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 • HISTORICO

Acerca de San Valentín




Las celebraciones pueden ser engañosas, no por el acontecimiento en sí, sino cuando su fundamento casi exclusivo es el de comprar y regalar. Se puede festejar el año nuevo con (como indica la tradición) alguna prenda nueva lista para estrenar, pero pasarla mal por alguna discusión o -ya al extremo- quedándose en soledad. Un cumpleaños puede estar lleno de regalos y de gente a que uno ve un par de veces por año, o sólo con los mismos que están siempre, y que no tienen vergüenza de llegar con las manos vacías. Son estilos, y cada uno es libre de cultivar el que más le guste.
"Toda demanda es demanda de amor" decía -palabras más, palabras menos- Jacques Lacan, y parece que la proximidad de San Valentín las potencia aún más. Las marcas -protagonistas permanentes de esta columna, para bien y para mal- lo saben y lo explotan, así sea para vender flores, un jean, bombones de chocolate (con 34º de térmica) o medias. Para decirlo de un modo delicado: nos toman por boludos. A vos, mujer, te hacen creer que tu hombre debe agasajarte, llevarte flores y gastar guita en algo que quizás no te importe, pero que era una buena oportunidad para aprovechar. ¿O acaso las promociones de San Valentín de Mercado Libre para comprar celulares, electrodos, lavarropas y hasta colchones no son eso? Y a vos, hombre, te hicieron creer que con un regalo el 14 de febrero arreglás todas las cagadas que te mandaste durante el año, y que si no te aparecés con nada sos un desamorado.
Y no, la verdad que no.
El problema del Día de San Valentín no es la permanente intención de lucro, ni que sea una festividad importada, ni las notas en televisión que hablen de las increíbles e inverosímiles historias de amor que nos rodean; porque, después de todo, de algo hay que vivir y con algo hay que llenar los espacios vacíos. La razón de ser del conflicto que involucra a los pro y a los anti San Valentín se compone por la diferencia que existe entre las expectativas de uno y las intenciones del otro. Para no hablar de "ellos y ellas" -dado que también hay parejas de "ellas y ellas", "ellos y ellos" y demás variantes posibles- sólo diré que resulta prácticamente imposible colmar los deseos del otro. Podés haber hecho el regalo más pensado y planificado, que sirve para solucionarle un problema, acallar una queja y/o hacerle un mimo; pero aún así puede fallar.
¿Cómo se hace, entonces? Nadie sabe. El amor es buenísimo, pero también puede ser insoportable. Quizás se trate de conseguir alcanzar el fino equilibrio entre el amor, la rutina, el cansancio, el aburrimiento, la distancia y la presencia que todos piden/necesitan. Tal vez haya que encontrar amor en ese pequeño favor que te hicieron, o en dar una mano cuando ves que el otro la necesita. También en la paciencia y en el silencio que tuvo el otro para no putearte ante una mala contestación. Sin dudas que hay amor cuando te quedás haciéndole compañía mientras estudia tarde a la noche, y mejor ni hablar de cuando te cuida y te dice que aunque tengas celulitis/panza le gustás igual. Amor puede ser levantarse juntos todos los días y no olvidarse de porqué se eligieron.
"Te amo para toda la vida", y hacer todo lo posible para que así sea. Un regalo que se da todo el año y que no se compra en ningún lado.

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