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Cuando el cuerpo dice stop

22 de octubre de 2013

Pensé que para estos días la angina habría pasado y yo retomado con mi rutina, mi nueva rutina. Entre las clases de actuación y la llegada de una nueva temporada, diseñé una nueva rutina que me tiene fascinada. Pero ya hace más de cinco días que hago reposo, que mi garganta no da más y que se me parte la cabeza. Ayer bajé a tomar un café como quien le dice basta a los gérmenes, pero fue para tener que correr otra vez a la cama (durante el día, mi querido sofá).

Dicen que el cuerpo habla y que cuando habla muchas veces hay que parar, pero por lo general esto pasa cuando uno va contra la corriente de lo que necesita o está haciendo algo que lo malhumora. Y este no es mi caso, estoy muy contenta con la nueva etapa y quiero vivirla a full. Al margen de que estoy divirtiéndome mucho, disfrutando de cada momento.

Y estar tumbada y sin energías es, además, todo un tema en mi carrera, como supongo que le pasará a otros. Al margen de no poder entrenar lo que necesito, trabajo con mi cuerpo, con mi cara y con la actitud (cuando uno está enfermo lo que menos tiene es onda ni fuerzas para ponerle onda). Estas semanas estuve viajando bastante a hacer producciones a Londres y tuve que cancelar, como otros trabajos en la ciudad que estaban buenos. Hace unos días sofperyra me preguntó si podía rechazar trabajos o debía hacer todo lo que llegara para mí a mis agencias, y lo cierto es que elijo yo, lo cual es una gran bendición y privilegio, pero dependo mucho de mi cuerpo! Y en estos casos, en los que mi cuerpo no responde, trato de negociar los tiempos y las esperas, pero a veces no se puede y es totalmente lógico que se elija a otro profesional.

Lo bueno es que estoy recibiendo muchos mimos de mis amig@s que vienen a casa a cocinar o simplemente a ver una película juntos. Estar lejos de la familia cuando uno no se siente bien es estar doblemente lejos. Pero ya pasará, hay que escuchar y hacer caso a lo que dice el cuerpo para que vuelva a arrancar.