El postre importado que está de moda en Miami y se consigue en un solo lugar
Los bocaditos llamados ‘kurtos’ surgieron en Europa del Este y se hicieron conocidos en Florida gracias a los inmigrantes
Aunque Miami se considera un punto en el que convergen múltiples culturas y sabores variados, hasta ahora pocas personas habían podido deleitarse con un famoso postre europeo conocido como kürtőskalács en Hungría, o simplemente kurto. Por eso, un emprendedor está decidido a conquistar a los locales con la venta de estas delicias, que al cruzar el Atlántico fueron renombradas como chimney cakes.
“Imagine combinar lo mejor de las donuts, los churros, los helados, el chocolate y sus caramelos favoritos”. Con esta provocativa descripción, Max Goldstein comenzó a publicar en Facebook los avisos de apertura de su nuevo local en el popular centro comercial Dadeland Mall, de Miami.
La historia del postre no está clara. De hecho, los kurtos han sido motivo de disputa entre los países de la zona este de Europa, como Hungría, Rumania y la República Checa, quienes reclaman el origen del bocadillo. “Este postre es una tradición desde hace mucho tiempo”, contó Goldstein en entrevista para El Nuevo Herald. “Cada país tiene una leyenda en torno a ellos”, agregó el propietario de Chimney Cake & Co.
Aunque normalmente estos postres suelen ser dulces, también existen variantes con ingredientes salados. “Los ‘pasteles de chimenea’ se hornean frescos y se enrollan con amor”, presumieron en la página de Facebook. También se pueden agregar otras variantes como el chocolate, frambuesa, limón, café, entre otros. La inauguración oficial del local donde se puede probar este antiguo postre europeo será este 18 y 19 de marzo.
Una historia con muchas variantes
Aunque hay poca información oficial al respecto, la mayoría de las reseñas refieren a Hungría como el país de origen de los postres llamados kürtőskalács, aunque otras versiones más antiguas aseguran que podría ser un derivado de un dulce que se hacía en Transilvania, Rumania.
A pesar de las disputas, representantes de ambos países unieron fuerzas en 2016 para registrar una solicitud en 2016 para que la Unión Europea declarara una denominación de origen para el bocadillo, según el Daily News Hungary. Esta acción tiene el objetivo de proteger el producto en su concepto original, así como sucede con algunas carnes de España o el champagne de Francia.
Las recetas más antiguas señalan que el cilindro de masa ligera debe cocinarse unido a un pincho o sobre una parrilla para exponerlo al fuego directo. En la actualidad, aún se pueden encontrar puestos en las calles de Hungría que siguen el método tradicional, pero en los últimos años, es más frecuente que se utilicen hornos eléctricos o a gas.
El sabor de la cobertura y el relleno también es algo que cada comunidad ha ajustado a sus propios gustos. La receta más popular señala que la masa debe llevar un toque de canela o ralladura de limón; sin embargo, también puede prepararse con una pizca de sal. La forma de preparación de los kurtos y los ingredientes usados hacen que algunos le encuentren parecido a otros pasteles europeos como el skalický trdelník de Eslovaquia y el baumkuchen, de Alemania.
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