Cómo funcionan las microdosis de hongos en la salud cerebral
Los estudios no han logrado determinar todavía de manera precisa el efecto que tiene su dosificación en cantidades mínimas; algunos expertos señalan que el problema es que el diseño experimental está mal planteado
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El uso de pequeñas dosis de LSD o psilocibina, el componente activo de los hongos alucinógenos, para tratar síntomas como la depresión, la ansiedad y otras afecciones mentales ha sido objeto de diversos ensayos clínicos en los últimos años. Sin embargo, aún no existen conclusiones firmes sobre sus efectos, lo que divide las opiniones de los expertos.
Cómo beneficia la microdosis de hongos a la salud mental
Dana G. Smith, especialista en ciencia y salud, elaboró un detallado informe para The New York Times donde examina la situación actual de cómo las microdosis de hongos afectan la salud cerebral. Su observación principal es clara: “La evidencia es limitada, y los expertos no coinciden en si las microdosis realmente ayudan a las personas o no”, afirma.
Smith explica que los expertos definen la microdosificación como “el consumo del cinco al diez por ciento de una dosis completa de una droga psicodélica, generalmente LSD o psilocibina”, como una manera de obtener los supuestos beneficios para la salud mental del compuesto sin causar efectos alucinógenos. El interés en estos estudios radica en que “las investigaciones sobre los beneficios de dosis completas de psicodélicos para la salud mental son prometedoras”, plantea.
No obstante, respecto a las microdosis, Smith señala que los tres ensayos científicos más grandes publicados hasta la fecha sugieren que los beneficios percibidos por los participantes se deben al efecto placebo.
Uno de los estudios mencionados por Smith fue realizado en 2022 por Marschall J, Fejer G, Lempe P y otros, y publicado en la Revista de Psicofarmacología. Sus conclusiones, como subraya Smith, indican: “nuestros análisis confirmatorios revelaron que las microdosis de psilocibina no afectaron el procesamiento de las emociones ni los síntomas de ansiedad y depresión en comparación con el placebo”.
Además, la experta reseña otro estudio llevado a cabo por el Centro de Investigación Psicodélica del Imperial College de Londres, que llega a una conclusión similar: “Los hallazgos indican que los beneficios anecdóticos de la microdosificación pueden explicarse por el efecto placebo”.
Finalmente, un tercer estudio, realizado recientemente por la Universidad de Chicago, confirma que “en un entorno controlado y con un número limitado de administraciones, las dosis bajas repetidas de LSD son seguras, pero provocan cambios insignificantes en el estado de ánimo o la cognición en voluntarios sanos”.
¿Un problema metodológico?
Pese a estos resultados, Smith señala que algunos investigadores permanecen optimistas respecto a que las cantidades ínfimas de alucinógenos eventualmente demostrarán ser beneficiosas para la salud mental y las capacidades cognitivas. Para estos estudiosos, el problema no es que las drogas en microdosis sean ineficaces, sino que el diseño de los ensayos controlados con placebo es defectuoso y “podría estar influyendo en la falta de hallazgos significativos”, explica.
Algunos investigadores de la microdosificación, como Michiel van Elk, quien participó en el estudio publicado en la Revista de Psicofarmacología, mantienen la esperanza de que las cantidades minúsculas de alucinógenos finalmente demuestren beneficios para la salud mental y las capacidades cognitivas. Según Smith, este grupo sostiene que tal vez los estudios no hayan sido lo suficientemente extensos, o que las pruebas y cuestionarios utilizados no reflejen plenamente los beneficios que algunas personas perciben de las microdosis.