Dónde probar comida de Medio Oriente en Buenos Aires

Si el último hit gastronómico es la comida marroquí, Tetuán Brasero estuvo astuto. Abierto hace poco más de un año, ya desde su colorida fachada -con un mural realizado por el artista Cabaio Spirito-, supo captar la mística especial de los braseros de Marruecos.

Adentro, bajo un centenar de stencils del mismo artista, inspirado en detalles que recuerdan a la ciudad de Tetuán, y entre las paredes tapizadas con retazos de arpillera se puede degustar delicias del país africano con más influencias culturales bereberes y árabes. Para empezar o picotear, las papas rústicas ($90) están hechas al horno de barro en tres cocciones, lo que hace que tengan una textura crocante por fuera y la de un suave puré por dentro; también es delicioso el coliflor frito ($110). Los platos son abundantes y vienen con papas rústicas. También los podés acompañar con porciones para compartir de hummus y pasta de berenjenas ($100 la porción).

Para tomar hay ocho variedades de cerveza tirada (a $100, con Happy Hour de seis a ocho) y coctelería por el bartender Leandro Milán.

El dato: en Tetuán rige el autoservicio, hay mesa para compartir y un gran proyector que únicamente transmite partidos de fútbol. (¡Atentti para el mundial!).

Dónde: Ravignani 1780

Medios de pago: efectivo, débito.

Comida judía callejera a la barra. ¡Y a la vista! Nada más ni nada menos es la propuesta de Benaim, un restó de carta acotada que remite al deli judío pero en la zona de los restós de Palermo.

Esta vieja casona tiene la fuerte impronta que acompaña la gastronomía árabe/judía. Lo vintage y nostálgico convive súper bien con los collages y graffitis en una paleta de colores cálidos y ocres, que aluden a paisajes del medio oriente.

Entre los manjares, están el kebab ($160) o el falafel ($130), todos acompañados de pan de pita casero y papas fritas.

Hay platos como musaka (lasaña de berenjena con queso parmesano a $180), kippe ($140), hummus ($100) y la refrescante ensalada israelí con pepinos, tomates, rabanitos, cous cous, cebolla morada y frutos secos ($140). El sándwich veggie de la casa es el sabbich, hecho con berenjenas, con tomate, pepino, huevo, cebolla morada y alioli de berenjenas. Sale con papas y cuesta $140.

Hay cerveza artesanal de 7 colores, Degrott, Don Santiago de Ortúzar y Aldea en ocho estilos: Stout, Ipa, Honey, Pale Ale, Apa, Trigo, Red Ipa y Scotish ($100 / $60 en horario Happy Hour). Algunas de ellas se ofrecen desde su drink truck estacionado en su patio desde donde también se sirven cóceteles como Campari, Aperol Emilia Split y Cynar Julep. (Todos los tragos salen entre $120 y $140). Entre las bebidas sin alcohol podés elegir limonada con menta y jengibre y pomelada con romero ($110 el botellón).

El dato: la onda informal informal en estos grandes patios calefaccionados, con mesas comunitarias, son ideales para una reunión entre amigos.

Dónde: Gorriti 4015, Palermo.

IG: @Benaimba

Este restó hizo punta con la comida de Medio Oriente hace 16 años. David Khandjian, de origen armenio, e hijo de una madre y una tía cocineras, quiso homenajear los platos más deliciosos de su tierra, combinándolos con toques bien actuales. ¡La implacable Alicia Delgado le subió sus dos pulgares!

Ya de entrada quedás rendida frente a la panera, con panes de elaboración propia, con un leudado de 18 horas, entre los que están el clásico pan pita y el pan choreg, que se hace con una semilla traída desde Armenia. Para arrancar están las preparaciones típicas como el babaganush (berenjenas asadas, $115), laban (crema de yogur natural, $115), Ishly Kefte (keppe al horno, coliflor asado y cúrcuma, $190) y borek De Queso (queso ricota, sardo, almendras, nueces y emulsión de remolachas asadas, a $175), entre otras.

Después podés elegir entre los platos de cocina o los denominados “Sartenes” donde se destacan opciones como manté (barquitos de masa rellenos de carne picada, crema de yogurt, $275) o la pesca blanca (pesca de temporada, trigo burgol, emulsión de arveja y menta, $330).

¿El toque dulce? La pannacotta (con canela, piel de limón, almíbar de especias y cacao), el clásico baklava (rollitos con pistachos, nueces pecan, crema de yogurt, sirope de rosas y crocante de miel) y el konafah de kadaif (crema a dos cocciones, agua de azahar, masa kadaif y sirope de limón), entre otras.

El dato: de jueves a domingo e ofrece la lectura de la borra de café, una costumbre muy típica de Armenia.

Dónde: Costa Rica 5801

Frente a Plaza Francia y al cementerio de la Recoleta, este “kiosco” ofrece sus delicias de Medio Oriente para disfrutar al paso. Lleva el nombre de un barrio nuevo en Tel Aviv, Israel.

Hay falafel ($135) y kebabs ($145) servidos en pan de pita tipo sándwich o al plato acompañada con hummus. Podés elegir distintos toppings como ensaladita de tomate y pepino, repollos, pickles de cebolla, hierbas, tahini, yogurt griego con ajo asado y salsa de pimientos amarillos.

Para acompañar, hay chips de papas ($65) y un suculento plato de hummus ($110). El curioso – y riquísimo- helado de sésamo elaborado con nitrógeno líquido o torta de pistachos ($75 cualquiera de los dos).

Entre las bebidas se destacan las sodas caseras de pepino y albahaca o naranja e hinojo ($60). Además, té frío con menta ($50) y, claro, agua, gaseosas o cerveza.

El dato: Podés hacer tu pedido online desde su sitio web con tarjeta de crédito o débito.

Dónde: Junin 1795

Se instaló hace tres años como LA opción take out vegana para quienes trabajan en el centro.

En sus dos locales todo es de elaboración propia. Desde el pan hasta cualquiera de las opciones de su carta, como el sándwich de falafel ($105), el sabji de berenjenas ($95), el hummus ($95) o las ensaladas ($90).

Para acompañar hay ensaladas o papas fritas ($55). Y para tomar, la limomenta ($50).

El dato: los platos son aptos para celíacos.

Dónde: Suipacha 532, San Martín 545

IG: @veggiemedioriente

Verónica Najmìas arrancó hace cinco años con Shisvé (fonética del nombre de la cafetera, cacharro para preparar café a la turca), como forma de prolongar la tradición fmailiar gastronómica de su abuela Victoria. Ella vino a nuestro país desde Izmir, Turquía, junto a su futuro marido, escapando de la guerra. La cocina es turca sefardi o sefaradí, del gheto judío asentado en Turquía como parte de la huída del pueblo moro echado de España en época de la Inquisición.

Hoy, además de hacer catering para eventos, Verónica arma talleres de cocina en su casa del barrio de Florida. Son súper participativos y después de cocinar… ¡Se degustan las exquisiteces! “No se necesita experiencia previa”, aclara Verónica, “sólo ganas de cocinar y abrirse al mundo de la cocina sefaradí”. El valor de la clase de cinco horas es de $700 e incluye recetario, insumos para cocinar, almuerzo con tentempié, agua mineral, pan, copa de vino, café turco y el menú elaborado.

IG: @shisve