Dramático: el vórtice polar se parte en dos y hará un frío salvaje durante semanas

Un equipo de meteorólogos afirmó que se produjo un aumento de las temperaturas a grandes altitudes por encima del Polo Norte, donde el aire es tenue y gélido. Este evento, conocido como calentamiento estratosférico repentino, tendrá repercusiones significativas para el clima invernal en todo el hemisferio norte durante las próximas semanas e incluso los próximos meses.

Aunque el acontecimiento ocurre a 30 kilómetros de altura en el cielo y están desconectados del clima en el suelo, los eventos de calentamiento estratosférico pueden afectar el vórtice polar, que es una circulación de aire frío que rodea los polos del planeta.

Si el vórtice polar es fuerte y estable, como lo fue el invierno pasado en Estados Unidos, ese aire frío permanecerá reprimido sobre el Ártico, y las posibilidades de nieve pueden ser pocas y espaciadas en regiones como el Atlántico Medio y el Noreste.

Pero cuando el vórtice polar se debilita y oscila fuera del polo, partes de él pueden separarse y girar hacia el sur, afectando a Estados Unidos, Europa y Asia. Y eso es exactamente lo que comenzó a suceder, debido al pico de temperatura estratosférica.

Según informó The Washington Post, los meteorólogos aseguraron que este evento será inusualmente fuerte y tendrá profundas influencias en el clima de Estados Unidos y Europa, dónde se esperan tormentas de nieve que paralizarán todas las actividades y ráfagas de aire ártico que castigarán las ciudades. También habrá probabilidades de brotes fríos más severos en el norte de Europa y tormentas de invierno difíciles de predecir más allá de unos pocos días de anticipación en Norteamérica.

La división del vórtice afectará el clima

Para pronosticar con precisión cómo se desarrollará el clima invernal en los Estados Unidos y en otros lugares del mundo, los pronosticadores están tratando de averiguar cómo los eventos en la estratosfera se propagarán hacia abajo en la troposfera, la capa de la atmósfera donde ocurre la mayor parte del tiempo.

"Los eventos de calentamiento estratosférico son un desencadenante conocido, pero no garantizado, para desequilibrar el vórtice polar. Son provocados por un flujo ascendente de energía en forma de ondas atmosféricas a gran escala de la atmósfera inferior", aseguró Amy Butler, investigadora del Laboratorio de Ciencias Químicas de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica.

Ahora, la estratósfera está preparada para transferir energía a través de ondas atmosféricas que se mueven hacia abajo a la atmósfera inferior, donde puede ayudar a determinar qué áreas quedan enterradas en ventiscas mientras que otras ven condiciones suaves.

"Normalmente, los vientos en la estratosfera circulan de oeste a este alrededor del Polo Norte y alrededor de un área de baja presión. Pero el rápido calentamiento, del orden de los 30 grados en las últimas dos semanas que tiene lugar en el Ártico, provoca que esa zona de baja presión se rompa y que los vientos disminuyan. Los vientos incluso están listos para revertirse, lo que puede aumentar las posibilidades de que el clima estratosférico afecte las condiciones en la atmósfera inferior", dijo Butler.

El vórtice polar es sinónimo de frío extremo y nieve. Trozos del vórtice se rompieron y se arremolinaron hacia el sur durante el invierno de 2014, cuando Chicago se convirtió en "Chiberia" y nevadas intensas cayeron desde Washington hasta Boston. Otros eventos similares ocurrieron durante el invierno de 2010, que fue la temporada que más nieve se registró en la capital norteamericana.

Por lo tanto, la noticia de un crudo invierno que pronto puede ponerse en marcha, es motivo de preocupación para cualquiera que piense en una temporada helada para Estados Unidos y Europa. Y en este 2021, ante los desafíos que plantea la pandemia de coronavirus en curso y la capacidad demostrada que tiene para propagarse, la inquietud se vuelve bastante más grande.