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 • HISTORICO

De cuando los seres queridos se van a vivir lejos




Juan,
¡Sí! finalmente llegó el calor. Disfruté mucho ver la imagen de las sierras cordobesas en tu último post. Tengo los mejores recuerdos de veranos en Córdoba. En especial en Los Reartes, pasando una famosa curva que te llevaba hacia la Olla, un lugar con una enorme roca de la cual podés tirarte de cabeza desde una buena altura y aún así no llegar a tocar con las manos el fondo de esas aguas transparentes.
A los largo de estos meses hablamos tanto de viajes, de todo lo que se revela en la propia mirada hacia el mundo, de esa adrenalina de lo desconocido, del instante cuando el avión carretea y finalmente las ruedas se repliegan para abandonar el suelo mientras uno, ahí en esa cápsula, se despide de la tierra, para abrazar el cielo y emprender un viaje hacia otra dimensión.
Quiero dejarte este tema para que lo escuches mientras seguís leyendo:
En apenas unos días mi hermana, su marido y mi sobrina, se van del país a vivir a Nueva Zelanda. Por la diferencia horaria, ellos estarán viajando al futuro. Y cuando lleguen, se encontrarán con un paisaje distinto, un idioma diferente y costumbres nuevas.
¿No es acaso este tubo metálico que llamamos avión, una cápsula del tiempo que nos lleva hacia otra dimensión?
Increíble y maravillosa humanidad, capaz de superar lo que en tantas épocas fue inimaginable.
Y así, en un futuro cercano, bajo el mismo cielo y en un mismo instante, estaremos hablándonos y viéndonos desde la distancia. Allá quizás sea de día y acá de noche…… misterios de la vida.
Este viaje a todos nos impacta fuerte.
A lo largo de los años, a cada uno de nosotros nos tocó despedir y despedirnos de aquellos que amamos. La diferencia es que cuando mi hermano se fue, cuando yo me fui y cuando mis hermanas se fueron por primera vez a vivir lejos, éramos muy jóvenes, mis padres eran muy jóvenes. Hoy hay nietos, sobrinos, hoy somos todos más grandes. Las emociones nos sorprenden con nuevas caras.
Herman Hesse, en un pasaje de su libro Siddartha, escribió:
"He sido un hombre que busca y aún lo sigo siendo, pero ya no busco en las estrellas y en los libros, sino en las enseñanzas de mi sangre "
Nuestra sangre trazó su propio camino, uno marcado por el esfuerzo, los viajes, la acción, la curiosidad, por el levantarse todas las veces necesarias sin importar lo fuerte de la caída. Una ruta en la cual la familia y los amigos significan tanto, que esos hilos invisibles que nos unen no sólo no se debilitan con las distancias, sino que se fortalecen para asegurarnos que jamás se deshilachen.
Y así, cada noche, nos sentimos ricos, millonarios, sumamente fuertes y afortunados. Cerramos los ojos y sabemos que en otro hemisferio, cerca de otro océano, en otro huso horario, está un hermano, un amigo, un ser amado, transitando por las peripecias de un mismo mundo, el Planeta Tierra.
En un mismo instante, bajo las mismas estrellas, podemos imaginarnos todos a un mismo tiempo y sentirnos poderosos: en muchos rincones del mundo hay personas que nos aman. Estamos en muchos lugares, estando en uno.
Y mientras tanto, como también dice Hesse: "La vida de cada Hombre es un camino hacia sí mismo, el intento de un camino, el esbozo de un sendero."
Por ello hay que dejar ir. Y aunque duela – porque duele ver partir a quienes uno quiere – también hay que reír en su honor, danzar en una ronda alegre en estas fiestas que nos ven unidos, y con ese baile rendir homenaje al coraje de todo ser humano que vence la pereza de lo conocido y se anima, como dice Hesse, a transitar ese camino hacia sí mismo.
Porque cuando nos encontramos a nosotros mismos, llega la paz. ¿Y no daremos entonces lo mejor que podemos dar a nuestros amigos, familia y mundo?
Por eso estoy feliz por mi hermana y su marido. Ellos apuestan por un tiempo a un sueño que viene de años, irán a desarrollar sus profesiones, descubrirán nuevos tesoros de otras tierras, aprenderán, crecerán y se reencontrarán cada día más con la mejor versión de sí mismos.
Y como dice la canción de Charly -con la bella voz de Fabi- que te dejé, las personas se van, pero también vuelven. Y será maravilloso. La imagino a ella, mi hermana del futuro, con la misma sonrisa pícara y sus movimientos de manos característicos, pero con esa mirada satisfecha del que arriesga y no se queda con eternas dudas en la vida. Eso también es el camino hacia la paz.
E imagino a mi sobrina, como una pequeña Siddartha viajera, con sus ojos buscando las respuestas en las estrellas y en los libros, mientras vive día a día y queda en ella las enseñazas de su sangre.
Te deseo feliz navidad, un momento que para mí simboliza la familia – que pueden los parientes, pueden ser los amigos, pueden ser tus animales amados, puede ser un momento tuyo mirando hacia el universo -, y por sobre todo simboliza dar amor, dar esperanza y brindar para proponernos entre todos el camino hacia la paz.
Y la navidad es también el día de cumple de mi hermana que se va.
¡Cumplís en un día especial como vos, linda Tania!
Beso,
Cari

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