Con plataformas colaborativas y en las redes sociales, la política apela a internet como un elemento indispensable en el diseño de cualquier estrategia electoral
Suena el teléfono. Del otro lado escucho la voz de Sergio Massa que pide mi ayuda. "¡Es hora de terminar con los jueces militantes sacapresos!", dice y me incita a firmar un petitorio en su página web (Sergio-massa.org). Ingreso a Twitter y encuentro el hashtag que buscaba: #bastadejuecessacapresos, que apela a los ejes más duros del concepto massista: mano dura, la batalla contra la inseguridad y el reordenamiento del sistema judicial. Aun así me sorprendo: ¿en pleno siglo XXI, los llamados telefónicos todavía conservan alguna utilidad como herramienta de campaña? No del todo ya que el final del camino, como es previsible, se encuentra en la página web del diputado nacional.
Hoy, cuando el 75% de los mandatarios de todo el mundo posee una cuenta de Twitter, las redes sociales y las plataformas webs han ganado terreno para convertirse en un elemento indispensable en el diseño de cualquier campaña política. El crack necesario ocurrió en 2008, cuando el equipo de Barack Obama implementó una estrategia global en redes que le aseguró presencia partidista en todas las plataformas –My Space, Linkedin, Twitter, Facebook, Flickr y YouTube– y, de paso, le dio el empujón necesario para llegar al Salón Oval. Sin embargo, en un panorama marcado por la sobresaturación y el exceso, la social media no solo funciona como instancia de visibilización, comunicación y exhibición, por momentos cuasi farandulesca (chequeen la cuenta de Pinterest de Michelle Obama), sino que absorbe las opiniones de los usuarios, las corrientes de datos y la sensibilidad digital, en una apuesta por la interacción y la retroalimentación social. En ese imaginario de pertenencia, de achique de las distancias donde todos podemos formar parte, se encuentra el nucleo duro por el que apuestan muchos de los precandidatos presidenciales.
Hagamos una recorrida, con panoramas dispares que rodean con mayor o menor intensidad el mismo pozo de agua. Florencio Randazzo, Ministro del Interior y precandidato por el FPV, hizo punta y lanzó hace pocas semanas la innovadora Wiki de Randazzo (Lawikiderandazzo.com), una página donde convoca a los usuarios a loguearse, vía mail o cuenta de Facebook, y formar parte de la primera campaña colaborativa del país. ¿De qué se trata? Compartir ideas, propuestas y conceptos que, en caso de ser elegidos, serán incluidos en la campaña presidencial del ministro. Existen seis categorías: Tecnología y programación; Arte, diseño y fotografía; Redacción política y creativa; Música y locución; Video y animación, y En tu cuadra, manzana o barrio, que implica la acción directa cara a cara. En resumen, hay para todos los gustos. Con un formato fresco y sencillo, la línea de acción va por la independencia y la construcción de un concepto joven e inspirador, en un sentido amplio. ¿El lema? "Vos estás cambiando y la política también".
Curiosamente, el universo Pro, que ha hecho de las redes sociales un bastión de sus logros políticos, propone un camino más lineal y precario. El objetivo del agite apunta a concebir un concepto grupal. "A menos que alguien como vos se interese de verdad, nada va a cambiar… jamás", es la frase que inaugura la plataforma web de Mauricio Macri (Mauriciomacri.com.ar) justo debajo de una imagen que enfoca sus ojos celestes. Hay veintiún frases que hablan de la necesidad de cambio, del aquí y ahora, de la genética argentina y del respeto por las reglas y la verdad. La veintidós, dice el macrismo, va por tu cuenta, y será leída por el staff para, en caso de ser elegida, sumarse a la campaña. Lo mismo ocurre con el ítem musical: desde sus cuentas de Facebook y Twitter, los CM del alcalde de la Ciudad Autónoma abren la cancha para que los usuarios compartan, a través de un link o mensaje privado, una canción, que podrá ser elegida como tema de campaña. En esta carrera por el valor político en redes, suena a poco.
Obama, el Rey de las Redes
La simbiosis entre redes sociales y campaña política que inauguró Obama ("El Rey de las redes", según lo denominó el Washington Post) comenzó por un enlace externo al equipo del entonces senador. En 2007, un estudiante universitario creó un grupo en Facebook llamado One Million Strong for Barack que, en un mes, reunió 250.000 seguidores. El efecto colateral culminó en My.BarackObama.com, donde los usuarios podían generar su propio perfil, intercambiar ideas y organizar meetings para recaudar fondos. Se loguearon 1,5 millones de personas que generaron US$ 30 millones. En 2012, Obama volvió a innovar con la entrevista que brindó para el sitio Reddit, que generó cinco millones de views. Son algunos datos y estrategias que sondean un paisaje digital, que se expandirá en los próximos meses hasta las elecciones de octubre de 2015.
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