Basta de pretextos: enfrentar el temor a lo desconocido para salir de la zona de confort
El nombre general de esta columna es mi leit motiv como entrenador. Y es que a diario escucho frases como "no tengo tiempo", "es demasiado difícil", "me da miedo lastimarme", "ya estoy muy grande", entre muchas otras excusas para no empezar a moverse. Es cierto que todo pretexto esconde el temor a lo desconocido, y por eso es humano buscar razones que nos sustenten a quedarnos en nuestra plácida zona de confort. Pero también es muy erróneo.
Cada día podemos elegir qué hacer con nuestra vida. Cada decisión marca nuestro destino. La gente que triunfa no busca pretextos. Como yo lo veo, esa gente genera resultados. Los pretextos son autoengaños diseñados para que evitemos hacer las cosas que nos dan miedo. Pero si nos decidiéramos a romper con esta tendencia y nos abriéramos a las posibilidades que aguardan, seguramente estaríamos un poco más cerca de la vida que soñamos.
Llevo años leyendo libros de grandes gurúes como Robin Sharma, Tony Robbins o Simon Sinek, y si algo me quedó claro a partir de sus enseñanzas (y de haberlas aplicado en mi propio camino) es que los mejores resultados no son fruto del azar. Las mejores cosas de la vida requieren paciencia, concentración y sacrificio. Pensá sino en los deportistas que más admirás, que están en un trabajo de superación permanente, trabajando a diario sin tregua y entrenando hasta cuando sienten que no pueden más, a pura pasión y esfuerzo. Y no, no digo que debas seguir su ejemplo extremo, pero sí tomarlos como guía de motivación. Porque hasta el más pequeño paso puede ser enorme si es en dirección a mejorar tu salud.
Por otro lado, me pregunto: ¿cómo podés mejorar si ni siquiera lo intentás? Entrenar cuesta, y al comienzo es más difícil que nunca, porque tenemos que romper la inercia de un cuerpo que estuvo en pausa. Con el paso de los días se va volviendo más fácil y empezando a fluir y alivianarse. Hasta a disfrutarse. Con las semanas empezarás a sentirte mejor y más fuerte, comenzando un círculo virtuoso que es importante no romper para llegar a ver el máximo de sus beneficios.
Una frase muy interesante sostiene que el 1% que la gente común se guarda es el 1% que los campeones tienen la valentía de quemar. Es decir, donde reside la diferencia entre destacarse o no. Aún cuando no busques ser un atleta, su filosofía puede enseñarnos mucho para el resto de la vida. Así como ellos mejoran a fuerza de practicar su deporte, quienes llegan a ser líderes lo hacen a fuerza de cultivar sus capacidades y potenciar sus habilidades. Tenemos que ir un poco más allá. Debemos sincerarnos, elevarnos por encima de las excusas (esas que somos los primeros en comprar) y saber que hoy es el momento de cambiar. Si no lo intentamos, ¡nunca sabremos si somos capaces!
Cuatro libros para mantener la mente en forma
- Las diosas nunca envejecen, Dra Christine Northrup
- Belleza emocional, Andrea Frigerio
- Razones para seguir viviendo, Matt Haig
- Confieso que he vivido, Pablo Neruda