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 • HISTORICO

Cambios difíciles




Vivo de las propuestas. Literalmente, mi carrera se rige, ante todo, a partir de una propuesta. Al margen de las campañas que puedas tener pautadas y que te comprometen un mínimo del calendario o de los desfiles que sepas con bastante anticipación que vas a hacer (son los menos, porque los diseñadores suelen decidir sobre la fecha), amanezco mis días preguntándome qué propuesta podrá llegar. Sin ansiedades, esto era al principio, pero sí con intriga. Es un trabajo en el que no hay rutinas y los cambios están latentes porque siempre hay propuestas para cambiar en algo. Eso como modelo. Y como actriz, para la cual estoy preparándome, las propuestas también son un común denominador.
Como modelo me acostumbré, por ejemplo, a tener que cambiar de color de pelo seguido, al punto de que en una época llegó a debilitarse tanto que se caía de a mechones y temí quedarme pelada. Por el susto (consulté a decenas de especialistas y los pronósticos no eran muy buenos si seguía este camino), dejé de teñirlo y me permití correr el riesgo de no ser elegida. No obstante, surgieron varios comerciales de pelo ¡y con protagónico! Llegó ese punto en mi carrera que no pude darme el lujo de contentar a los clientes y gracias a ese compromiso con mi cuerpo y mi salud, ellos se adaptaron a mí y todos felices. Cuando me preguntan sobre las exigencias de perder muchos kilos para desfilar, no me pasó de forma violenta o yo no me enganché ni le di paso al sufrimiento. Creo que cuando uno está firme en el camino que añora transitar esos caminos se van abriendo y lo que no va con uno se cae. Ya de por sí soy flaca y serlo más para un desfile no me lleva la vida. Quizás no le encuentro mucho sentido a un precio tan alto por tal resultado a cambio.
Pienso en las propuestas que pueden venir por la actuación. Hace poco, Rossy de Palma me contó que para una película que está filmando le pidieron que se rape. Confieso que de primeras me da pánico pensar que tendría que hacerlo, aunque pensándolo dos veces sí lo haría porque, con total seguridad, la actuación es el camino que quiero transitar. Cuando se trata de tu máxima pasión, algo estético que cambiar me parece accesible siempre y cuando el cambio sea cuidado y hasta supervisado por profesionales, como en el caso de tener que subir o bajar de peso.
En esto de los cambios, creo que el mundo de la actuación es muchísimo más sacrificado que el mundo del modelaje, porque los cambios que te piden pueden ser mucho más prolongados, hay que sostenerlos y hacerlos muy propios. Un casi uno mismo. Como que se llega a filmar meses sin parar estando en lugares insólitos o sin dormir bien. Pero el fin lo justifica, por lo menos hoy me da tranquilidad pensarlo así. En caso de que una propuesta un tanto adversa toque mi agenda confío en que allí estaré apelando, una vez más, a mi gran capacidad de adaptación.

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