Con una app y juegos a distancia organizan festejos sociales y corporativos

Guido y Melanie están en pareja desde hace 3 años y se casaron en febrero, justo un mes antes de que empiece el asilamiento obligatorio por Covid-19 que, entre muchas otras actividades, prohibió las fiestas. Tuvieron suerte porque pudieron celebrarlo con sus famlias y amigos en un evento que contó con muchos de los servicios que ellos mismos brindan con su emprendimiento en común: WonderLab.

Los servicios de WonderLab son experiencias interactivas para encuentros sociales y corporativos cuenta Guido Miedvietzky "Como un laboratorio, desarrollamos productos innovadores trabajando con aplicaciones móviles, pulseras inteligentes e instalaciones interactivas para eventos sociales, corporativos y espectáculos", define Guido.

Su primer producto fue We Are Lights, un festival interactivo para adolescentes de 12 a 17 años, inspirado en los Lolapalooza: las invitaciones se vendían por las redes sociales y durante el evento los chicos veían a sus figuras artísticas favoritas - participaron Julián Serrano y Franco Messina, entre otros influencers- y pasaban un día entero de diversión con amigos y conociendo gente, conectados por un montón de propuestas de juego interactivo. Los participantes tenían una app y una pulsera interactiva luminosa; la APP les permitía seleccionar sus intereses y la pulsera, identificar a aquellos con los que podrían tener afinidad.

Después idearon un modelo de evento llamado FiestÓn, que a través de la tecnología, permite llevar innovación y extender la experiencia de las fiestas tradicionales. Pero al comenzar la cuarentena, esta propuesta no pudo seguir adelante. Los clientes que ya habían reservado fechas para los meses sucesivos les informaban que suspendían los eventos. Entonces, con el transcurso de los primeros días de la cuarentena y la adaptación a esta especie de nueva normalidad, empezaron a celebrarse cumpleaños por zoom y redes sociales. Así se dieron cuenta de que ellos tenían todo prácticamente listo para que, con pequeñas modificaciones su servicio FiestÓn pudiera llevarse a cada casa. Estaba surgiendo un nuevo nicho de mercado: el de los festejos online. Desde fiestas de 15, bar y bat mitzvás, cumpleaños terminados en cero, aniversarios a demandas de empresas que buscan mantenerse vigentes en la mente de sus clientes, empezaron a llegarles las consultas. Toda esa cantidad de gente que quiere y no sabe cómo festejar conforman un nicho de mercado para la industria del entretenimiento que Guido y Meli supieron satisfacer.

Así desarrollaron el servicio que están brindando actualmente: FiestÓn en Casa, que consiste en brindar al cliente una paquete de servicios basados en tecnología para que puedan concretar sus fiestas con todos los invitados conectados en forma virtual.

El evento comienza cuando los invitados reciben la invitación; actualmente es digital con un código QR o una pulsera inteligente. A partir de ese momento, empiezan a disfrutar de las preliminares de la fiesta a través de una app personalizada. Con esta app los invitados acceden a distintos contenidos como juegos, trivias, concursos, encuestas, desafíos, votaciones, premiaciones. El contenido, desarrollado por el equipo de Wonderlab de forma exclusiva para cada evento, incluye homenajes y otras sorpresas.

En el caso de FiestÓN En Casa, hay un día definido para una transmisión donde un conductor de TV (Dany Martins de Disney Channel) lleva adelante la conducción de las distintas dinámicas como juegos interactivos con los que los mismos invitados pueden interactuar a través de la aplicación. Es algo más parecido a un programa de televisión que a una videoconferencia. Al terminar la fiesta a los clientes les queda de recuerdo todo el material editado y postproducido.

El modelo de negocio para el festival adolescente se basaba en la inversión de sponsors. En la primera edición tuvieron un fuerte apoyo de Personal (Telecom), Nosotras (Grupo Familia) y MUAA! Luego, con la crisis fue cada vez más difícil conseguir sponsors. "De todas maneras, veíamos que la experiencia de la app y las pulseras eran sumamente atractivas para los adolescentes", relata Meli.

Por eso, en el 2019 pivotearon. "Rediseñamos la experiencia y cambiamos el modelo de negocio. Esta vez orientado un producto para fiestas de 15 años, casamientos, bar mitzvás, cumpleaños y eventos corporativos. La respuesta fue muy positiva, luego de dos primeros años difíciles", completa Guido.

El rubro de eventos o entretenimientos en vivo consiste en vender emociones,que luego se convierten en recuerdos para toda la vida. "Nuestro trabajo forma parte de momentos muy especiales para las personas que festejan; por eso tenemos una gran responsabilidad en todo lo que hacemos", destaca Meli.

Como desventaja de del rubro, ambos coinciden en señalar que casi no tienen fines de semana libres y es complicado tener horarios fijos pero todo ese sacrificio se compensa con el estar haciendo lo que les gusta. "Es una actividad muy divertida, o por lo menos nosotros lo vivimos de esa manera. Disfrutamos cada día lo que hacemos y el fin de semana nos toca hacer un esfuerzo adicional, que resulta muy gratificante por la posibilidad de ver la felicidad que le llevamos a tantas personas", asegura Guido.

El modelo de negocio de WonderLab es escalable. Ofrecen un producto standard que permite cierto grado de customización por parte del cliente. Cuentan con un equipo comercial, de desarrollo y de producción dedicado especialmente para concretarlo. El team está formado por diseñadores audiovisuales, ingenieros en sistemas y profesionales en entretenimiento.

Llegan a los clientes a través de publicidad en redes sociales y por recomendación de clientes satisfechos.

Inicialmente invirtieron su propio dinero y recibieron el impulso económico del programa Start-Up Chile para el desarrollo del producto. Actualmente su fuente de financiación, son sus propias ventas.

A partir de la experiencia de FiestÓn en casa empiezan a concretar un sueño que les parecía difícil de alcanzar: exportar los servicios a otros países de Latinoamérica. "Empezamos a recibir consultas de Perú, México y Colombia. En definitiva, con un producto acorde al contexto pudimos abrir nuevos mercados y mantuvimos la visión: innovar en el mundo de los eventos y llevarlos a otros mercados. Por lo que aprendimos que la visión es más importante que el producto en sí y que una mala experiencia no debe invalidar la visión a largo plazo", concluye Meli.