En todas las ubicaciones y tamaños, soluciones lindas y eficientes para armar nuestro rincón productivo dentro de casa
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1. Suma de aciertos y atractivo en el espacio de trabajo de la decoradora Analía López Angriman: el fondo azul plomizo contra el que se destacan las superficies laqueadas del fichero amarillo, la mesa con patas de madera y la biblioteca con estante que se estiró para darle lugar a una lámpara colgante. Las sillas son de diseño, como el modelo Paulin tapizado con un inusual floreado. Eso sí: jamás elijamos una tela calurosa para un asiento que vamos a usar varias horas al día por mucho que nos atraiga su color o estampado.
2. Los espacios junto o bajo la escalera tienen que aprovecharse, reflexión previa: vacíos, terminan siendo un depósito provisorio con mal fin y peor look. Acá se tomó la pared disponible para un escritorio compartido, y se sectorizó y enfatizó su sentido lineal con una angosta alfombra a rayas rojas, el mismo color de las sillas livianas, la cajonera con ruedas y un aplique que ilumina con buena onda.
3. La diseñadora danesa Barbara Bendix usa este ambiente como oficina personal, pero también la comparte con sus hijas cuando llega el momento de hacer los deberes. Para que todas estuvieran cómodas, eligió una mesa de ancho generoso y la ubicó en el medio. A la arquitectura clásica de techos altos y molduras la refrescó con un blanco absoluto del que sólo escapa el cuero color suela de las sillas de diseño… sobre ruedas, para hacer más dinámica la situación.
4. Las ventanas para techo no sólo convierten buhardillas cavernosas en dormitorios para adolescentes; son fantásticas para implementar un escritorio porque dan luz sobre el plano de trabajo (pero tienen cortinas que filtran la luz), dan un genial desahogo visual, y suelen ubicarse en espacios naturalmente alejados y silenciosos, lo que favorece la concentración. Acá, ellas son las protagonistas, mediando entre verde interior y exterior; porque la mesa de madera es sencillísima: sólo se hizo lo suficientemente larga como para aprovechar el área de influencia de la luz.
5. Aun viviendo en un monoambiente,el diseñador Federico Ciccone no quiso renunciar a un rincón donde atrapar la inspiración apenas asomara. Pero aplicó dos consignas bien prácticas para la mesa: que su color se fundiera con el de la pared y que permitiera usos varios (guardado, exhibición, apoyo). La armó con una tapa laqueada sobre caballetes que le dan lugar a los ficheros, y usó la saliente de la columna como soporte de libros. Para alegrar el horizonte, cuadro de Susana Valenzuela. Transparente, la silla de Philippe Starck hace honor a su nombre: ‘Ghost’.
6. La levedad del estilo nórdico se expresa en este juego de mesa y sillas cargadas de espíritu retro. El amarillo también colabora con la estética años 50, con otra expresividad en el reloj moderno y la combinación con la liviana lámpara de mesa negra.
7. El lugar es mínimo, como en un cuarto de cuento, pero se aprovechó a la perfección. Con una mesa que es grande para ser la de luz y justita para la laptop, con arrimar la silla en la que luego apoyaremos la ropa o nos calzaremos se logró un ambiente privado de trabajo y lectura.
8. En el sector de su estudio que utiliza para la posproducción e impresión de fotos y proyectos de cine experimental, el fotógrafo Daniel Karp puso toda su habilidad carpintera en acción. Debajo de la mesa de trabajo, de ciprés macizo, hizo otra con base de fenólico y chapa, tapa de ciprés y ruedas industriales para desplazarla. Perfecta para conservar materiales y equipos delicados y, a su vez, obtener superficie de apoyo extra para impresoras y el escáner.
9. El hall es ideal para una consola (siempre hay una llave o una bolsa que descargar apenas llegamos) y se convierte en una buena opción para sentarse a escribir unos mails si no queremos invadir otros ámbitos. En lugares pequeños (y sobre todo en la entrada), prioricemos una silla bonita. Si la usamos mucho, tendrá que ser, además, ergonómica.
10. Para complementar el lugar de guardado abierto y pensando en alegrar su estructura sencilla, la dueña de esta casa compró cajas de cartón y las forrócon retazos de papeles súper especiales. La salvedad: es importante usar colores frescos y claros; si tienen dibujos, que sean sutiles para no crear volúmenes toscos que generen una sensación de caos visual, lo último que necesita un espacio chico.
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