En los últimos tiempos, la moda de los SUVs barrió con todo. Por estética, por ser o parecer aventureros, por cierta versatilidad. Esta tendencia desplazó a otros modelos que inclusive pueden ser más convenientes si la decisión de compra es menos emocional.
Con la idea de llegar a ese público –el que inclina la balanza hacia lo racional–, Chevrolet presentó la nueva Spin, que antes que a un lavado de cara apunta a un relanzamiento del modelo: un anti SUVs para familias numerosas que necesiten espacio, hasta siete plazas y no pagar de más. Un casillero vacío en la oferta argentina, donde los monovolúmenes tienen cinco butacas y para acceder a siete asientos hay que saltar a un SUV que orille de mínima el millón de pesos. Y la marca estadounidense intentará hacer valer ese diferencial entre un target que se centre en las funcionalidades del auto.
Este monovolumen tuvo su debut en 2012 y en el mercado brasileño fue un éxito. En Argentina no tuvo ese contagio, pero con estas mejoras Chevrolet se juega otro pleno para reposicionar a su vehículo familiar por excelencia.
Modular
No es fácil que un monovolumen sea lindo. Son altos, de formas demasiado homogéneas, poco aerodinámicos. Le pasa algo parecido a sus primos multipropósito, como el trío de franceses Kangoo, Partner y Berlingo, originalmente pensados como utilitarios. Pero lo que pierden en rasgos deportivos lo ganan en funcionalidad. Y entonces, cuando una familia llega al concesionario en la vidriera compiten mano a mano con los SUVs.
Y si el SUV es el hermano fachero, los monovolúmenes son los buenos tipos y que de paso se la rebuscan en los quehaceres de la casa. Pero ahora, este buen tipo fue al gimnasio, pasó por el centro de estética y sale a las pistas para jugar con otras cartas.
En este sentido, la nueva Spin toma el ADN global de Chevrolet para mejorar su silueta, con un aire más moderno en especial en el frontal. Nueva parrilla, faros alargados, luces diurnas LED, un capot lanzado hacia delante, nuevas llantas 16 pulgas y rasgos envolventes en la parte trasera son las principales armas. Y, además, mantiene la versión Activ de look aventurero, pero tuneado en una barbería de Palermo.
Otro aspecto: la rueda de auxilio deja el exterior del portón. Con esta decisión la ganancia es doble: 1) una tentación menos para coleccionistas de ruedas ajenas; 2) la nueva disposición mejora el centro de gravedad y le da un andar más firme.
En el interior hay una renovación en el panel, con materiales de mayor calidad. También deja de lado el tablero tipo moto conocido de modelos de entrada de gama como Onix y adopta uno tradicional con agujas. Asimismo, cambia la disposición de la guantera. Las butacas siempre son de materiales "lavables", como dicen en Chevrolet, "porque los chicos comen en el auto y ensucian los asientos".
En términos de funcionalidad, un punto clave es que la segunda fila ahora tiene asientos corredizos que se deslizan 5 cm hacia delante y 6 cm hacia atrás. Esto le permite ganar modularidad: dale más o menos espacio a la tercera fila de butacas, la que en general está destinada a los más chicos de la familia. Si la tercera fila queda plegadas, la capacidad de baúl rinde entre 710 litros y 756 litros según hasta donde se corra la fila dos. Las posibilidades de carga de Spin son muy superiores a cualquier SUV y autos con baúl del segmento B (donde se inscribe el monovolumen).
Tecnología
En materia de conectividad, cuenta con asistencia OnStar (un sistema exclusivo de Chevrolet ya conocido desde el Cruze) y con sistema multimedia MyLink, con pantalla táctil de siete pulgadas sin navegador propio pero compatible con Android y Apple para usar mapeos de teléfonos, entre otras aplicaciones. Cámara de retroceso y sensores de lluvia están entre los ítems de las versiones más equipadas.
El motor no cambió, pese a que una evolución hubiese sido ideal. Así, se mantiene el naftero 1.8 de 105 CV de 8 válvulas. Algo quedado en las primeras marchas (este hermano es así), con poca potencia para un subir una cuesta con exceso de carga, pero correcto para el uso familiar. En ruta, el comportamiento dinámico es más firme de lo que se espera de modelos altos, que suelen ser más sensibles a los vientos y con peor tenida en curvas. Por supuesto, no tiene el agarre de un sedán o un hatch.
En tramos urbanos, hay trabajo en las suspensiones, más mullidas ahora. Y el motor se desenvuelve mejor en las ciudades. Brando testeó una unidad con caja manual de cinco marchas, de relaciones suaves y buen pasaje de cambios. También hay una trasmisión automática de seis velocidades que, según Chevrolet, tuvo mejoras. Con la caja manual, acelera de 0 a 100 km/h en 12,1 segundos.
En seguridad hay buenas y malas. La buena: suma anclajes Isofix para sillas infantiles y apoyacabeza en todas las plazas, así como cinturones de tres puntos. Un faltante raro de la generación anterior si se tiene en cuenta el uso familiar casi por decantación. La mala: sigue sin control de estabilidad. Los precios comienzan en $506.900 terminan en $625.900.
Temas
Más leídas de Lifestyle
Apocalipsis. Qué es la sexta extinción masiva y por qué los científicos afirman que ya empezó
No falla. Lo que hay que hacer para eliminar definitivamente las manchas de sudor y desodorante de la ropa
“Te quita cultura, pero te da trabajo”. Tras divorciarse decidió irse un tiempo, 10 años después vive en un país de oportunidades