Cuestionario Sehinkman: Diego Peretti
–Si la personalidad fuera una aplicación del celular y uno pudiera "actualizarse", ¿qué mejoras vendrían en una nueva versión de vos mismo?
–Si me pudiera actualizar, sería el mismo que soy, pero... sin sentimiento de culpa.
–"¡Era por abajo, Palacio!". Si pudieras volver atrás un momento de tu vida, una "jugada" donde erraste la decisión, ¿cuál sería y cómo la deberías haber definido?
–La decisión de la que me arrepiento es no haberme operado de la rodilla antes. Yo tenía un problema de ligamentos cruzados por haber jugado al fútbol y esperé 16 años para operarme. Ahora que me operé los resultados son muy buenos, pero ya con 16 años más. La rodilla sana ahora me sirve, ¡pero me hubiera servido mucho más antes!
–Completá la oración: "Dentro de un grupo (laboral o social) mi rol suele ser el de..."
–Mi rol en los grupos suele ser el de conductor, pero conductor en un sentido más creativo que organizativo.
–Ejercicio de poder real: si te nombraran ministro o secretario de algún área, ¿cuál sería el primer cambio concreto y posible que implementarías?
–Si tuviera algún ministerio... tendría la firme convicción política de bajar la mortalidad infantil y el analfabetismo en el país hasta cero. ¡Pero firme convicción política! Si tenés una firme convicción política hacia esos objetivos, el pueblo te acompaña. Si no se hace, es porque no se quiere.
–Escribile una breve carta a tu ego. Contale qué pensás del tamaño que desarrolló (o no desarrolló). Indicale qué esperás de él.
–"Hola Ego, quiero decirte que estoy contento con vos. Veo que intentás tener una cualidad que pocos egos tienen y que es la ubicación, el sentido común y el equilibrio de la justicia".
–Un papelón inolvidable:
–Una vez me llamaron para hacer teatro leído, semimontado, para un acto de beneficencia. Creo fue en el teatro Regina, y me dieron a leer una obra de Chéjov, que la había leído una sola vez… Me dijeron: "No te preocupes no pasa nada", y bueno "no te preocupes no pasa nada" terminó siendo casi un abucheo porque realmente yo leía mal. Es una obra que se necesita leer, no sé…, cincuenta veces para poder interpretarla medianamente bien. Fue un papelón.
–Un momento de felicidad inolvidable:
–Un momento de gran felicidad es un regalo que me hicieron mis padres cuando tenía 13 años. Yo había entrado después de un examen en el Colegio Nacional de Buenos Aires. Me entregaron un reloj Seiko con cronómetro que me tapaba toda la muñeca, más grande que yo era. Me encantan los relojes. Ese regalo me tomó por sorpresa y me dio una gran felicidad.
–Buscá una foto tuya de la infancia. Con tu experiencia actual, ¿qué recomendación le darías a aquel de la imagen?
–Yo vivía cerca de Canal 13. En la época que yo era chico estaban los Sábados circulares de Mancera, donde entraban y salían grandes estrellas. Un día salió Martín Karadagian y me saqué una foto con él, y tiempo después alguien hizo una biografía de él y... ¡en el libro aparezco yo chiquito con mi bicicleta al lado de Martín Karadagian, con mi cara de nene fascinado con su ídolo! Yo a ese nene no le daría ningún consejo, porque estoy contento con el desarrollo que tuve. Pero sí le diría que crezca como creció: en libertad y sin prejuicios.
–¿Por qué creés que te contratan?
–Yo creo que porque soy medianamente buen actor. Porque soy ubicado y porque –creo yo– soy buena gente. ¡No tonto, eh! Buenas personas significan a mi criterio personas ubicadas, con sentido común. En este caso sirve que sea, creo, algo creativo.
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