Cruz Chica, un hotel serrano de 1886 con pasado inglés y aristocrático

CORDOBA. Cruz Chica, a 90 kilómetros de la ciudad de Córdoba , es conocida por albergar "El Paraíso", la casa museo del escritor Manuel Mujica Lainez. "Quien recorra este sitio se asoma a mi corazón y a mi memoria", dijo una vez y, para completar ese recorrido, hay que pasar por el hotel que está al frente, el Cruz Chica. Fue el primero de la zona y tiene más de un siglo de historia, donde él solía tomar el té y organizar las fiestas de las que tanto disfrutaba.

Marion Lodi, hija de los dueños del hotel, era una de las amigas con las que "Manucho" disfrutaba tomar el té y conversar. En su libro "Cecil" –el nombre de su perro whippet que lo acompañó muchos años y está enterrado en el jardín de la casa- el escritor repasa parte de esas historias. Los jardines del Cruz Chica fueron diseñados por Carlos Thays, el mismo del Jardín Botánico porteño y eran el escenario preferido por la "selecta" sociedad de La Cumbre (pegada a Cruz Chica).

El hotel nació en 1886; una construcción de estilo inglés, de paredes de piedra y pisos de pinotea. Fue fundado por Geo England, quien compró una parte de la estancia San Jerónimo (nombre original de la zona de La Cumbre, en época de la conquista). En 1905 vende el establecimiento al escocés GGS Lumsdaine, quien le hizo modificaciones y lo "modernizó" con el objetivo –alcanzado- de convertirlo en el espacio de recreo de la comunidad inglesa.

La historia de La Cumbre fue siempre escribiéndose en íntima vinculación con el hotel; en 1916 cuando se crea la primera Municipalidad, el dueño del hotel Jorge Lumsdaine (heredero de GGS) es electo concejal y el 26 de abril de 1924 en una reunión en sus salones se decide formar "un club social y de deportes, especialmente golf". Es el inicio de La Cumbre Club Golf, uno de los íconos de la ciudad. El primer vicepresidente es Lumsdaine y el primer socio honorario, el presidente Julio Argentino Roca.

La historia de los Lodi –quienes le compraron el lugar a Lumsdaine- también tiene aristas de novela. Mr Lodi, quien trabajaba en a.el hotel Fénix de Buenos Aires, va al puerto a buscar unos pasajeros. En el lugar encuentra a una chica desorientada, a quien su novio que debía venir de la Patagonia había dejado "plantada"; era la inglesa Gladys Helen. Lodi le ofrece llevarla al Fénix; finalmente terminan casados y mudándose a Cruz Chica. A Mr Lodi se lo recuerda con un cuello palomita y su sombrero hongo negro.

Las hijas, Rosalyn y Marion, aunque nacieron en la Argentina , nunca hablaban castellano; tuvieron una estricta educación inglesa. Marion fue una de las mejores amigas Mujica Lainez y su esposa, Anita Torcuato de Alvear; se encargó de la dirección del hotel hasta su venta.

Miriam Alvarez es la actual dueña del Cruz Chica; lo compró en 1998 cuando llevaba ocho años cerrado y abandonado (en ese momento era del Sindicato Único de Petroleros). Hace una década, comprobada la historia del hotel, fue recategorizado como hostal. "Estaba abandonado pero la calidad de su mobiliario le permitió resistir; igual que la pinotea de los pisos. Hemos conservado absolutamente todo. Están las 30 habitaciones originales; sólo agregamos unas cabañas en el parque, donde hay mimbres brasileños de más de cien años", describe a LA NACION.

Relata que el nieto de England le mostró cómo en la zona donde funcionaba la pista de baile había "resortes colocados para que, en los pasos, se tuviera la idea de más liviandad. Era el salón más buscado de La Cumbre; en la bajada del jardín había conciertos y reuniones que todavía hoy se recuerdan en el pueblo".

LOS ALREDEDORES

Cruz Chica y La Cumbre constituyen el rincón inglés de las sierras cordobesas que en la década del ’30 creció con la llegada de muchas familias de la aristocracia porteña y de inmigrantes europeos que buscaban un lugar aislado donde instalarse y, en algunos casos, aires limpios para mejorar enfermedades respiratorias.

En esos años se construyeron otros hoteles como el Reydon y el Olimpo llamado "la mansión de los Dioses". Junto al Cruz Chica, eran los establecimientos elegidos por los ingleses. En 1923 María Unzué de Alvear le encargó al arquitecto francés León Dourgé su casa, "Toledo". Él mismo diseña a pedido de Ramón Casas, "El Paraíso", que después compró Mujica Láinez.