Diego, también ícono de la moda
La postal se volvió indeleble. Durante días, las calles de todo el país estuvieron plagadas de camisetas celestes y blancas. Algunas gastadas, otras sin número, también sin referencia a la marca y mucho menos al año de procedencia. No hizo falta, pocas prendas se pueden traducir de manera tan inmediata en un solo nombre. Y este es el caso: ver o vestir una casaca de la selección nacional significa "Maradona", acá y en cualquier otro lugar del planeta. Simboliza el triunfo ante los ingleses en el 86, es el discurso acongojado del "me cortaron las piernas", y el relato épico del chico impertinente que conquistó al mundo con una pelota. Así es que, la camiseta diseñada –y reeditada incansablemente– por Le Coq Sportif para el mundial de México, es quizás la más venerada por los argentinos y las argentinas de todos los tiempos. Lo mismo sucede con la del Napoli para los italianos, y –sin exagerar– para el mundo entero. Esas son las remeras del Maradona héroe de multitudes y de otras hazañas futboleras. Las del mismo joven que fanfarroneó con su tapado de piel de visón marrón, cuando el atuendo peletero era algo verdaderamente trendy. Hay que decirlo: Diego tuvo un estilo paradigmático, por momentos humilde y por otros hiperbolizado, tan contradictorio como él. Así como hubo un glosario "maradoniano" con vocablos y frases célebres, también hubo una vestimenta que lo caracterizó.
Desde ese niño con el equipo raído de Los Cebollitas, que soñaba con jugar un campeonato mundial, al director técnico de 60 años, con ropa deportiva full time, pasaron varios Maradona, y con ellos distintos modos de vestir casi tan imborrables como su juego. Está el retrato del ídolo ostentoso enfundado en las históricas camisas diseñadas por Gianni Versace. Las hubo en animal print, y las típicas con la emblemática medusa dorada y las estampas barrocas. Ese fue el look que lo definió en los 90, el que hizo extensivo a su propia familia y a la patria futbolera. Vaya recuerdo, el de las últimas semanas, cuando la propia Claudia Villafañe, vistió algunas de esas reliquias, en la versión famosa del programa Masterchef y además, en la cruzada, contó con el guiño fashionista del cocinero Donato De Santis. Otra de las imágenes grabadas a fuego, fueron las del faraónico casamiento celebrado en 1989 en el Luna Park, cuando Elsa Serrano, la modista del momento, fue convocada para diseñar el extravagante vestido de novia plagado de piedras y con una extensísima cola de organdí de seda natural. Serrano también se hizo cargo de las prendas para doña Tota, el cortejo y el jaqués negro y gris del astro. Y cómo no recordar su estadía en Cuba, la de un Maradona rindiendo culto al Che Guevara, con tatuaje incluido, la gorra verde militar de combate y el habano en mano. Ese, el excéntrico de los dos relojes, uno para saber la hora del lugar donde estaba jugando en ese momento y el otro para tener siempre presente la de su tierra. Fue tal la trascendencia, más allá del fútbol, que incluso ganó una mención en "Items: Is Fashion Modern?". El libro –a propósito de la muestra homónima que editó el Museum of Modern Art (MoMA) de Nueva York– lo destaca en sus páginas por sus aritos de diamantes reconfirmándolo como un ícono de la moda del siglo XX.
Musa de diseñadores
Durante la última década se lo volvió a ver a Diego, ahora mediatizado por las redes sociales, una vez más enfundado en prendas de Versace, para la misma época que demandó a la dupla italiana de los Dolce & Gabbana por usar su nombre sin permiso para una colección presentada nada más y nada menos que en Nápoles. También tuvo apariciones con ropa de County of Milan, la marca de indumentaria fundada por el argentino Marcelo Burlon.
Maradona no solo será recordado por su modo de vestir, sino que fue y será tema de contenido de creación para los diseñadores locales. Entre ellos, Jessica Trosman, fanática futbolera, hizo lo propio hace un par de años, cuando denominó "Diego" a una de las prendas que desarrolló para JT. Y Edu De Crisci, especializado en diseño deportivo, lo homenajeó en su última presentación, en sintonía con el sexagenario cumpleaños del jugador, logrando conjuntos con un singular parafraseo visual noventoso. Así, por mímesis o inspiración, el mundo seguirá sintiendo y vistiendo "maradoniano".