3 sándwiches llegados de Asia que están sueltos en Buenos Aires
La historia oficial del sándwich asegura que este tentempié nació en Inglaterra, en el año 1762, de la mano de John Montagu, el 4° conde de Sándwich. Según la leyenda, este aristócrata era un adicto a los juegos de cartas, y un juego que duró 24 horas ininterrumpidas, para poder comer sin levantarse de la mesa ni mancharse los dedos, solicitó que le lleven un trozo de carne entre dos panes tostados. Los que lo vieron comenzaron a pedir "lo mismo que el conde de Sandwich", lo que en el tiempo se abrevió a "quiero un sandwich". Tan arraigada está la historia que en 2012 la ciudad de Sandwich, en el sureste de Inglaterra, festejó los 250 años del emparedado que conquistó el mundo.
Lo cierto es que, más allá de lo seductor de concebir un origen exacto, la idea de mezclar pan con carnes difícilmente tenga un único inventor: desde que los egipcios perfeccionaron la panificación hace más de 6000 años, muchas culturas utilizaron al pan como base sobre la que sostener alimentos varios, desde las culturas nórdicas hasta las zonas cerealeras del centro de Europa. Esta vez, viajaremos al extremo de Oriente para conocer tres sándwiches repletos de sabores asiáticos que hoy se consiguen en Buenos Aires.
Gua bao en Bao Kitchen
El gua bao es el sándwich asiático de moda: más de quince lugares de Buenos Aires lo ofrecen (a veces llamándolo bao o bum) en distintas versiones, algunas más cercanas al original taiwanés, otras más alejadas, pero en su mayoría deliciosas. Se trata de un pan al vapor, sin corteza, de textura y sabor muy suaves, con un formato delgado que le permite doblarse al medio envolviendo su relleno, usualmente de cerdo braseado (bao significa bolsita). Uno de los mejores lugares para probarlo es en
Bao Kitchen, el restaurante taiwanés de la zona de Retiro (en unas pocas semanas abrirán una segunda casa especializada en noodles en Recoleta), donde lo ofrecen con cuatro rellenos distintos. Hay de bondiola, de pollo orgánico, de langostinos a la plancha y, el mejor y más tradicional, el de panceta: lleva la carne de cerdo estofada en salsa de soja, anís estrellado, azúcar, vino de arroz y más especias, y terminada luego a la plancha, junto a un pickle de nabo, abundante maní tostado y cilantro. Una maravilla. "Este estilo de pan viene de China, es similar al baozi, que es un pan relleno. En esa zona de Asia no se utiliza mucho el horno, por eso se elige la cocción al vapor", explica Meilin Klemann, de Bao Kitchen, mientras muestra las grandes vaporeras donde cada mañana preparan los panes del día.
San Martín 960
Bánh Mì en Green Bamboo
Herencia (entre muchas otras, varias de ellas menos felices) de la larga ocupación francesa en Vietnam, el Bánh Mì toma lo mejor de dos mundos gastronómicos y lo expresa en un sándwich. El famoso pan francés (la baguette), el paté y los encurtidos también tan clásicos de Francia, junto con pickles, cilantro y salsas repletas de sabores vietnamitas. Eso es el Bánh Mì, un plato típico de la gastronomía callejera de Hanoi, que de allí se expandió a todo el mundo. En Buenos Aires hay al menos tres lugares que lo ofrecen: Kyopo en Flores y los palermitanos Green Bamboo y Opio Gastro Pub. "En Vietnam hacen hoy un pan más esponjoso, pero a nosotros nos gusta mantener esa corteza bien crocante, al estilo francés, si bien le damos una forma más ovalada", explica Darío Muhafara, dueño de Green Bamboo. En este restaurante, pionero en la cocina vietnamita en Buenos Aires, este sándwich es parte de la carta de los mediodías y sale relleno con bondiola braseada con soja y especias, paté de cerdo casero y un salchichón casero de estilo vietnamita elaborado en el lugar. A esto le agregan maní, una mayonesa de sriracha, cilantro, albahaca y un pickle de zanahoria y nabo para dar textura crocante y acidez. Ideal pedirlo bien picante y disfrutar con una cerveza rubia tirada o uno de los muy buenos cócteles de la casa.
Costa Rica 5802
Kyopo Burger
Definitivamente las hamburguesas no son lo que podríamos llamar un clásico asiático, pero este restaurante escondido en la zona comercial de la avenida Avellaneda, en Flores, desafía las reglas con una carta única en la ciudad porteña. Allí, Pablo Park (de ascendencia coreana) bucea en los sabores de Corea, Japón y el sudeste asiático, y los fusiona esto con occidente, algo poco visto en Buenos Aires pero ya bastante usual en los países de Asia. Esta mezcla exótica da vida a platos repletos de sabor, algunos más cercanos al universo oriental (como el bibimbap o los bowls de fideos) y otros que son un claro guiño a Occidente, como las hamburguesas o los tacos. La Kyopo Burger, parte de la carta desde el día de la inauguración de este restaurante en 2016, incluye un generoso medallón de carne de roast beef marinada en salsa de soja, aceite de sésamo, ajo y jengibre, que se sirve entre dos panes de sémola junto con kimchi (el clásico fermento coreano a base de col), queso, maní y una mayonesa cítrica con sriracha. Una buena forma de incursionar en sabores no tradicionales, pero con un formato amigable para el paladar local.
Dr. Juan Felipe Aranguren 3053
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