EEUU debe superar "trauma" de Afganistán y enfrentar crecientes amenazas, dice informe
Estados Unidos debe superar el "trauma" de dos décadas de guerra e intensificar los esfuerzos antiterroristas para enfrentar crecientes amenazas provenientes de Afganistán y Pakistán, según un informe divulgado el martes.
Un grupo de estudio, dirigido por altos exfuncionarios políticos y militares estadounidenses, dejó claro sin embargo que no abogaba por un regreso a la que fue la guerra más larga en la historia de Estados Unidos, que terminó cuando el presidente Joe Biden retiró totalmente las tropas de Afganistán en 2021 y los talibanes recuperaron el control.
Pero resaltó que, después de la abrumadora estrategia contraterrorista a partir de los ataques sufridos el 11 de septiembre de 2001, el péndulo "parece haber oscilado en la dirección opuesta", a medida que Estados Unidos se concentra en la competencia con China, la invasión rusa de Ucrania y el conflicto entre Israel y el grupo islamista palestino Hamás.
"Tanto quienes toman decisiones como muchos de los que han trabajado dentro de las agencias de seguridad nacional muestran signos de algo así como un trauma colectivo resultante de un esfuerzo antiterrorista de 20 años", expresó el grupo de estudio, convocado en 2022 en el marco del Instituto de la Paz de Estados Unidos.
"El trágico final de la participación de Estados Unidos en Afganistán también lo ha convertido en un tema tóxico, reforzando la inclinación a mantener a la región fuera de la agenda política y del radar del público", alegó.
Sin embargo, advirtió de algunos peligros generados en esa región: los movimientos extremistas están "ganando fuerza en formas que amenazan los intereses de Estados Unidos y sus aliados".
En ese sentido, sostuvo que esas organizaciones han encontrado una "gama de nuevas oportunidades para reagruparse, conspirar y colaborar" en Afganistán contra intereses estadounidenses.
Entre otros, se señala al Estado Islámico de Jorasán, los rivales de los talibanes que igualmente encontraron refugio en Afganistán y estuvieron implicados en un gran atentado en marzo en Moscú, y al grupo Tehreek-e-Taliban de Pakistán, que libra una campaña armada contra el gobierno central de Islamabad.
El informe pide que Estados Unidos sea "menos restrictivo" en el uso de la fuerza contra las amenazas en Afganistán, no apelando a un retorno a la guerra convencional, sino a la acción militar específica contra las amenazas directas identificadas.
También pide a las autoridades estadounidenses que consideren "demostraciones de fuerza", como el uso de aviones no tripulados, para presionar a los líderes talibanes a romper los lazos persistentes con la red islamista Al Qaida.
- Pakistán, ¿única opción? -
Al señalar una caída en la actividad de inteligencia y las capacidades operativas de Washington desde la retirada de Afganistán, el estudio insta a que se vuelva a trabajar coordinadamente con Pakistán, incluso en la lucha contra militantes yihadistas y asegurando el acceso estadounidense a largo plazo al espacio aéreo paquistaní.
Pakistán fue uno de los principales receptores de ayuda estadounidense durante la guerra de Afganistán, pero los responsables en Washington creyeron durante mucho tiempo que Islamabad practicaba un juego a dos puntas y mantenía vivos a los talibanes.
El gobierno Biden ha mostrado poco interés en involucrarse con Pakistán, algo que no fue favorecido además por la tumultuosa situación política del quinto país más poblado del mundo.
"Hay muchas personas que actualmente sirven en los niveles más altos del gobierno de Estados Unidos y que sienten un fuerte disgusto por Pakistán basándose en la experiencia durante los 20 años en Afganistán", dijo Laurel Miller, copresidenta del grupo de estudio, quien ofició como representante especial de Estados Unidos para Afganistán y Pakistán y ahora dirige la organización The Asia Foundation.
"Existe un fuerte sentimiento de que Pakistán tuvo una actitud falsa, por decir lo mínimo, con Estados Unidos", declaró a la AFP.
"Pero hay ciertas realidades inmutables, que incluyen que Pakistán está al lado de Afganistán, que actualmente es un santuario para grupos terroristas", agregó Miller, que por ello cree que "no hay otra opción que tener un tipo de relación con Pakistán que permita a Estados Unidos proteger sus propios intereses en la región".
Entre los autores del informe figuran también Michael Nagata, un teniente general retirado del ejército con experiencia en contraterrorismo, así como Anne Patterson y Michael McKinley, ex embajadores estadounidenses en Pakistán y Afganistán respectivamente.
sct/bfm/llu/mar
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