- -Te siento raro, ¿estás bien? –le preguntó Cecilia Cruces a su marido la tarde del 16 de noviembre de 2017.
- -Hace un tiempo que no estamos bien –le contestó.
- -Como me decís eso si hace dos semanas reservaste nuestras vacaciones –le dijo Cecilia, sorprendida.
- -Yo me siento confundido –argumentó.
"A veces, la vida te sorprende y es lo que me sucedió. De repente, todo lo que creía maravilloso se me derrumbó. Yo no podía creer lo que estaba escuchando, me puse muy mal, amaba profundamente a mi marido y hasta último momento él también me decía que me amaba. Lo demostraba de diferentes maneras diciéndolo por mensajes, en sus actitudes, enviándome canciones donde no dejaba de declarar su amor, no podía entender lo que me decía en ese momento", recuerda Cecilia de lo que pasó hace casi tres años.
Cecilia cuenta que, de pronto, se encontraba viviendo una pesadilla y que su primera reacción fue echarlo de su casa. Sin embargo, como el 10 de diciembre iba a ser el bautismo de su nieta, Constanza, decidieron esperar hasta el día siguiente para no arruinarle ese momento único a sus dos hijos: Joel (34) y Marco (23).
"Al otro día, justo cuando cumplíamos 24 años de casados, le pedí que se fuera y lo hizo a los tres días. Fue una situación extremadamente dolorosa, seguía sin entender muchas cosas, nunca habíamos tenido esa charla.
En varias oportunidades me echó la culpa de no haber luchado por mi matrimonio, pero sostengo que si él no se sentía bien a mi lado lo mejor era retirarme y que él pudiera ser feliz. No valía la pena humillarme a pesar del inmenso amor que sentía por él y el profundo dolor que me aquejaba".
"Pensaba que había sido un mal sueño"
Cecilia estaba atravesando un duelo y como si eso fuera poco, a los tres meses falleció su madre. "Son duelos distintos, pero duelos al fin. Y creía que de eso no iba a salir. Comencé terapia y traté de trabajar con mi psicóloga el tema para entender algo de lo sucedido. Lo pasé muy mal, sentía dolor, pensaba que había sido un mal sueño del que me despertaría pero no era así, fue encontrarme con la cruda realidad", confiesa.
En mayo del 2018 Cecilia y el padre de sus hijos comenzaron los trámites de divorcio que a los pocos meses terminó por concretarse.
Una inesperada idea para salir de ese triste momento
A los cuatro días de haber enterrado a su madre, cuenta, la llamó su querida amiga Elena (es dueña de un hotel en Chacras de Coria, provincia de Mendoza) para pedirle que le enviara fotos de las habitaciones de la planta baja de su casa ubicada en Las Heras, a unos 10 minutos de la capital mendocina.
"Me dijo que necesitaba habitaciones para Semana Santa y que mientras estábamos hablando le había enviado a un posible huésped las fotos y que vendría por tres noches a parar a casa, que tenía que prepararles el desayuno y atenderlos como si estuviesen en un hotel".
Ese jueves, casi sin tiempo de pensarlo, Cecilia recibió en su casa a Daniel, a Lorena y a sus dos hijas, una familia oriunda de San Rafael. "La primera noche lloraba en la habitación, no podía creer que había gente alojada en casa y cómo me había cambiado la vida de un momento para el otro". Sin embargo, a la mañana siguiente se levantó con otra cara, pudo conocer un poco más en profundidad a sus huéspedes y la experiencia terminó resultando satisfactoria. "Cuando se fueron me enviaron un hermoso mensaje que me ayudó muchísimo a seguir adelante con este nuevo emprendimiento".
El emprendimiento va creciendo
A los pocos días Cecilia recibió en su casa a Elton y a Isabel, un matrimonio brasileño que estaba haciendo un recorrido por varias provincias de la Argentina. Y, nuevamente, ambas partes terminaron muy conforme con la estadía.
"Hablé con mis hijos y, al principio, no estaban muy de acuerdo ya que la situación les daba miedo. Pensaba mucho en mi hijo Marco, que es el que vive conmigo, porque de alguna manera su vida iba a cambiar y perdería la libertad de sentirse cómodo es su propia casa".
Sin embargo, sus hijos entendieron que no solamente se trataba de una manera de trabajar y de ganar dinero para su mamá, sino que también le hacía bien socializar con gente de otros destinos y culturas.
"Vivo con todos y cada uno de mis huéspedes experiencias increíbles"
La casa, describe, consta de 300 metros cuadrados desarrollada en dos plantas. "Es de concepto abierto. En planta baja tengo living, comedor, cocina con comedor diario incorporado, toilete de visitas, lavandería, un dormitorio, un baño completo, un dormitorio en suite con hidromasaje con salida al jardín y quincho. En planta alta hay un escritorio con balcón, un patio de luz, dos dormitorios con terraza y un baño completo con antebaño. Gracias a Dios tuve la posibilidad de llevar a cabo este emprendimiento en lo que es actualmente mi hogar con la única diferencia de que también es parte de mi trabajo, me llena de orgullo poder realizarlo".
Elena, con la experiencia que ya tenía en la materia, fue quien la ayudó a Cecilia a inscribirse en una web de alquiler temporario que de a poquito fue recibiendo gente de varias provincias del país (San Luis, San Juan, Córdoba, Buenos Aires, Neuquén, Santa Fe, Misiones) como también turistas provenientes de Chile, EE.UU., Brasil, Rusia, Francia y Japón.
"Vivo con todos y cada uno de mis huéspedes experiencias increíbles, compartiendo el desayuno, el almuerzo o una cena y ellos contándome hermosas experiencias de sus viajes. En diciembre del año pasado me llegó un reconocimiento de la empresa donde mi puntaje es de 9.8, me hizo extremadamente feliz saber que valió la pena tanto esfuerzo. Obviamente que me ayuda mucho en la parte económica, pero también me sirve muchísimo en la parte emocional porque me impulsa cada día a mejorar para recibir de la mejor manera a mis huéspedes y que su estadía en mi hostel sea lo más placentera posible", se enorgullece.
Más proyectos
Además, aprovecha el hermoso y amplio living que tiene en la entrada de su casa para organizar (lo hacía hasta que arrancó la pandemia) diferentes tipos de eventos sociales donde, junto a una prima, cocina todo en forma casera, la atención es personalizada y la decoración cambia de acuerdo a la ocasión.
Hace un año, también, alquiló una casa en Chacras de Coria (a 20 minutos de la ciudad de Mendoza) que le permiten subalquilarla para realizar el mismo trabajo que lleva a cabo en su casa o también alquilarla en forma temporal.
"Hace muchos años estudié peluquería y siempre ejercí con amigas ya que mi ex marido no quería que me pusiera la peluquería porque nosotros viajábamos mucho. Así que ahora me ha ayudado mucho eso, también comencé a hacer turbantes para el cabello, bombones y sigo implementando cosas tratando de no quedarme sin hacer nada. Disfruto cada día lo mejor que puedo, hay días que caigo, pero vuelvo a levantarme", termina.
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