3 clásicos hechos a la perfección para comprar y llevar a la mesa navideña
Ya llega Navidad , luego el Año Nuevo, con su descorche de espumantes y sidras, con esos encuentros familiares alrededor de la mesa, con las eternas comilonas que al otro día se pagan al contado con antiácidos y el miedo a pararse sobre la balanza. Algunos aman las fiestas, otras las detestan, pero nadie escapa a su influjo, materializado en un menú clásico repleto de tradiciones locales. Sabores conocidos que llegaron al país junto a las distintas inmigraciones y que, a lo largo de los años fueron conformando una liturgia gastronómica propia. El vitel toné, la lengua a la vinagreta, el cochinillo o lechón al horno, el pan dulce y los turrones, entre otras delicias que marcan el lugar común del festejo nacional. Aquí, tres opciones recomendadas para una tradicional mesa de Nochebuena.
Vitel Toné en Rëd Boutique del Hotel Madero
Para algunos, es el no va más del mal gusto culinario; para otros, simplemente no existe la Navidad sin él. Hablamos del vitel toné, un plato con historia que exhibe doble ciudadanía. Originario de Italia, donde se lo llama vitello tonnato -literalmente "ternero atunado"-, en Argentina encontró un nuevo y querido hogar. "Es uno de los platos que más piden en Rëd Boutique, nuestro local para take away", cuenta Alejandro Bontempo, chef ejecutivo de Hotel Madero. Según explica Alejandro, es simple de hacer, pero con algunos trucos que mejoran el resultado. "Lo más importante es la cocción de la carne, usualmente peceto. Para que quede bien sabrosa, el secreto es armar un buen caldo con zanahoria, apio, puerro, cebolla, bien sazonado con orégano. Y hay que colocar la carne en el caldo ya caliente, nunca frío; tampoco hay que permitir que hierva, sino que se cocine a fuego lento, apenas debajo de la ebullición", afirma. Para la salsa, en el hotel usan una receta más argentina que italiana: procesan atún de lata (conservado en aceite) con mayonesa, crema de leche, jugo de limón y una cucharada de alcaparras. Si queda muy densa, la aligeran con caldo de la cocción de la carne. Por arriba agregan anchoas (opcionales), cebollín picado, más alcaparras y huevo rallado y salpimentado. "Es riquísimo", dice Alejandro. Un plato que genera tantas grietas como pasiones.
Rosario Vera Peñaloza 360. Encargos al 5776-7617.
Cochinillo especial en Las Lilas
El gran clásico español, plato idolatrado en ese preciosos pueblo histórico que es Segovia, con sus acueductos romanos, su alcázar imponente y las murallas de piedra que la protegen. Es el cochinillo, con su enorme tradición (y polémica) culinaria a cuestas,: un chanchito de apenas semanas de vida, con carne y huesos tan tiernos que, una vez cocido, se corta con el canto de un plato. En estas fechas de diciembre es fácil verlo en los mostradores de muchas carnicerías, también en algunos restaurantes especializados; uno de los más ricos es el de Las Lilas, la famosa parrilla de Puerto Madero, que lo ofrece entero y para llevar, con pedido anticipado. Un cochinillo de 6 kilos (suficiente para unas cuatro a seis personas), de la genética Piggyland, traída al país por la propia Cabaña Las Lilas, que logra carnes magras y suaves. Cocinado a fuego bajo en el horno del lugar, tiene la piel crocante, el interior jugoso, y sale acompañado de puré de manzanas y papines andinos. Nada que envidiarle a los tan famosos cochinillos segovianos.
Av. Alicia Moreau de Justo 516. Encargos al 4098-2470.
Turrones El Lobo en Confectionery Fine Foods
Si creías que el turrón es esa mezcla bastardeada de gelatina, saborizante sintético y unos pocos gramos de maní, tenés que darle una oportunidad al verdadero turrón, ese que se hace solo con almendras, miel, clara de huevo y una oblea muy fina. En Argentina se consiguen algunos ejemplares deliciosos, como los de Mamuschka. Pero si querés ir a los orígenes, lo ideal es apuntar a los que vienen de la ciudad de Jijona, en la provincia de Alicante, España, cuna de los grandes turrones del mundo. Allí, los mejores, los que llevan el sello de "Calidad Suprema" utilizan al menos 60% de almendras de la variedad marcona, la más reconocida. Según indica la denominación de origen controlada por ley, los hay blandos (los de Jijona) y duros (los de Alicante). Hay varias marcas que llegan al país: entre las más conocidas, está El Lobo, una familia que lleva casi 300 años haciendo lo mismo: turrones, turrones y más turrones. Sin dudas, conocen del tema. Se consiguen en las sucursales de Confectionery Fine Foods, la tienda de dulces importados que está en Patio Bullrich y DOT Baires Shopping.