"Llegó el momento de volver a tener una estructura y producir", cuenta Gabriela Castellani (51) con una chispa de alegría en sus ojos. Son las once de la mañana del jueves 26 y con su hermana, María José (52), acaban de abrir la "casa de ramos" que soñaron juntas durante más de un año. "Arrancamos con los preparativos hace seis meses. Viajamos a buscar ideas y materiales, y después empezamos con la búsqueda del local. Dar con el lugar indicado nos llevó un tiempo. Costó, pero finalmente conseguimos esta tiendita divina en Recoleta. Estamos felices", agrega la novia de Cristiano Rattazzi (71), que hace dos años dejó su trabajo de toda la vida en la empresa agrícola de su padre, en Santa Fe, para instalarse definitivamente en Buenos Aires.
Si bien a las dos nos fascinan las flores y hacemos ramos para nuestras casas, acá la florista top es Majo. Ella es muy habilidosa
"Si bien al principio me daba miedo aburrirme y estar improductiva, lo cierto es que estuve bastante ocupada acompañando a Cris y a mi hija menor, Justine, que ahora va al colegio acá", comenta Gaby, que es licenciada en Economía Agropecuaria y hacía un tiempo estaba con ganas de ponerse en marcha de nuevo. La idea de la florería surgió el año pasado, en Nueva York. Junto a su madre y a su otra hermana, Fernanda (54), las Castellani suelen irse de viaje y, entre paseo y paseo por la Gran Manzana, la inspiración llevó a las hermanas menores a imaginar un proyecto juntas. "Con tanto conocimiento sobre este tema, no podemos dedicarnos a hacer sólo ramos para nuestras casas. Tenemos que capitalizar lo que sabemos", le dijo Gaby a Majo, que se formó con los mejores floristas de Argentina y el exterior, y, tras meditarlo durante un tiempo, pusieron manos a la obra. "Tardé en decidirme porque cuando trabajo, trabajo a fondo", concluye Gaby, a quien se la ve entusiasmada y feliz.