Hola Cari!
Me sorprendió mucho tu última Aventura que compartiste en el post anterior. Si bien es algo que sé que pasa, me cuesta siempre entender cómo es que pasan cosas asi, tan "programadas". Tinder en vivo! La próxima que va a hacer, ¿sexo por WhatsApp?
Esta canción que acompaña el post, es perfecta para el tema de esta semana:
Es evidente, y cada vez más preocupante. Vamos perdiendo a pasos veloces la capacidad de comunicarnos en persona, pero mejorando nuestro repertorio digital. Está buenísimo tener un teléfono que te guste, con las apps o pantalla como vos querés. Que la batería dure un montón también está buenísimo. Hablar con amigos que están lejos en un instante, poder encontrar todo lo que necesitamos, saber al momento que nos surge una duda. Esta bárbaro. De hecho, yo soy de los que cada año cambia su teléfono celular por otro nuevo, que sea mejor o tenga lo que necesito. De hecho últimamente lo cambio 2 veces por año! Y sí, me gusta tener el último juguete tecnológico. Bueno, en realidad no el último top porque escapan a mi presupuesto, pero ir mejorando siempre el dispositivo que tengo. De hecho, dos posteos atrás contaba que lo estaba realizando por primera vez de manera íntegra en mi teléfono nuevo, que tenía escasos 2/3 días conmigo. Todo mientras escuchaba música, buscaba links, redactaba en Word, lo subía a la nube, mandaba a la editorial el contenido, con imágenes cargadas. Todo hermoso. Y también me gusta tener WhatsApp, Instagram, Facebook, Twitter. Pero no dejo que eso me maneje. Tampoco la pavada de vivir abstraído de la realidad.
En momentos siento que la forma de comunicarnos actual, tan digitalizada, empieza a violar las formas de convivencia y respeto más mínimas que hay. Tengo una alumna particular que es víctima de los llamados de la madre en plena clase. "Mamá, ¿qué pasa?", "brlbrbrbrlrl" responde la madre. "Ma, sabés que estoy en clases. No puedo hablar ahora". Y ¿adivina qué? No puede cortarle porque la madre se cuelga hablando con ella (una vez una llamada duró más de 5 minutos). Cuando finalmente corta, siempre acota que la madre es una densa con el teléfono llamándola sin importar dónde esté o qué esté haciendo.
Ahora, yendo a lo concreto que contabas, te puedo decir que no conozco un solo hombre, ni uno solo, que se haya levantado a una mujer con semejante paparruchada del CV en vivo. Me dio la impresión de que estaba tan ensimismado que no se daba cuenta de cómo le intentabas hacer ver lo ridículo de la situación abriéndole los ojos con tus manitas. Y es loco, porque creo que ni en Tinder podés enganchar algo así.
Tinder, Happn, Badoo. . . hay de todos los colores y sabores. Donde la diversión principal en realidad creo que es ir pasando páginas en ese catálogo virtual de personas, porque francamente, las mujeres en mi caso que devuelven el "hola" después de que hay coincidencia, es más o menos de una relación 2/10. De ahí a que las conozcas en persona, pueden pasar mil cosas y excusas diferentes. Hay gente ya que no quiere relaciones en persona, quiere relaciones con personas pantalla de por medio. Y ¿sabés qué? Esos mismos son los que menos idea tienen de cómo manejarse socialmente en ese y en muchos aspectos más de sus vidas.
Siempre digo que me gustaría que mi próxima pareja salga de un hecho accidental, como cruzarla en la calle, chocarnos accidentalmente, levantarle las hojas que se le volaron, e invitarla a tomar un café, un trago, cualquier cosa. Algo más análogo ja.
Besos!!
Muack
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