5 riesgos financieros que puede tener tu emprendimiento y cómo evitarlos

Uno de los principales errores que cometen los emprendedores es que están demasiado atentos a lo que debería pasar en lugar de prestar atención a lo que efectivamente pasa. Esta búsqueda permanente de la perfección hace que muchas personas pasen la mayor parte de su tiempo tratando de hacer que ocurran determinados hitos en su emprendimiento, en lugar de estar atentos al verdadero cuadro de situación, lo que los estanca en un permanente escenario de lucha que no los lleva a ningún lado. En este sentido, lo mejor es "controlar el empate", es decir, poner objetivos y plazos concretos, haciéndonos la siguiente pregunta: "¿qué tiene que pasar en mi emprendimiento dentro de un año para hacer lo que quiero hacer?". La respuesta les va a fijar un norte y un punto final a nuestros esfuerzos, para de esa manera evitar la temida meseta que no lleva a ningún lado. La otra clave es ser muy celosos de nuestro tiempo, evitando perseverar en esfuerzos inútiles: "La perseverancia es lo que hace que personas y equipos muy capaces estén en proyectos que no van a ningún lado", aseguró Chamorro.

"En el medio es la muerte", dijo Chamorro, aconsejando a las más de 100 emprendedoras presentes en la clase que elijan un modelo de ventas y se apeguen a él. "Si venden cosas de $1000, tienen que vender un montón para que su negocio sea rentable", aseguró, planteando a su vez que solo es rentable vender 1 producto por año si uno vende arte y a un precio muy elevado. Hay que apostar a vender mucho a bajos precios o poco a altos precios. En ese sentido, remarcó la necesidad de prestar atención a la elasticidad de la demanda de nuestro producto o servicio, un concepto económico que se utiliza para hacer referencia a qué tanto afecta las ventas subir o bajar el precio de lo que estamos vendiendo. Es decir: hay cosas por las que los compradores pueden ser más o menos sensibles a una suba de precios (ejemplo, el precio del agua en el medio de un desierto) y eso hay que testearlo antes de poner un precio.

Es decir, cuánto de lo que estás vendiendo moviliza o tracciona a los compradores para que salgan a buscar tu producto. El problema se da cuando hacemos cosas por las que la gente no está dispuesta a moverse y además no tenemos en cuenta que lograr un mapa de distribución es algo muy costoso. En ese sentido, según Chamorro, el principal costo de un cliente para comprar algo no es el precio, sino el acceso, por lo que tiene que haber una unión entre la energía de activación (que motiva al comprador a salir a comprar) y el convenience, que es la comodidad de hacerlo. Para eso, la clave es posicionarse en puntos de venta estratégicos o bien generar un producto que traccione. No hay punto medio.

Un error típico de los emprendedores es poner los precios tomando como referencia los costos de producción, algo que puede distar mucho del precio al que realmente se podría vender un producto o servicio. Frente a eso, Chamorro aclaró que "hay una enorme oportunidad en poner bien los precios" y reiteró la idea de que la única forma de hacerlo correctamente no es preguntándole a la gente cuánto pagarían por un producto sino efectivamente probando cuánto vendemos a distintos valores, tanto más elevados como más económicos. Un ejemplo perfecto de esto es lo que hizo el gigante de los negocios Warren Buffet, que compró la marca de chocolates y caramelos See's Candys, que hasta este momento daba pérdidas, y logró aumentar exponencialmente su valor aumentando los precios y focalizando toda la publicidad del año en un único día: el 14 de febrero o Día de los Enamorados, momento en que la gente estaba dispuesta a pagar cualquier precio con tal de poder llevarle aunque sea un chocolate a su pareja y así evitar confrontaciones.

La cantidad de seguidores en redes sociales, los premios, las notas que nos hacen por la brillantez de nuestro proyecto, muchas veces poco tienen que ver con lo rentable que puede ser nuestro negocio y las ventas que efectivamente genera. Por esa razón, Chamorro aclaró que "la habilidad para presentar un proyecto no tiene relación con la capacidad para hacer que un proyecto suceda" y en ese sentido, si bien podemos ser geniales sumando seguidores y admiradores, eso puede no verse reflejado en el éxito real y tangible de nuestro emprendimiento.