Ex boina verde arremete contra la CIA y el FBI por fallida incursión en Venezuela en 2020

MIAMI (AP) — Un ex boina verde acusado de planear una invasión a Venezuela en 2020 para intentar derrocar a Nicolás Maduro arremetió el viernes contra la CIA y el FBI, y afirmó que sabotearon sus esfuerzos para destronar al mandatario izquierdista. Sus abogados afirmaron que contaba con el apoyo del gobierno del entonces presidente Donald Trump para la misión clandestina.

Los abogados de Jordan Goudreau declararon en documentos judiciales por primera vez que el condecorado veterano de combate tenía “autoridad de los niveles más altos del poder ejecutivo” para la incursión anfibia que terminó con varios combatientes muertos y dos de sus colegas de las Fuerzas Especiales de Estados Unidos en una prisión venezolana.

Los documentos presentados ante un tribunal federal de Tampa, donde Goudreau enfrenta cargos de tráfico de armas, coinciden con su reaparición el viernes en las redes sociales, donde publicó un video en el que afirmó que un gobierno estadounidense temeroso fortaleció a Maduro.

El video fue publicado mientras Maduro tomaba posesión para su tercer mandato en medio del rechazo de Estados Unidos y de otros que creen que robó las elecciones del año pasado.

“Quiero felicitar a la CIA y al FBI por un trabajo bien hecho. Debido a sus esfuerzos en Venezuela en 2020 para sabotear mi operación instruida por el poder ejecutivo, Nicolás Maduro está siendo investido hoy”, comentó Goudreau, mostrando un pulgar hacia arriba, en un breve video publicado en Instagram. "¡Buen trabajo, muchachos!”.

La CIA y el FBI declinaron hacer comentarios al respecto.

Goudreau fue arrestado en Manhattan el año pasado por cargos federales de tráfico de armas, en conexión con el extraño plan.

Dos días antes de la incursión planeada, la AP publicó una investigación que detallaba los esfuerzos de Goudreau para recaudar fondos para la incursión del gobierno de Trump, de la oposición de Venezuela y de estadounidenses adinerados interesados en invertir en la industria petrolera de Venezuela, en caso de que Maduro fuera derrocado.

La investigación de la AP no encontró pruebas de que el gobierno de Estados Unidos aprobara la invasión y funcionarios estadounidenses han negado haber tenido algún papel en ella.

El variopinto grupo conformado por desertores del ejército venezolano a quienes Goudreau supuestamente ayudó a armar y entrenar en la vecina Colombia procedió con la incursión, pero fueron capturados por las fuerzas de seguridad de Venezuela, que ya habían infiltrado el grupo. Varios murieron y dos compañeros de Goudreau en los boinas verdes pasaron años en prisiones venezolanas hasta que se realizó un intercambio de prisioneros el año pasado.

La incursión apodada “Operación Gedeón” terminó dando un golpe de relaciones públicas a Maduro, quien ha acusado durante mucho tiempo a Estados Unidos de llevar a cabo acciones encubiertas para desestabilizar a su gobierno, y fue ampliamente ridiculizada como “la Bahía de Cochinitos”, en referencia al fiasco cubano de 1961.

Los abogados de Goudreau alegan que fue reclutado para “Operación Gedeón” por Keith Schiller, quien fue durante muchos años guardaespaldas personal del actual presidente electo Trump. Señalaron que Schiller, que no estaba empleado por el gobierno de Estados Unidos en ese momento, lo llevó a una reunión con varios asesores del líder opositor Juan Guaidó.

La abogada Marissel Descalzo, afincada en Miami, dijo en el documento judicial que los asistentes a la reunión buscaban a alguien para ayudar “a Guaidó con planes para derrocar al presidente Maduro”.

“El señor Goudreau fue informado de que la operación estaba autorizada y aprobada por el poder ejecutivo, particularmente por el vicepresidente Mike Pence”, escribió Descalzo.

El entonces gobierno de Trump no había ocultado su deseo de ver a Maduro fuera, y la empresa de seguridad de un solo hombre de Goudreau, Silvercorp USA, con sede en Florida, había firmado un contrato con Guaidó para explorar una misión para capturar a Maduro, por quien se ofrecía una recompensa de 15 millones de dólares por cargos de tráfico de drogas en Estados Unidos.

El viernes, el gobierno del presidente Joe Biden aumentó la recompensa a 25 millones de dólares en protesta por la permanencia de Maduro en el poder.

Goudreau también afirmó que se reunió en Washington con dos funcionarios estadounidenses, uno de los cuales trabajó brevemente en la oficina de Pence. El ex vicepresidente ha negado tener conocimiento de la trama y ha afirmado que los señalamientos de Goudreau son una completa fabricación.

Los colaboradores de Guaidó en Miami cortaron toda comunicación con Goudreau varios meses antes de la incursión, y señalaron que creían que era mentalmente inestable y que no tenía apoyo del gobierno de Estados Unidos para la operación encubierta.

El gobierno de Trump se desmarcó de cualquier vínculo con la trama, pero Goudreau parece albergar la esperanza de que recibirá un indulto una vez que el presidente electo regrese al cargo el 20 de enero.

En un video publicado hace unos días, Goudreau comparó sus problemas judiciales con los que enfrentan los acusados por el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 para tratar de anular los resultados de las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2020.

“No puedo esperar a que Trump asuma el cargo y aniquile absolutamente al Departamento de Justicia”, dice en ese video.

La cineasta Jen Gatien, que hizo un documental sobre Goudreau llamado “Men at War”, puso su apartamento de 2 millones de dólares en Manhattan como fianza para garantizar la liberación de Goudreau mientras se prepara para el juicio que comenzará en abril. Como condiciones para su liberación, no se le permite salir del estado de Florida, donde reside en la casa de un compañero veterano.

Los fiscales dijeron que planean presentar pruebas de ADN en el juicio de Goudreau, con el fin de demostrar que manipuló algunas de las 60 armas que supuestamente traficó de Florida a Colombia como parte del operativo contra Maduro.

Los fiscales alegan que Goudreau también gastó 90.000 dólares en un yate que usó para transportar municiones, placas de armadura corporal y cargadores para rifles AR-15.

El yate, comprado en Miami, se hundió en el mar Caribe. Goudreau y un asociado no identificado fueron rescatados por un petrolero que pasaba cerca.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

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