Reseña: El menor, de Alicia Plante
“Quizás todos tenían razón y él era despreciable”, duda sobre sí mismo Martín Figueroa en un pasaje de El menor, la nueva novela de Alicia Plante. Martín es un ingeniero de cuarenta y ocho años. Se crió en un pueblo y luego su familia se mudó a Buenos Aires. Aunque no ha olvidado sus orígenes, el pasado no forma parte del “abanico de sus intereses”. Ambicioso e individualista, su meta principal en la vida apunta a escalar los peldaños más elevados de la poderosa empresa metalúrgica en la cual trabaja.
Este esquema se desdibuja cuando su hermano Nico, unos diez años menor que él, desaparece. Martín nunca se llevó bien con Nico, que apenas llegó a sexto grado y siempre manifestó inclinaciones bohemias. En una oportunidad su hermano le pidió si podía recomendarlo para una tarea administrativa en su empresa y Martín se negó a ayudarlo. A medida que pasan los días sin noticias sobre Nico, algo empieza a removerse en el interior de su hermano mayor, que decide investigar por su cuenta. Paralelamente en el ámbito laboral el presidente, que lo considera su “gerente de confianza”, le concede el privilegio de participar en las asambleas de accionistas con el objetivo de que apruebe un proyecto suyo.
Figueroa habla con la esposa de Nico, su hijo y su hija. En la editorial donde trabaja su hermano conoce a Lili, su secretaria, y la muchacha le dice que hace dos años que son amantes. Sus pesquisas continúan en un club de ajedrez frecuentado por Nico y allí se entera de que hubo otra mujer antes de Lili. Al parecer, hubo chantajes de por medio. Otras averiguaciones fortalecen la idea de una extorsión.
Plante, que se inspiró en su historia familiar para el argumento de El menor, elude el estereotipo antagonista entre el hermano exitoso y el fracasado. Le otorga al conflicto fraternal –presentado a través de los recuerdos de Martín– una sutil complejidad en la que abundan los sentimientos contrapuestos y las ambigüedades. Detrás de la trama policial surgen los dilemas morales del hermano mayor que lo impulsan a cuestionarse a sí mismo. Este se halla distanciado afectivamente de sus hijas y de su esposa, una mujer a la que lo une “la repetición de los rituales consagrados por el uso”. La identidad que se ha ido forjando hasta entonces empieza a resquebrajarse bajo la sombra de Nico. En el núcleo profundo de la novela, surge así una original subversión del drama bíblico de Caín y Abel.
EL MENOR
Alicia Plante
Adriana Hidalgo
271 páginas
$ 890