Si hubiera escuchado a los otros. Nada pasa hasta que lo intentamos
:quality(80):focal(496x325:506x315)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/lanacionar/SPHI4YVZOFAYDCLO46RUXLKZQE.jpg)
Cuando en mis redes comencé a compartir algunos pensamientos y reflexiones que me dejaban mis lecturas, recibí muchas críticas y opiniones negativas. En especial, de colegas. Me decían que tenía que dedicarme únicamente a lo que sabía hacer, ser entrenador. Que no podía inculcar lecciones de vida o conocimientos más allá de las indicaciones de los ejercicios. Que no tenía ningún título que me avalara para incursionar en esto del fitness holístico.
Y si hubiera escuchado a todos los que opinaron en contra del cambio incipiente que veían en mí, hoy no me estarías leyendo. Nadie me hubiera convocado para escribir una columna si siguiera hablando solo de ejercicios para levantar la cola. Pero, como dice Robin Sharma, uno de mis mentores en este camino, nunca ganarás si ni siquiera lo intentas. “Con mucha frecuencia se nos ocurre una nueva idea que lanzará nuestra carrera a una nueva órbita, que llevará nuestra vida a la siguiente liga, que nos hará sentirnos plenamente despiertos (e intimar con nuestro asombro). Pero adivina qué ocurre después: la voz de la razón toma las riendas, y debajo de ella suele habitar una emoción llamada miedo”, sostiene en su último libro, Manifiesto para los héroes de cada día.
Imaginemos a un deportista que sueña con ganar una copa, pero ni siquiera se anota en el torneo. O a un emprendedor que no se anima a mostrarse en redes sociales. Son casos en los que sobran ideas y falta empuje. Y nada pasa hasta que lo intentamos.
El ejemplo de la actividad física es uno de los más claros: son muchos, muchísimos, los que me dicen que no empiezan a moverse porque están cansados, les falta tiempo, tienen varios kilos encima y no se sienten capaces. Comienza un círculo vicioso, porque si “total hoy no puedo/no voy a ir a entrenar”, se comen esa medialuna extra, se quedan tirados viendo series o apagan el despertador por la mañana para seguir durmiendo en ese rato que pensaban empezar a moverse. Un paso distinto puede cambiarlo todo. Esa mañana en la que no apagás la alarma, salís de la cama y te regalás unos minutos de caminata no solo puede llenarte de energía para el resto del día, sino además fortalecer tu autoestima y valoración, porque sí, fuiste capaz. Y podés seguir haciéndolo.
Dice Sharma que nunca deberíamos abandonar una idea sin emprender alguna acción para convertirla en realidad. Y que si esperamos a estar lo bastante calificados y seguros de nosotros para perseguir lo que queremos, es posible que se nos vaya la vida. Pasados mis 60 años inicié un cambio radical en mi forma de encarar la profesión. No creo que vaya a cambiar el mundo, pero sí hacer un poco más feliz y plenos a mis alumnos y seguidores. Y hasta logré algo de magia: los que me trataban de desalentar desaparecieron de la escena.
Cuatro libros
Para mantener la mente en forma
- Vivir sin ansiedad. Dr Sebastián Palermo
- Depresión: hay luz al final del túnel. Esther Carrenho
- Pequeñas grandes verdades del español. Gabriela Escarrpa, Sandra Gaíta
- El poder de crear un futuro para todos. Ken Robinson y Kate Robinson
Temas
Más leídas de LA NACION Revista
Norman Foster. El arquitecto de obras grandiosas presentó miniviviendas para las personas más vulnerables
Imposible de callar. Javier Milei, el caniche troll del peronismo
Pérez-Reverte. Por qué no escribo de política
La Repregunta. Rafael Di Tella: “Sería bueno mejorar la calidad de los progres que tenemos en la Argentina”