Curvas felices: la moda XL de LS
En las vidrieras del local, de elegante amplitud, de LS Taglie Forti, en la calle Arenales, la mención talles del 44 al 62 coexiste con maniquíes y prendas de tamaños a ojos vistas menores. Es que, como explica Leonardo Salanitri (51), fundador y diseñador de la marca, sus clientas, mujeres robustas, prefieren no verse reflejadas en figuras fieles a sus proporciones reales. Pareciera que ellas no han borrado aún por entero los rastros de la mirada ajena. Por lo cual, la tarea de Leonardo no se limita a proporcionar a sus clientas las prendas funcionales que necesitan. Debe además darles los toques de soltura actual, originalidad y glamour que harán que ellas pasen de saberse poco consideradas a sentirse espléndidas.
En un punto de su historia, en el que la moda aspira o pretende incluir todas las diferencias, la gordura sigue apareciendo como un tema difícil de encarar. Es otra ocasión de constatar a qué punto la moda y la vida están entretejidas, o anudadas. Por cierto, nadie la tiene fácil en la era del consumismo. Corremos serios riesgos de exclusión del juego social si no nos sometemos dócilmente a rígidos, aunque fluctuantes, modelos de belleza y comportamiento. Estos, perversamente, se revelan muy difíciles de alcanzar.
La industria de la moda, que engloba indumentaria y cosméticos, es un fértil productor de espejismos. Su éxito se nutre en gran parte de la legión de personas que viven en constante conflicto con su propia apariencia. Entre ellas, las mujeres de un peso por encima de los estándares aceptados. Gran parte del sistema de la moda lxs ignora o desdeña. Pero ha habido iniciativas para la inclusión de la gordura como otra variable válida dentro del discurso y del repertorio de imágenes de la moda, desde campañas publicitarias de jabones o de ropa interior hasta la que llevó adelante Franca Sozzani con sus ediciones Curvy de Vogue Italia, en una nota de portada, en el número de junio de 2011, titulada Belle Vere, con tres modelos plus-size, según el eufemismo cursi con el que la moda evita incluso hablar francamente del tema. En los 80, el grupo italiano Max Mara fundó una marca, Marina Rinaldi, dedicada a los talles grandes, con un nivel de calidad de diseño y de realización hasta entonces inhabitual en el mercado. En tiempos más recientes, otras líneas y diseñadores como Christian Siriano y Prabal Gurung, en los Estados Unidos, y Nike han elegido tener en cuenta también esta otra forma de diversidad.
En la Argentina, Leonardo Salanitri es el único creador dedicado exclusivamente a producir, según su definición, ropa especial para mujeres especiales. Lo ha venido haciendo, con gran brío y sin prejuicios, de acuerdo a cánones propios, desde su adolescencia. Hace trece años que conoce un éxito creciente en el área del prêt-à-porter. A través de su tienda online y del boca a oreja de viajeras internacionales sus prendas llegan a Japón, Estados Unidos y Canadá. Cordial, expansivo y firme adepto del more is more, en la vida como en su moda, y apasionado por su oficio, confiesa amar de amor a sus máquinas de coser, pasa lo mejor de su tiempo trabajando a mano, con fervor artesanal, sus piezas únicas, a las que no priva de ornamentos. En África en Mayo, su colección más reciente, las mixturas de colores, estampas y efectos decorativos transmiten una sensación de euforia contagiosa, entre alboroto y alborozo, hilados antiguos y muy buenas lanas, sedas pintadas, algodones, muselinas, bordados, pedrerías, incrustaciones, capas etéreas y todo un repertorio de piezas multicromáticas en crochet, pero también, last but not least, y fundamentales, eficaces piezas de sastrería.
Con esta exuberancia que ofrece a sus mujeres de gran talla, el diseñador compensa con creces lo que otras variantes de moda no saben darles. Más allá de todo mandato comercial, parece ser un gesto de afecto.
El autor ha colaborado en Vogue Paris, Vogue Italia, L'Uomo Vogue, Vanity Fair y Andy Warhol's Interview Magazine, entre otras revistas
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