Clones electrónicos
Los Demarco no son una duplicación digital, sino un producto de los azares de la madre naturaleza, que ahora, además de divertir en sus shows, lanzarán su disco debut
Si Héctor no tuviera un par de lunares más que Luis en el pómulo derecho o si Luis no le llevara unos imperceptibles centímetros de estatura, los gemelos Agüero serían perfectamente un calco. Pero más que estas coincidencias visibles, son las fabulosas igualdades que aparecen a lo largo de sus 28 años las que los consagran "gemelos por excelencia". Además de haberse embarcado juntos en la aventura musical Demarco Electronic Project, que los ocupa desde 1998, en una charla con estos hermanos tan simpáticos como pueblerinos sorprenden hasta la risa tantos puntos en común.
Desde su Maipú natal empezaron a hacer una serie de elecciones que siempre los llevó al mismo puerto. Entre bombo y guitarra, de los 10 a los 18 años, hicieron folklore en la provincia de Buenos Aires. Después, optaron por venir a la Capital para estudiar cine (sí, ambos), al mismo tiempo que integraban un grupo de guitarras clásicas y alternaban sus dos pasiones artísticas. ¿Vivir? Bajo el mismo techo, por supuesto. ¿De qué? Cobrando sus sueldos en una empresa de servicio técnico para computadoras donde, claro, son compañeros de trabajo.
Sin ir más lejos, una anécdota del ámbito laboral es la que los inspiró para ponerle nombre a su proyecto electrónico. "En ese momento los dos teníamos el pelo largo hasta los hombros y usábamos barba tipo candado (ahora los dos se afeitan a diario y llevan las mechas al ras del cuero cabelludo). Yo (dice uno, no importa quién) me gané el apodo primero, porque en el lugar adonde me habían asignado decían que era igualito a Don Juan De Marco. El tema es que un tiempo después me asignaron a otro sitio y mi hermano fue a reemplazarme. ¡No entendía nada, porque lo llamaban como si fuera yo! Hasta que nos vieron juntos y empezó eso de "Ahí vienen los Demarco"".
Influidos por Depeche Mode, Pet Shop Boys, New Order y "todo lo que sonara a máquina", en la misma época en la que su generación escuchaba a César Banana Pueyrredón, en 1998 Héctor y Luis comenzaron la metamorfosis. Compraron un teclado y una caja de ritmos, y empezaron a jugar hasta encontrar la sintonía techno pop actual, con elementos del deep house, en la que se enmarcan sus canciones. "Demarco es una profecía de nuestro viejo, que murió en 2002, pero que por suerte llegó a escucharnos. Para nosotros es un proyecto mucho más importante de lo que cualquiera pueda imaginar: es la concreción de esa profecía", definen, emocionados, recordando el pronóstico encerrado en los primeros regalos que recibieron de niños: dos guitarritas con cuerdas de tanza y un proyector de cinegraph.
En su última presentación en vivo de este año, en La Cigale, Demarco mostró en sociedad a una nueva integrante de la banda (en calidad de colaboradora) tan fanática de Underworld como de Gustavo Cerati. Además de situar la propuesta en el pop más meloso, la cantante Ana Laura Perera dio la nota por otra particularidad que los chicos cuentan sin ponerse colorados: fue una de las vocalistas finalistas del primer Popstars, lo mismo que decir que le pegó en el palo a ser Bandana. "No tenemos reparo en cuanto a lo comercial -dicen los autores del remix de A veces , de Mambrú, hecho a pedido de FM Hit-, porque básicamente no tenemos ningún tipo de prejuicio. Mucha gente nos dijo que los temas que hacemos con ella suenan así. Y siempre contestamos igual: bueno, es lo que hacemos", rematan despreocupados por los rótulos que le pongan a sus composiciones. "Ella era la voz que estába-mos buscando -completa Héctor, y cuenta la anécdota-. No mirábamos Popstars, pero un día un amigo que estaba de visita en casa puso el programa y apareció Anita haciendo una armonización de Music , de Madonna, que nos voló el cerebro. Nos miramos y dijimos: ésta es la cantante para Demarco."
Considerando que en la escena hay Too much DJ (como se titula uno de sus tracks) y con la creencia de que "hay mucha reticencia en cuanto a los músicos electrónicos", los gemelos dicen también desconocer por qué están al margen del circuito local. "Es una buena pregunta para que todos nos hagamos. Pero no me extraña -apunta Luis-: tampoco El Signo tiene el reconocimiento que debería."
Después de responder a los encargos de EMI y entregar sus reversiones de uno de los nuevos temas de Rubén Rada ( Ay Amor ) y de Miguel Mateos ( Abracadabra 2000 ), los Agüero ponen toda su energía en terminar el álbum debut, que esperan editar este año en una compañía importante. "Tenemos algunas ofertas", les escapan a los detalles con la risa entredientes. En este sentido, un buen empujón para entrar en el mercado se lo dio la edición chilena de la banda de sonido del Son Amores trasandino, donde participaron con su corte Horizonte de Suceso . Como en sus shows, en los que se presentan vestidos exactamente iguales, para promocionar su disco se los verá haciendo de su parecido un recurso de marketing.