¿Correr o caminar?

- Podés graduar la velocidad.
- No impacta en las articulaciones.
- Lo podés hacer con ropa de vestir.
- Interviene en la oxigenación muscular.
- Es buen complemento terapéutico.
- Andar a ritmo rápido es una buena forma de eliminar grasas

Ahora bien, correr también tiene sus beneficios. El principal es que me mejora notablemente el aparato cardiovascular. Pero además:

- Quema grasas.
- Despeja la mente.
- Oxigena la sangre.
- Pone a prueba nuestra voluntad y superación.
- Consume más calorías que caminar.
- Interviene en el calentamiento muscular, en el alcance de la frecuencia cardíaca deseada y en la tonicidad.

A la hora de mencionar las desventajas, incluso quienes aseguran que trotar brinda un beneficio terapéutico más completo (siempre que uno se mantenga en la franja aeróbica individual y no intente superar la frecuencia cardíaca recomendada por un especialista) asumen que esta actividad lleva las de perder, básicamente porque puede perjudicar las articulaciones (rodilla, cadera, tobillos y hasta la columna). En cambio, la caminata es apta para todo público, a no ser que haya una contraindicación específica del médico. Eso sí, si siempre caminás de la misma manera, con el mismo circuito, entrenás sólo un grupo de músculos (principalmente gemelos, tibiales y cuadriceps) y ante cualquier otra actividad física que no sea caminar vas a tener que usar músculos desentrenados.

- Es importante usar un calzado cómodo para evitar efectos no deseados. Antes de elegirlo fijate que tenga una suela extra flexible, buen amortiguamiento, un soporte arqueado apropiado y una superficie transpirable que deje circular el aire y libere olores y humedad para mantener así el pie seco.

- Para ambas disciplinas, buscá circuitos que cada tanto varíen, como escaleras, subidas o bajadas.

- Jamás empieces en frío. Entrá en calor antes del esfuerzo y terminá la sesión con un período no menor a 5 o 10 minutos de regreso a la calma, que incluya elongación de los grupos musculares trabajados. Ojo: no confundas entrar en calor con estirar. No estires nunca antes de empezar la actividad, porque te podés lesionar.

- Al estirar debés sentir tensión en los músculos, pero no dolor. El dolor es síntoma de que le estás exigiendo demasiado a tu cuerpo. Mantené cada estiramiento por 10 o 15 segundos.

- Es recomendable usar ropa ligera, de tejidos transpirables y colores suaves.

- Si hacés la actividad al aire libre, no te olvides de usar un factor de protección solar superior a 30.

- Si bien la hora del día indicada para entrenar depende del reloj biológico de cada uno, tratá de evitar los mediodías de temperaturas muy elevadas y sol fuerte.

- Si te gusta salir a correr o caminar de noche, después realizá una clase de yoga, estiramiento, meditación o incluso natación para relajarte y descansar. Así bajarás los ritmos de estrés que provoca el entrenamiento.

- Evitá el asfalto, sobre todo si sos principiante. Es una superficie muy dura que puede perjudicar tus músculos y articulaciones. Preferí las pistas de tierra de los parques.

- Si bien desde el punto de vista médico es más mensurable y repetible correr o caminar en una cinta, no se puede comparar con las ventajas de hacer actividad física al aire libre, donde la oxigenación es más pura. Además, el paisaje hace, en muchos casos, que el tiempo pase más rápido.

- Nunca uses pesas en las manos y en los tobillos cuando corrés. Si caminás, podés llevar pesas, pero sólo en las manos. Tené en cuenta que, si bien podés fortalecer de esta manera el tren superior, el peso te hará ir más despacio y reducirás así el beneficio aeróbico. Además, estos complementos pueden generar lesiones en las articulaciones.