García y Raúl Garello); nuestro Leopoldo Federico con su orquesta; Susana Rinaldi; la Camerata de Tango (de Montevideo); las orquestas municipales de Concepción del Uruguay y de Río Negro; la Orquesta Filarmónica de Montevideo, el Octeto Académico de Caracas, el New York Tango Quintet, el Trío Conventillo (de Bélgica), el trío La Revancha (de Austria), Tango Real (de Alemania), entre otros.
Un botón como muestra
Basta recordar un solo día de entre los once que demandará el festival para testimoniar el fervor de participantes y público, para reconocer, por ejemplo, a una revelación en el cantor Ricardo Olivera cuando canta "Caminito soleado", en el patio del flamante Shopping Center de Punta Carretas.
O confirmar la mirada retrospectiva hacia esa primera música ciudadana por parte del trío integrado por dos jóvenes austríacos en violín y bandoneón, y el pianista uruguayo Alejandro Sarquistian, acompañando el canto de la uruguaya Natalia Agopian y el argentino Sergio Cataneo, radicado en Austria.
Y en plena medianoche asistir en las instalaciones aledañas a la sede de Joventango, donde en pleno mercado municipal se hizo espacio la cultura con artesanías y salas teatrales, al concurso Nuevas Voces y a la "Milonga de Joventango", que acoge a juveniles cultores del tango en escuelas de danza.
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