Día de la anestesiólogo: la historia del hombre que experimentó con el dolor hasta reducirlo
El 16 de octubre de 1846 el dentista William Thomas Green Morton, nacido en el poblado de Charlton, Massachusetts, realizó un experimento público con el objetivo de demostrar la eficacia del éter en la reducción del dolor durante las cirugías.
El éxito del experimento público del odontólogo estadounidense fue tan asombroso y contundente que se tomó la fecha en la que sucedió para celebrar el "Día de la anestesiólogo", pero la realidad es que los médicos del siglo XIX venían realizando ensayos para mitigar el dolor de sus pacientes desde hacía mucho tiempo.
Desde la inducción de desmayos por compresión de las cervicales en la antigua Siria, a la aplicación de hierbas y resinas como el opio, o la ingestión de alcohol en dosis tóxicas para generar inconsciencia, la historia de la medicina está llena de ejemplos de la búsqueda de una solución al dolor que sufrían los pacientes cuando eran "operados".
Sin embargo, el uso del éter como droga narcótica comenzó a difundirse como un anestésico eficaz para los médicos de la época. Quién comenzó a experimentar con este gas fue el químico inglés Michael Faraday en 1818, pero fue el dentista de Boston quien logró hacerlo público, unos años más tarde, después de experimentar primero con su mascota, y luego con él mismo.
El 30 de septiembre de 1846 Morton le suministró gas de éter a Eben H. Frost, a quien le extrajo un diente sin que sufriera dolor alguno. Cuenta la historia que este paciente, aterrorizado por el tormento que sufriría, como era moneda corriente en la época, le había pedido al dentista que lo hipnotizara.
En cambio Morton le hizo aspirar éter sulfúrico (o letheon, como lo bautizó). La operación fue un éxito rotundo e indoloro de tal magnitud que la noticia corrió rápidamente por toda la ciudad. A los pocos días, le pidieron al dentista que hiciera una demostración pública, pero esta vez con una cirugía en vivo.
Así fue cómo, un 16 de octubre de 1846, a las 10 de la mañana en el Hospital General de Massachusetts, Morton le aplicó éter sulfúrico como anestésico general al joven de 17 años Gilbert Abbot.
Una vez que el joven estuvo completamente dormido, el cirujano Collins Warren le extirpó un tumor cervical. Cuando el muchacho despertó, aseguró que no hacía sentido dolor alguno. "Caballeros, esto no es ninguna tontería", dijo Morton frente al asombro de los presentes.
Con la fama inmediata, el dentista intentó ocultar el verdadero nombre y la fórmula de la sustancia anestésica, patentándola como «Letheon», que en latín significa "olvido". Este fue el comienzo de una serie de litigios judiciales con uno de sus colegas, el profesor Jackson, quien lo acusaba de robarle el invento.
La historia cuenta que los honorarios de esta disputa judicial arruinaron la economía de Morton, sumiéndolo en la depresión.
Casi veintidós años después de aquélla genial demostración que se convirtió en el inicio de la anestesiología moderna, Morton falleció en julio de 1868, en la más absoluta pobreza, después de sufrir un ACV.
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