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Cata Spinetta: "En mis sueños recibo mensajes"

A los 37 años, esta actriz y DJ nos revela cómo es crecer junto con su pareja después de 18 años de relación y siendo mamá de tres hijos y nos emociona con los recuerdos que guarda de su papá.




Enterito, Wanama, $1790

Enterito, Wanama, $1790 - Créditos: Mariana Roveda

Hace unos meses, nos juntamos con ella con la idea de hacerle una nota corta, una página con una foto lindísima y cinco preguntas. Tardamos horas, estiramos la jornada con buenas excusas pero injustificadamente, por el puro placer de lo que estábamos haciendo. Nos divertimos mucho y quedó espectacular. Sin embargo, algo no funcionaba, la tarea terminada nos dejaba una especie de sabor a "poco". Nos sorprendió esa mezcla de fuerza y parsimonia con la que encara todo; la pasión con la que se refiere a sus cosas, la alegría con la que cuenta los aciertos y las desventuras de esta linda vida que fue armando en una casa rodeada de árboles, junto con Nahuel Mutti, su amor desde hace 18 años, y sus tres hijos (Ángelo, de 15 años, Benicio, de 13, y Justino, de 4). Y también, claro, el amor profundo con el que nos habla de su padre, el Flaco Spinetta, que recibimos con gratitud y empatía. Lo que nos quedaba fuera de la página era demasiado. La llamamos para explicarle, le pedimos disculpas por el gran trabajo invertido y le propusimos empezar de nuevo para que fuera ahora nuestra chica de tapa. "¡Claro que sí!", exclamó entusiasmada, y agregó: "Era lo que yo quería y creía que no era posible, no sabés lo feliz que me pone este llamado". Así que nos volvimos a encontrar para disfrutar de una nueva charla.
Vos que estás desde hace tanto tiempo en pareja, ¿cómo es atravesar el paso del tiempo de a dos?
Ahora, en enero, cumplimos 18 años, pasamos todos los veinti, estamos por terminar los treinti, o sea..., el cambio fue una constante, y creo que el secreto, si me preguntan, es crecer para el mismo lado, seguir queriendo lo mismo, y eso no lo podés modificar vos.
Acompañarse en el crecimiento.
Claro, eso habla de una profundidad. Cuando pasás tantos años con una persona que amás, llegás al punto en que te conoce de verdad y vos la conocés de verdad. Entonces, no podés caretear nada. Y eso está bueno. Es un acompañar mutuo de las transformaciones que cada uno de los dos va experimentando en la vida. Le vas metiendo fichas a lo que el otro quiere, porque creo que por ahí pasa la cosa, por no cortarle el mambo al otro, porque si no, no funciona. Si no acompañás a tu pareja en su proceso de crecimiento, te quedaste afuera.
Fuiste mamá muy joven.
Re, a los 22. Y al año y medio ya tenía dos hijos. Siempre quise ser madre joven; cuando era chica, veía a mi mamá tan joven, tan linda, y decía: "Mi mamá es la más linda, la más joven, yo quiero ser como ella".
Y conseguiste un buen socio para arrancar tan temprano. Hoy no es muy común eso.
Bueno, con Nahuel siempre estuvimos desfasados. Fuimos los primeros del grupo de amigos en tener hijos. Y creo que eso generó cierto temor en los otros, como que no iba a estar en la misma, y en verdad yo me sentía muy bien. Además, siendo mamá re podés salir. Y si no, siempre tuvimos cerca a los abuelos, que fueron de gran ayuda. Porque niñeras no quisimos tener.
¿Se ocuparon ustedes de los chicos en el día a día?
Sí, en general, los dos tenemos cierta disponibilidad y nos repartimos. Hubo momentos difíciles también. En 2002, cuando todo se fue al carajo, Nahuel se quedó sin laburo. Teníamos los dos bebés y ahí salí yo a trabajar fuerte mientras él se quedó con los chicos.
¿Qué hiciste en ese momento?
Empecé a laburar en Canal 13, tenía que recorrer boliches, volvía a las 4 de la mañana a mi casa y los nenes eran re chiquitos, era toda una movida. Pero el laburo de actor es fluctuante. Nunca es fácil vivir del arte, pero vale la pena. Ahora me conecté de vuelta con la actuación.
¿Cómo?
Estoy volviendo a ir a algunas audiciones, me quiero conectar con eso porque me hizo muy bien en su momento. Y en marzo se lanza una película, Primavera, en la que trabajé con Nahuel y actúa también nuestro hijo mayor, Ángelo.
Musculosa, Paula Cahen D´Anvers, $483, kimono, Wanama, $1190, jeans, Las Oreiro, $1600, alpargatas estampadas, Aresso by Grimoldi, $1350

Musculosa, Paula Cahen D´Anvers, $483, kimono, Wanama, $1190, jeans, Las Oreiro, $1600, alpargatas estampadas, Aresso by Grimoldi, $1350 - Créditos: Mariana Roveda

¿Cómo pegó en la pareja la llegada de Justino hace 4 años, teniendo ya dos hijos adolescentes?
Justino trajo otra energía a casa, volvimos a tener un niño, que te da ese amor de chiquito que es necesario. Igual, mis tres hijos son demasiado mimosos, se pelean para que los vaya a dormir, y a mí me encanta que sea así. Les canté el arrorró hasta los 12, más o menos, ¡posta! Pero ahora los grandes pelean, salen de joda a la casa de amigos, están en otra.
Repetiste la historia de tu mamá, que ya teniendo dos hijos adolescentes tuvo una nueva beba, Vera.
Claro, mi mamá esperó más todavía, mucha distancia, yo tenía 13 cuando nació y Valen, que era el más chico, tenía 11. A mí me pasó eso, que quería uno más. Y no se me dio tan fácil. Nahuel no quería y fue una negociación de años, era NUESTRO tema que, por ahí, si uno se lo planteaba mucho más, quizás hasta era un motivo de separación. Yo sentía que me faltaba un hijo y él no. Bueno, y después no me fue fácil llegar a la situación de tener un buen embarazo y tenerlo, era como que todo venía en contra, y yo parecía una nena caprichosa diciendo: "Yo quiero tener otro hijo".
¿Querías otro hijo por vos o porque querías que los chicos tuviesen más de un hermano como tuviste vos?
Nunca pensé en quedarme solo con dos y también quería experimentar de nuevo un embarazo. De alguna manera, sabía que había otro ser que venía, lo soñaba, lo tenía presente, no me lo podía sacar de la cabeza, y fueron muchos años hasta que quedé embarazada.
¿Sos de soñar mucho?
Muchísimo. Y me sirve. Últimamente, tengo muchos sueños que tienen que ver con resolver cuestiones de la realidad.
¿Situaciones que las ves en tus sueños desde otro lugar?
Sí, como resoluciones o ideas para resolver tal cosa, ideas para estar mejor con ciertas otras cosas. Yo recibo mensajes en mis sueños. Bueno, y sueño mucho con mi papá también.
¿Qué soñás?
Que conversamos. Siento que tengo una conexión muy fuerte ahí porque él me dice muchas cosas.
¿Literales o simbólicas?
Hay cosas que son literales y otras que no, hay algunas que son más delirantes y son sensaciones y hay otras que son muy, muy puntuales.
¿Por ejemplo?
El día de mi cumpleaños, soñé que me decía algo y me desperté feliz. Había estado con él y me había dicho algo tremendo de hermoso. Entonces, te despertás y decís: "Fue un sueño". Pero ¡no!, es decir, estamos todos de acuerdo con que es un sueño, pero, dentro de los sueños, creo que hay algo que sucede paralelo, en otro estado, siento profundamente que es así, en eso creo.
Izquierda: enterito, Wanama, $1790), gafas, Vulk, $1870. Derecha: vestido bordado, Wanama, $1990

Izquierda: enterito, Wanama, $1790), gafas, Vulk, $1870. Derecha: vestido bordado, Wanama, $1990 - Créditos: Mariana Roveda

Vos contás que creciste entre shows, joda y camarines, ¿por qué creés que ninguno de los cuatro hermanos cayó en el reviente?
Creo que tiene que ver con un poder interno, mi viejo era muy sabio y sabía perfectamente cuál era la trampa. Entonces, no caía y nos mostraba a sus hijos las trampas para que no cayéramos. Ninguno de nosotros hizo bardo, ni yo ni mis hermanos. Cuando ves a los amigos de tu viejo que caen en picada con la droga, como que decís: "No, ni loca hago eso, ¿para qué?". De muy chica yo tenía esta noción.
Vos, que estás en otro entorno, ¿cómo les transmitís esto a tus hijos?
Así como estoy hablando con ustedes, les puedo decir lo mismo. Tener un canal de comunicación abierto es lo más importante, sobre todo con un adolescente. Yo hablaba todo con mi viejo, él me explicó todo, no había nada tabú. Y estuvo bien así. Creo que hay ir desde la información y la contención, decirle: "Si vos llegás a hacer esto, sabé que pasa esto, esto, lo otro". Lo que cada uno vaya a querer hacer lo va a hacer igual, para algo está el libre albedrío, pero sí le podés tirar la data para que la tenga ahí y quemarle la cabeza un poco. Mi papá y mi mamá fueron muy sabios, muy fuertes, y valoraron el hecho de no perder la sensibilidad de tenernos, creo que ese fue el motor de no reventarse ellos también.
Recibiste de ellos gran dedicación y disfrute por la crianza, ¿no?
Sí, y por eso también quise ser madre joven. Vera también fue madre joven, hace unos meses, y ella tiene 24. Todavía me acuerdo de cuando nació Vera, todos cuidándola y embobados siendo adolescentes.
¿Cómo fue el nacimiento de tu última sobrina?
Tengo otros sobrinos, pero ella es la más chiquita, y es la hija de mi hermana, es distinto, Eloísa nos derritió el corazón.
¿Seguís haciendo tu rutina de yoga?
Sí, ashtanga vinyasa, es una práctica súper poderosa, hoy en día estoy haciendo en casa, la práctica es siempre la misma y dura una hora y media. Cuando llego de dejar a los chicos en el colegio, en vez de ponerme a hacer cualquier cosa, corro un par de muebles, me ubico al lado de la ventana, miro el parque y la hago. Es automático, cuando arrancaste, arrancás, la cuestión es no dejarse estar, ¿viste?
Izquierda: remera, Chocolate, $550. Derecha: vestido, Bendito Pie, $1480

Izquierda: remera, Chocolate, $550. Derecha: vestido, Bendito Pie, $1480 - Créditos: Mariana Roveda

Otra de las cosas que charlamos en nuestro primer encuentro fue sobre la búsqueda artística que encaraste a partir de la alfarería.
Sí, ya tengo mi taller, trabajo con arcilla y cerámica y hago todo yo. Estoy súper enamorada de ese proceso creativo, es increíble armar toda la línea de producción del principio al final.
¿Por qué elegiste alfarería?
Siempre pinté, dibujé, hice cursos, talleres. No dejé de pintar, pero me fui interesando en involucrarme con algo 3D; en vez de que quedara en algo plano como es un cuadro, me entusiasmé con el hecho de poder, desde la nada, generar algo en el espacio. Es como cocinar, me encanta cocinar, ese proceso de crear con tus propias manos me parece mágico. Soy muy manual, sobre todo cuando estoy en mi casa, siempre estoy haciendo algo, generando algo, hasta me doy maña con los cables, con lo que sea.
¿Trabajás con música en el taller?
En general sí. Solo a veces trabajo en silencio. El taller es mi espacio, donde le doy a cada pieza todo el tiempo que necesita. A veces vienen los chicos conmigo. Es un lugar que amo, una actividad que me baja mucho, me conecta con la energía creativa pura que no tiene que ver con ningún tipo de requerimiento. Forma parte de una cosa que está ahí, que es la creación... Y cuando lo hago, no pienso en nada. Para mí eso es re importante, es vital, me conecta conmigo. Después, en mi cotidianeidad, hay mucho de llamar, del mail, del contador, no puedo desconectarme y decir "hoy no tengo nada".
¿Cuál es tu relación con la música?
Desde hace 10 años soy DJ. Paso música en eventos, viajo mucho al interior. Paso soul, disco, funk, los estilos que me gustan. Tengo una banda de sonido para todo, me encanta escuchar música.
Para vos, ¿elegís random o preferís un disco de principio a fin?
De principio a fin toda la vida. Hay que recuperar eso porque los discos son una obra en sí, son una obra entera. Ahora que estuve viajando, compré vinilos, es buenísimo poder descubrir al artista así. Y es importante conocer al artista. No entiendo cuando alguien está re copado escuchando un tema, le preguntás quién es y te dice: "Ah, no sé, a ver" y se fija en el celular. ¿Quéééééé? Como concepto, está buenísimo volver al álbum, porque los artistas siguen sacando discos y el disco en sí tiene un mensaje.
Ahora están los cuatro hermanos editando juntos material inédito de tu viejo, ¿en qué consiste el proyecto?
Ay, no puedo contar mucho. A fin de año seguramente haremos el lanzamiento. Se estuvo hablando del tema porque muy ingenuamente posteamos algo, desde la emoción, y ni pensamos que al toque nos iban a llamar de Rolling Stone, de los diarios, pero todavía no es el momento de contarlo, ya vendrá el anuncio oficial.
Sos la que se ocupa de su obra, ¿por qué vos?
Fue algo que se dio naturalmente. Una va teniendo roles familiares y se va ocupando de cosas. Y supongo que tiene mucho que ver con mi personalidad, una forma de ser muy responsable desde siempre, de hacer siempre "lo correcto". Hay cosas que son lindas y hay cosas que me digo: "¿Qué hago yo hablando con abogados?". Aprender la parte legal de lo que es derechos de autor, revisar contratos, qué firmó, qué no firmó, ¡y qué carajo firmó! Dentro de todo, está todo bastante bien. Entonces, por un lado está el desafío de encargarme de esto, pero por el otro, el de no dejar mi búsqueda personal. Sé que él tampoco hubiese querido que yo dejara todo lo mío de lado, al contrario.
Maquilló y peinó Mery García para Estudio Mery García. Agradecemos la colaboración de Victoria Carrizo en la realización de esta nota.

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