Se conocieron en el rodaje de Vidas privadas (2001), la ópera prima de Fito Páez. Pero intentan echar luz a la memoria, esa que a veces traiciona. Coinciden: fue en aquella filmación. Dolores es la primera en afirmarlo. Está segura. Cecilia duda: ¿seguro que no fue antes?
"Ese rodaje fue un viaje. Yo tenía 22 años. Ahí conocí al padre de las criaturas –dice Dolores, en referencia al actor mexicano Gael García Bernal, con quien tuvo dos hijos: Lázaro (9) y Libertad (6)–. Ahí nos conocimos".
–Y quedamos conectadas en la vida –arremete Roth.
El tiempo quiso que fueran amigas. Las pasiones y afinidades compartidas nutrieron todos estos años y las llevaron a subirse a un escenario juntas. En el Paseo La Plaza, junto a Guillermo Arengo y Ezequiel Díaz, hacen Entonces la noche, la obra de Martín Flores Cárdenas que sacude la escena de la calle Corrientes.
Fue una salida de chicas. En realidad, Dolores ya había visto el trabajo anterior de Flores Cárdenas. La fascinación que le produjo Entonces bailemos, en El Camarín de las Musas, se hizo contagiosa. El deseo de volver a los escenarios se instaló. "Fue un acto de fe –asegura Fonzi–, todos creíamos en Martín y por eso nos metimos en este proceso largo, hermoso, pero de mucha ansiedad".
Dolores, Cecilia y Echi (como todos llaman a Ezequiel Díaz) participaron en la construcción de Entonces la noche. La Roth consiguió que el Paseo La Plaza se interesara en el proyecto y Díaz sumó a Arango. Solo faltaba la obra. "Lo último que llegó a nuestras manos fue el texto –confiesa Cecilia, la eterna chica Almodóvar–. Lo terminó de escribir durante los ensayos, a tres semanas del estreno".
Cuatro personajes se sumergen en la oscuridad de una ciudad misteriosa sin saber muy bien qué están buscando ni con qué se pueden encontrar; monólogos que se encastran como piezas de un rompecabezas para dar pistas de una noche que traerá consigo miedo e incertidumbre. "Las cosas no se ven igual en las penumbras que a plena luz –reflexiona Roth–. La oscuridad te permite tener otra mirada sobre las cosas, de alguna manera despierta los sentidos".
Cierta insinuación literaria al realismo sucio de Bukowski y Carver enmarca la escena que remite también al París, Texas, de Wim Wenders, y a las mujeres rotas y tristes de David Lynch. "La decadencia de la noche, donde nada es seguro, la fragilidad de los personajes, de esos seres incompletos –Dolores desmenuza la obra–. La fragilidad de una humanidad arrasada en un futuro lejano o cercano".
"O no tan lejano –arremete Roth–. Es un presente que margina a los que no están dentro del sistema, porque estos cuatro personajes son seres marginales, hombres y mujeres que fueron expulsados, zombis que viven absolutamente afuera del sistema, con la fragilidad de poder ser violentados y desaparecidos sin que nadie se entere. Que viven, pero que no nacieron en ese lugar".
En un momento del texto, el personaje de Cecilia dice: "Los años no solo envejecen a la gente".
Roth: Y cuán cierto es. No sabemos cuál es el destino nuestro, ni el de nadie. Nuestros destinos se van construyendo con la propia vida. En la obra te topás con estos seres que parecen invisibles, pero que no lo son.
Fonzi: Cada vez son menos invisibles, será porque ¿hay más? No es una obra que plantea la realidad actual de la Argentina, pero no podés dejar de pensar en ella cuando salís a la calle y caminás por Corrientes.
Abstraída de la charla que sucede a su alrededor, Libertad está decidida a consumir los datos del celular de su madre. Su rostro delata los rasgos heredados de Dolores y Gael. "Hace poco vi La cordillera. Qué personaje difícil el tuyo Dolo, estás muy al filo todo el tiempo, sos la loca que sabe la verdad", comenta Cecilia, a quien este año veremos como la madre de Robledo Puch en la esperada película El ángel, dirigida por Luis Ortega. "Muy difícil", devela Fonzi a Marina, esa mujer que puede ser condenada y tratada de loca por lo que dice. Marina es la hija del presidente protagonizado por Ricardo Darín en la película dirigida por su actual pareja, Santiago Mitre, con quien ya había trabajado en La patota y que le valió en Francia el premio como Mejor actriz en el Festival Biarritz.
Tanto Marina como Paulina (en La patota) sirven de símbolo de la mujer de hoy; la que se anima a decir algo y puede ser condenada por eso, y la que es revictimizada por el sistema.
Fonzi: No tengo escapatoria [bromea], no me ofrecen otra cosa, solo este tipo de papeles. Son historias que me interesan, que tengo ganas de contar.
Roth: Tienen que ver con nuestras búsquedas, ninguna de las dos nos caracterizamos por hacer lo que nos toque. Aparecen estos personajes porque buscamos, porque hoy necesitamos decir. Somos muchas las mujeres que decidimos no callar, pisar fuerte juntas.
Somos muchas las mujeres que decidimos no callar, pisar fuerte juntas
Recientemente, Cecilia confesó que fue víctima de violación en España. Muchas voces apoyaron que contara el hecho ocurrido hace tiempo y otros, pusieron en duda que se tratara de una violación.
Roth: No hice una confesión, no es algo que tenía oculto. Conté una situación, algo que viví, una situación que le pasó a muchísimas otras mujeres, que les sigue pasando. Quizá recién ahora hay otro tipo de reacción, pero antes no. La idea de sumisión, de sometimiento, de aceptación de ciertas reglas, se naturalizaba. Hoy no.
Fonzi: Todo el tiempo siguen saliendo a la luz hechos así. Hace poco una actriz denunció a un director mexicano de violación [se refiere a la entrevista en la que Karla Souza reveló que había sido violada por un importante cineasta] y Televisa [compañía mexicana de medios de comunicación y una de los principales participantes en el negocio del entretenimiento a nivel mundial] decidió echarlo. No dudó. Esas cosas no pasan acá.
Roth: No, acá el que está acusado de acoso puede protagonizar una serie para la familia, para chicos. No importa el nombre. Todavía nos falta mucho en ese sentido. Todavía nos pasa que cuando alguien cuenta algo, se preguntan: ‘¿Será verdad?’ O dicen: ‘No parece que fuera capaz de hacer una cosa así, tiene muchos años en el medio. ¿Por qué lo haría?’ Se pone en duda una violación. Cuándo es y cuándo no lo es. Para muchos, una violación sigue siendo que te ataquen en la mitad de la calle con una pistola. No toman como violación el hecho de que avancen sobre tu derecho de decir no. Y esto no solo lo piensan los hombres; también, las mujeres.
Fonzi: Ese es el machismo que está instalado en la sociedad, no importa si sos hombre o mujer, es la cultura del patriarcado, que está muy arraigado entre nosotros.
Roth: Por eso es muy importante todo lo que está pasando, es un acto revolucionario porque se está cambiando la mirada frente al hecho, como el ruido que se hizo porque una mujer estaba amamantando a su bebé, se salió a la calle y fue necesario hacer el tetazo. Lo que está ocurriendo es a nivel mundial, como esto que pasó en México. Falta mucho, aún hay quienes creen que el feminismo es odiar a los hombres.
Fonzi: Ser feminista tiene que ver con la lucha contra la desigualdad y la injusticia, espero que cuando ella crezca [dice mientras acaricia el cabello de Libertad, que está acomodada entre sus brazos] el tema esté asentado de una vez por todas. Sinceramente me agota tener que explicar todo el tiempo lo mismo. Es lo que pasó con el pañuelazo [manifestación que se realizó el 19 de febrero para reclamar la aprobación del proyecto sobre aborto legal, seguro y gratuito], posteás algo y hay algunos que apoyan, que suman, y otros que salen con teorías y argumentaciones boludas. Yo borro el comentario, no me detengo, porque no se puede discutir con el que no quiere escuchar, pensar, debatir en serio. Resulta imposible. No podés hacerlo frente a alguien que dice que todas las que estamos a favor somos asesinas.
La lucha del movimiento de mujeres logró que se abra el debate sobre el aborto en el Congreso.
Fonzi: Es hora de que se discuta, que se debata, pero que no quede ahí, sino que avance y que podamos despenalizarlo.
Roth: Nadie te va a obligar a hacer lo que no quieras. Recuerdo el bombo que se hizo con el tema del divorcio. Salió la ley y no todos salieron corriendo a divorciarse o dejaron de casarse.
Fonzi: Está esa idea de que se despenaliza y todas van a ir corriendo al médico. ¿De qué hablan? Hay que dejar en claro que se trata de una cuestión de salud pública. Una es dueña de su propio cuerpo, no el Estado.
Roth: ¿Leyeron lo que decía Favaloro? ["con el aborto no habrá más ni menos abortos, habrá menos madres muertas. El resto es educar, no legislar"] Claro está que fue un asesinado del sistema, una mente brillante que no soportó, que no pudo más...
No importa si sos hombre o mujer, es la cultura del patriarcado, que está muy arraigado entre nosotros.
Fonzi: Estamos en un momento complejo, de mucha violencia, intento no engancharme con lo que muchas veces se dice y se escribe. Lo importante es que se está hablando de cuestiones como el feminismo y dando visibilidad a temas tabús como el aborto, que antes ni siquiera se planteaba y hoy se habla en todos lados.
Roth: Era hora. Solo queda esperar que se debata, que no quede ahí. Seguimos aceptando cosas que no le pasarían a un hombre. Naturalizamos frases, comportamientos. Hoy eso está cambiando. Todas alguna vez lo hemos padecido. La violencia también está en los trabajos, los puestos de importancia lo ocupan en su mayoría hombres y el salario de las mujeres siempre es menor.
Fonzi: Hay que exponer la situación de desventaja para tomar verdadera conciencia de que las cosas tienen que cambiar. No nos pueden seguir matando.
Una suave lluvia interrumpe por un instante la calma en el patio del Museo Evita. La gente se mueve de un lado a otro en busca de refugio. Dolores sonríe y se jacta de haber encontrado un buen lugar. La lluvia no molesta, al contrario, tiñe la tarde de un color diferente. Libertad apenas se deja mojar, solo para comprobar que la lluvia es real y, sin buscarlo, distiende la charla.
La maternidad también las une. En 1999, Cecilia adoptó junto a Fito Páez a Martín. Dolores dio a luz a Lázaro, en 2009, y a Libertad, en 2011; ambos de su relación con Gael García Bernal. Ellas confiesan ser felices y amar a sus hijos, y al mismo tiempo reflexionan acerca del rol de ser madres. "Muchos aún creen que no hay nada mejor que le pueda ocurrir a una mujer que ser mamá, es un mandato que aún hoy está muy instalado", dice Dolores. "Como si fuera tu única función en la vida – interrumpe Cecilia–. No es así, no es la realidad. Hay que romper también con este mandato". Concluye Fonzi: "Está bueno también desmitificar toda esa idea de la felicidad alrededor de la maternidad. Es un peso enorme".
Salir de gira con la obra es uno de los proyectos que tienen previsto para lo que resta del año. Otros, aún no se concretaron. Tanto Cecilia como Dolores están a la espera de que tengan luz verde algunos rodajes pendientes. El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) puso momentáneamente un freno a la designación de créditos (mediante la resolución 1565, publicada en diciembre último) y muchos proyectos esperan su evaluación. "El enriquecimiento de una sociedad pasa también por lo cultural y por la ciencia –aclara Roth–. Tengo proyectos congelados, esperando ver qué pasa. También estamos pensando de qué manera podemos llevarlo adelante si el Incaa no nos apoya. También hay algo dando vueltas en España".
Dolores, ¿estás con ganas de dirigir?
Fonzi: Sí, tengo un guion listo, una comedia que escribí con una amiga, Laura Paredes [actriz e integrante del grupo teatral Piel de Lava]. Pero si no hacés películas que hagan plata, al Incaa no le importás. Y se olvidan de que las otras son las que viajan por el mundo, las que se muestran en festivales, las que dan identidad.
Roth: Esas otras son las que dan identidad a un país, las que llevan nuestra identidad al mundo. Me parece que hay que tener en claro que una cosa es la cultura, las expresiones artísticas, y otra es el show business. Y lamentablemente, si se las enfrenta, siempre pierde la cultura. Según la lógica del Incaa, solo hay que filmar películas que vendan entradas. El interés económico no debe ni puede ser el criterio de la cultura.
Fonzi: En mayo voy a hacer una película con el director uruguayo Federico Veiroj, es un realizador muy interesante.
Roth: Ay, no vi nada.
Fonzi: Hizo Acné [nominada a mejor película iberoamericana en los Premios Goya], El apóstata y otras.
En un momento comentaron la idea de hacer una gira con la obra. ¿Quieren presentarla en otros países?
Fonzi: Sí, queremos viajar. Tenemos planeado llevarla a México, Chile, Uruguay, y estamos viendo la posibilidad de sumar a España.
Seguimos aceptando cosas que no le pasarían a un hombre. Naturalizamos frases, comportamientos. Hoy eso está cambiando.
Roth: Tenemos muchas ganas de mostrarla en otros lados. Me gusta mucho la idea, me hace bien estar haciéndola. Es muy sanadora para mí.
Fonzi: Quiero ver qué pasa con la obra en otros países, quiero ver las distintas reacciones del público. Claramente, Entonces la noche es una pieza universal.
Roth: Y en el mundo pasan tantas cosas, no solo ocurren acá. Las mujeres alzaron la voz en todos lados, por eso decimos que es algo histórico lo que está pasando, lo mismo ocurre con los medios, con la desinformación, el rechazó con los migrantes...
Fonzi: Son oleadas, donde todo parece repetirse, en el que el mundo se mueve de derecha a izquierda, y de izquierda a derecha.
Roth: Ya Einstein hablaba del poder de los medios, de la manipulación y de la desinformación; el propio Orson Welles, en El ciudadano hacía referencia al rol de los medios. Es cierto que no es algo nuevo, pero acá, es muy fuerte, hay temas que directamente se tapan, no aparecen. Y opinar no quiere decir que uno pertenezca a un grupo partidario, porque todos como ciudadanos somos políticos.
¿Se confunde la política con la ideología?
Roth: Todo el tiempo. Por eso no se respeta la opinión diferente y necesitan ponerte del otro lado. Yo tengo un compromiso con la realidad que me rodea, como ciudadana.
Una confusión con las limonadas, desvía el punto de conversación y Cecilia se apura en aclarar que solo quedan unos minutos porque tiene otro compromiso. Y al pasar, le comenta a Dolores las ventajas de vivir en los alrededores del Museo Evita, entre las que se destaca la cercanía con su psicóloga. El amor por la terapia también las une. Las dos actrices se analizan desde hace tiempo. Fonzi llegó a hacerlo cuatro veces por semana y, como esas coincidencias de la vida, se sentaron en el sillón del Dr. Peretti en la ficción En terapia, que emitió la TV Pública y que protagonizaron en temporadas diferentes. Dolores, en la primera, y Cecilia, en la tercera.
La complicidad de sus miradas, en sus dichos da cuenta de la amistad que las une. Allí está Cecilia, la chica Almodóvar, y Dolores, que ahora en el escenario de La Plaza cumple el sueño de ser una rubia que parece salida del imaginario de Lynch. Libertad muestra un juego que se bajó en el celular, es un papá en un spa. "Los tiempos están cambiando", sentencia Dolores.
LÍNEA DE TIEMPO
DOLORES FONZI
- 1978
Nace el 19 de julio, en Buenos Aires. Es hermana del actor Tomás y del músico Diego
- 1996
Con su rol en La nena, hace su aparición en TV. Luego vendrán Verano del 98 y El sodero de mi vida. A los 18 años debutará en cine, en Plata quemada
- 2001
Filma Vidas privadas, de Fito Páez, donde conoce a Cecilia Roth y a Gael García Bernal, el futuro padre de sus hijos Lázaro y Libertad
- 2015
Protagoniza La patota, de Santiago Mitre, con quien forma pareja y volverá a filmar (en 2017, La cordillera)
- FUTURO
Mientras espera dirigir su primer film, en mayo rodará con el cineasta uruguayo Federico Veiroj
CECILIA ROTH
- 1956
Nace el 8 de agosto. Es hija del periodista y escritor Abrasha Rotenberg y de la cantante Dina Rot
- 1976
Su debut en cine es en No toquen a la nena, de Juan José Jusid, donde conoce a Adolfo Aristarain, que la dirigirá en varios films
- 1980
Debuta en una película de Pedro Almodóvar: Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón
- 1992
Comienza su relación con Fito Páez y se transforma en su musa. En 1999, la pareja adopta a Martín, que tenía pocos meses de vida
- FUTURO
Este año se la verá en una de las grandes apuestas del cine nacional:El ángel, de Luis Ortega
Estilismo: Lucía Uriburu
Ambientación: Diego Martínez
Asistente de producción: Maki Dell, Bárbara Fonrouge, Dorina Schechtel. Asistente de fotografía: Ezequiel Yrurtia. Pelo y make up para Cecilia Roth: Emmanuel Miño con productos Schwarzkopf. Pelo y make up para Dolores Fonzi: Justina Dubarry para Estudio Frumboli con productos Lancôme. Agradecimiento especial a Vehículos de Culto
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