Por los barrios. A la italiana
Dos opciones para saborear la cocina típica
Guido’s Bar. Acá se pide lo que Carlos Sosto te quiera dar. Ese es el código para disfrutar de los platos más italianos de la zona del Botánico. Son pocas mesas, por eso siempre hay que reservar. Racing, Olmedo, Al Pacino, Humphrey Bogart y el mapa de Calabria son las imágenes que sirven de escenografía. Sosto es un autodidacta. A los 9 años empezó a trabajar en una lechería y su padre tenía un bar en el Abasto; vivió cuatro años en Italia y en la década del 80 recaló aquí. "Cuando abrí era un café-bar al que venían los colectiveros y taxistas, después llegaron los psicólogos y empezó a transformarse", aclara Sosto. Manteles a cuadros rojos y platos bien hondos reciben las pastas secas y al dente: "La gente ya está entendiendo que se comen así", dice. Para abrir el apetito llega el antipasto con la sabrosa caponata; la porción de crocante pizza, el cous cous o lo que ese día decida sacar. Increíble parmigiana de berenjena, orecchiette al tartufo y la pasta con peperoncino nduja (en dialecto calabrés significa cocina picante). La mejor panna cotta para el postre. Nunca pida la carta, no discuta y déjese llevar, son las reglas del lugar.
El precio promedio es de $ 200 a 250 con vino y café de sobremesa. Abre todo el día y los sábados, sólo al mediodía.
En República de la India 2843; 4802-2391.
Fornería. Ofrece una veintena de pizzas salidas del horno a leña. Todas llevan nombres sugerentes como Beso prohibido, con mozzarella, provolone, tomates confitados, ajo y albahaca; o Maestro Giovanni, con papa, mozzarella, brie y romero fresco. En la carta hay algunos platos porteños, pero la especialidad es lo italiano. La propuesta fue ideada por Daniel López Martitegui, primo de Germán, que ya había dejado su impronta en el vecino Quimbombó. Comenzar con la burrata para compartir. Las pastas y los risotti son la gran atracción de la casa.
Hay penne rigate a la carbonara, fusilli al fierrito a la putanesca, capelletti de pollo y verdura con crema de espinaca, ravioles de salmón y puerro, risotto con hongos, y milanés con langostinos y azafrán. También hay platos del día, como la polenta con ossobuco. Fuera de los horarios de almuerzos y cenas, ofrecen excelentes panini y bagels. Entre los postres, recomendamos el affogato. Convenientes menús del mediodía, de lunes a viernes, y una carta de vinos con precios razonables.
Fornería es una palabra italiana que deriva de forno (horno), y cuya traducción sería algo así como "lugar de hornos".
En Malabia 1825, 4831-5447.
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