5 preguntas que nos responde la sexóloga

Como en casi todos los aspectos de la vida, siempre se trata de disfrutar y hacer disfrutar. En este caso, mucho más. Pensalo así: a veces comemos lo que preferimos, y otras, eso que prefiere el otro. Y así recorremos todo el menú. El sexo mañanero es el que te sorprende cuando descansaste de los estímulos del día, que te fueron contaminando. Habitualmente, llegamos con cero energía a la noche, y es ese el momento en el que tenemos que esforzarnos para no dormirnos o que él no se duerma al llegar a la cama. Es cuestión de "planificar" el mañanero y empezar con caricias suavecitas. ¡Nada de liberar a la tigresa tan temprano! Si no, recorrés un espacio de crecimiento que no se te impone como algo tan extemporáneo que te genera el mal humor. Explicale a tu pareja: despacito y más "acariciante" que penetrante.

Te sugiero que cada tanto generes un encuentro sexual planificado. Lo espontáneo es fantástico, pero lo que se planifica también puede ser muy disfrutable. Esperalo con una rica comida, un atuendo sexy, y ponele toda la onda y energía a lo no estrictamente genital. Es más, tratá de dilatar todo lo que puedas la instancia final, así disfrutás la previa. Concedete ese permiso, con algún esfuerzo inicial, para recompensarte con un gran disfrute final.

Es muy frecuente que durante el embarazo –y particularmente en el primer y el tercer trimestre–, las mujeres estemos sexualmente más "vaguitas". Así que relajate. Somos todas diferentes y en este aspecto caben todas las variantes. Y, por supuesto, esto incluye el embarazo. Un consejo: dejate acariciar y acariciá. Él va a entender que esta actitud es transitoria.

No está de más la consulta al ginecólogo, para descartar alguna causa de inflamación que condicione la aparición del dolor que estás describiendo. Quizás el hecho de que sea con una pareja nueva sea una simple coincidencia. Por otra parte, observá si apareció algún síntoma más, como flujo, picazón o ardor, y detectá en qué momento de tu ciclo se producen. Estos son datos que al médico le van a ser de gran utilidad.

La lubricación en las mujeres jóvenes tiene una gran relación con los niveles de excitación, que son directamente proporcionales a los estímulos recibidos. Si considerás que en tu caso la lubricación resulta insuficiente, podría pensarse en un déficit hormonal y, en tal caso, suplementarla con algún gel lubricante con base acuosa, que facilite la penetración.