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 • BELLEZA

Dafne Schilling: "El ritmo te despierta"

Una charla con quien trajo el yoga booty ballet a la Argentina y genera una revolución interior al ritmo de Beyoncé.




Dafne estudió danza de chica, y esas clases de ballet las lleva en su ADN: su presencia, tan etérea, tan erguida frente a la vida. En su búsqueda de una conexión más profunda con su cuerpo, en la adolescencia ya empezó a estudiar yoga. Sin embargo, siempre imaginó que se iba a dedicar a la actuación. Después de un chispazo de fama con algunos bolos en Rebelde Way, cuando terminó el secundario, empezó a dar clases de yoga para mantenerse, se puso a estudiar con Lito Cruz y abandonó el baile por un tiempo cuando parecía que su sueño se cumplía con un coprotagónico de una película danesa. Con 20 años, partió a Los Ángeles para representar a la película por algunos meses, ahí conoció a una profe de yoga booty ballet, y entonces sintió: “Encontré mi razón en la vida”. Y decidió hacer el instructorado. Cuando volvió a la Argentina, la actriz que imaginaba ser no encontró lugar y algo tan orgánico como fluido la impulsó a empezar a dar clases de esta disciplina, creada por Gillian Clark, que la atravesaba de pe a pa: el yoga booty ballet. Eso era ella. Hoy, con 29 años, tiene miles de seguidoras y no solo da clases, sino que se convirtió en una influencer para tantas mujeres que quieren bailar y meter algo de aeróbico en sus vidas, pero también encontrar el propio ritmo.
¿Qué sentís que es lo que más nos cuesta como mujeres?
Siento que cuesta la autenticidad, que muchas veces implica decir cosas que a otros no les van a gustar o incluso tener que alejarse de gente. Para mí, la búsqueda interior implica ver cosas en los otros que a una no le gustan. Muchas prefieren ni mirar y seguir adelante como si nada hubiese pasado. Para ser auténtica, luché un montón, incluso muchas veces me copiaron y me preguntaba: “¡¿Hasta cuándo voy a tener que seguir inventando yo?!”. Cada uno tiene su forma, pero a mí también me costó ser auténtica.
Cuando estás conectada con tu creatividad, te das cuenta de que sos una usina de ideas ilimitada. En vez de ponerte mal porque se “apropiaron” de una idea, podés seguir creando.
Ese fue otro concepto que me re costó entender, que yo adentro tenía un montón. No se agotan las ideas, siempre iban a seguir surgiendo. Otro gran aprendizaje es la libertad, hacernos tiempo para nosotras mismas, relajarnos. Y lo que más me preocupa es el poco amor propio que nos tenemos los seres humanos.
¿Cuál es el mejor insight que recibiste en estos años de clases?
Creo que lo que más me llama la atención es la confianza en ellas mismas que desarrollan las chicas que toman las clases. Muchas lograron quedar embarazadas finalmente, después de mucho tiempo; otras cambiaron su vida y dejaron su laburo para emprender. Mi ejemplo de ponerle tanta garra a un proyecto propio las hace sentirse rápidamente identificadas y dicen: “Ah, bueno, yo también lo puedo hacer, no necesito tanto”. Yo no tengo un estudio propio, la verdad es que no lo puedo bancar; soy yo subiendo una fotito mía o un pensamiento a las redes, moviéndolo. Hay que ponerle el corazón a lo que una hace, y la verdad es que puede haber millones de instructorados, millones de personas que te enseñan a hacer lo que quieras, pero si no amás lo que hacés, no te va a fluir nunca, para mí esa es la clave. Hay que despertarlo adentro y confiar.
Las mujeres necesitamos estar entre mujeres, ¿lo sentís así?
¡Es lo mas ancestral del mundo! ¡Sí! Todo el ritual de estar entre mujeres, de acompañarse, de compartir momentos. Eso es lo que más me gusta de mi trabajo: cuando veo que se generan conversaciones. Les digo: “Bueno, ¿qué sienten ahora?”, y con las respuestas ellas están encontrando su propia voz, están diciendo. Y ese es el primer paso para ser lo que una tiene que ser. Además, hay algo del YBB que es muy sexy y despierta mucho a la mujer interna de cada una.
Esa es la parte “booty”...
Sí, es muy sensual el baile, así empezás a aceptar tu propio cuerpo y a verte sexy. Están buenos los movimientos que despiertan la sensualidad, como los ejercicios de kundalini. Sin embargo, para sentirnos muy diosas internamente, es fundamental el espacio libre de juicio, que no nos sintamos juzgadas entre nosotras. Gracias a esa liberación, podemos mostrarnos así, disfrutarnos.
Para alguien que nunca baila y se siente de madera, ¿cómo empezar a conectarse con el baile?
Primero, que escuche mucha música. La música y el ritmo te despiertan, es algo que se lleva adentro y lo tenemos todos, no es que hay alguien que lo tiene y otro que no. El tema es que no nos damos el espacio para ponernos música y probar bailar; entonces, decidir estar bien es tomar la decisión de estar bien. Decidir cuidar tu cuerpo es decidir cuidar tu mente, no podés cuidar solamente tu cuerpo y que tu mente esté estresada. Entonces, elegí hacerte un tiempo para vos y ponete una buena canción que te inspire.
¿Qué tipo de música?
El que quieras. Yo pongo en mis clases pop electrónico, que es el que se usa ahora, algo de tecno, rock & roll, alguna que otra salsa medio remix. También mucho hip hop. De repente me mando algún reggaetonazo y ahí, a mover el cuerpo como te salga. Cuando empezás a mover, empezás a desbloquear mucho.
A veces, nos bloquea la vergüenza, el sentir que bailamos mal.
Es que eso es lo primero que hay que romper. Cuando vienen a las clases y me preguntan: “¿Hay que saber algo?”, respondo: “¡No tenés que saber hacer nada!”, simplemente olvidarte de tu mente, de hacer las cosas bien o mal, ¡y bailar! La verdad, a mí me cuesta un montón explicar qué es el YBB, porque siento que es una experiencia que se tiene que vivenciar. Hay muchas que se van llorando, otras riéndose. Cada día cambia, pero el cuerpo es el templo que más necesita moverse, destrabar y hacer espacio. Mientras, no dejar de respirar. Va a haber un momento en el que finalmente vas a soltar, para mí es esa la magia, es seguir, dejar la mente a un lado y no juzgar. Si te digo: “Abrí el corazón, llevale aire a tu corazón”, no juzgues por las palabras, aceptalas, sentilas. La mente, al mismo tiempo que le decís: “Abrí tu corazón”, está diciendo, burlona: “Dale, abrí tu corazón...”. Ese es el mecanismo que hay que romper. Dejar de juzgar al otro. Dejar de juzgarte a vos misma y poder ir abriendo.
Las mujeres estamos más luchadoras, ¿qué sentís que se viene?
La mujer está guerrera, fuerte, y la revolución tiene que estar adentro para sentirnos bien con nosotras y ubicarnos en el planeta. Entonces, que cada una ocupe el lugar que tiene que ocupar y entre todos nos respetemos. Fuimos las brujas en la antigüedad, nos mataban y quemaban en las hogueras, y bueno, ahora el universo tiene que cambiar. •

¿Dónde probar sus clases?

Consultá por sus clases grupales en sedes de Palermo y Colegiales así como por clases a domicilio o retiros de YBB en sus redes. infoyogabb@gmail.com, @ybbargentina.
¿Conocías la disciplina que trajo Dafne al país? Podés leer sobre otras mujeres que pisan fuerte en sus rubros en Nora Lezano: la fotógrafa del rock y Sole Fandiño: "Si algo está muy trabado, es que no va".

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