Reseña: Fotosíntesis, de Alejandra Jalof
Si bien la solapa de Fotosíntesis señala que es el primer libro de cuentos de la psicoanalista y escritora Alejandra Jalof, la gran mayoría de los treinta y siete relatos que contiene podrían considerarse capítulos de una novela en los que su narradora y protagonista va enhebrando recuerdos de su infancia y adolescencia, transcurridas en las décadas de 1960 y de 1970, en el seno de una familia de clase media en la que conviven una rama judía y otra católica, junto con convicciones anarquistas.
El relato combina una retrospección reflexiva con la memoria de percepciones y emociones frescas del pasado. La recolección de recuerdos –enriquecida por una serie de personajes bien delineados– se inicia con la muerte temprana del padre de la narradora. Incursiona en diversas anécdotas y situaciones como el nuevo casamiento de la madre (en perpetua lucha contra “el sinsentido de la existencia”) y otros episodios familiares, la escuela, amistades, la mudanza de una casa a un departamento, la relación con vecinos, el primer novio, una mascota, los cambios físicos en la pubertad y la reconciliación con su cuerpo.
Excepto por un brusco salto temporal hacia adelante –un poco desorientador– en la vida de la protagonista y los relatos finales que cuentan sus viajes por Sevilla y Venecia, Fotosíntesis ofrece un fluido microcosmos compuesto de sutiles viñetas literarias muy personales en las que predomina una ironía afectuosa y se intuyen fuertes pinceladas autobiográficas.
Fotosíntesis
Por Alejandra Jalof
Paradiso.
174 páginas, $ 840