Portadas emblemáticas de la revista The New Yorker

Desde el primer número hace cien años, hasta el que siguió a los ataques del 11 de septiembre de 2001, muchas portadas del semanario The New Yorker han hecho historia.
- Un dandy convertido en talismán -
El primer número de The New Yorker, publicado el 21 de febrero de 1925 con un precio de 15 céntimos, inauguró la tradición de sus portadas de diseño con la caricatura de un dandy, inspirado en el Conde de Orsay, observando una mariposa a través de un monóculo. Creado por el artista Rea Irvin, este personaje ficticio llamado Eustace Tilley, se convirtió en el talismán del periódico y año tras año, con humor, encarnó diversos personajes, como un hípster o llevando una máscarilla anticovid. El smartphone ha sustituido al monóculo.
- Hiroshima -
En el verano de 1946, el New Yorker dedicó un número entero al reportaje de John Hersey sobre las consecuencias de la bomba atómica que lanzó Estados Unidos sobre Hiroshima un año antes. La portada presentaba un paisaje bucólico diseñado por Charles E. Martin. Las imágenes tenían que ser "una forma casi consoladora de tratar las miserias del mundo", afirma Françoise Mouly, directora artística del New Yorker. La discrepancia era tal que se añadió un rótulo a la portada: "este número está enteramente dedicado a la historia de la destrucción de una ciudad por una bomba atómica".
- El 11 de septiembre de 2001 -
Las torres gemelas del World Trade Center se alzan en la penumbra, tan negras y opacas que apenas se distinguen. "Es una respuesta a lo que viví aquel día", dice Mouly, que estaba cerca de las torres con su marido, el famoso dibujante Art Spiegelman, y su hija cuando los dos rascacielos se derrumbaron el 11 de septiembre de 2001 tras un atentado de Al Qaeda. La pareja firmó conjuntamente la portada. "Estaba realmente convencida de que no había reacción posible, ni imagen posible", dice Mouly.
- La polémica sobre Obama -
La campaña presidencial de 2008 está en pleno apogeo y algunos miembros de la derecha dura piden a Barack Obama que muestre su "americanidad", insinuando que no nació en Estados Unidos o que es musulmán. The New Yorker responde con una sátira. El diseño titulado "La política del miedo", de Barry Blitt, muestra al candidato demócrata con chilaba, junto a su esposa Michelle disfrazada de militante armada, en el Despacho Oval. Un retrato de Osama bin Laden cuelga de la pared y la bandera estadounidense arde en la chimenea. Una caricatura para denunciar "todas las calumnias" sobre Barack Obama, explica Françoise Mouly. "Pero causó indignación".
arb/sha/af/nn
Temas
Otras noticias de Servicio-de-noticias
- 1
Regla del Uscis: estas personas pueden recibir la green card, si tienen a alguien en EE.UU.
- 2
Adiós Macy’s en Nueva York: estas son las tiendas que cierran sus puertas este 2025
- 3
¿Adiós al Bank of America?: esto es lo que se sabe del bloqueo de cuentas en EE.UU.
- 4
Cuánto tarda en llegar el permiso de trabajo como migrante en Estados Unidos