Newsletter
Newsletter
 • HISTORICO

El Brote Urbano en Buenos Aires




Hace algunos días me consultaron cómo hacer compost y por lo que vi, hay bastante material en internet. Pero la cuestión se vuelve un desafío casi tan grande como el Ice Bucket Challenge si uno quiere copiar la receta en un espacio reducido o sin demasiada ventilación, algo que suele pasar en la ciudad.
Por eso hablé con Johanna Sapoznik, fundadora de "El Brote Urbano", un proyecto que nació de las ganas de compartir conocimientos sobre huertas orgánicas y crear conciencia sobre responsabilidad ambiental y sobre el sentido de comunidad entre los habitantes de la ciudad de Buenos Aires. Cuando le pregunté sobre la causa de semejante tarea me contó que su carrera de diseñadora web la había llevado a vivir primero en Nueva York y después en Israel, en donde en 2010 pasó cinco meses en el desierto con una comunidad en la que daban un curso de Ecología. Esa experiencia le cambió la vida y la forma de pensar acerca del planeta.
Durante ese tiempo aprendió a hacer casas de barro, aprovechar los neumáticos usados en la construcción, a diseñar una ecoaldea. También pudo ver el beneficio de las huertas orgánicas y aprovechar los aspectos de la permacultura, obtuvo un título de la ONG GAIA Education sobre diseño y manejo de comunidades. Dentro del programa Lotan, Johanna convivió con otros compañeros y se acostumbró a usar horno y calentador de agua solar y aprovechar los recursos de la naturaleza. Cuando volvió a Nueva York, sintió la necesidad de estar cerca de su lugar de origen y de sus afectos, la familia, los amigos, su gato siamés. Decidió que todo lo que había aprendido lo iba a aplicar en su ciudad.
-Un amigo budista en Nueva York me dijo que era muy fácil vivir conectado con uno mismo y con la naturaleza en el medio de un monte, el desafío era hacerlo en la ciudad. Yo creo que se puede mejorar la vida acá, y de hecho esa es la misión de El Brote, a través del trabajo en la huerta orgánica.
También piensa que es la manera de mejorar la relación anónima que tenemos en Buenos Aires y cuenta como ejemplo que algunas personas en Israel trasladan el concepto de comunidad a la ciudad: se organizan en un mismo edificio para pagar las cuentas de forma conjunta, hacer la limpieza, cuidarse los chicos, turnarse para usar los autos. Un ideal que parece lejano pero no imposible.
El Brote Urbano se compone de un grupo con diferentes ocupaciones e inquietudes, pero con el mismo objetivo. En los cursos se da la información y todo lo que se necesita para hacer una huerta. Semillas, una compostera. La idea es que armen la huerta clase a clase y que hagan sus consultas, intercambien experiencias y pensamientos, además les dan un espacio de contención para que pierdan el miedo de empezar con la huerta. Y los precios son accesibles para que todos puedan aprender.
Ya dieron clases en varios lugares, ahora lo hacen en el Colegio San Luis Gonzaga en Balvanera y comenzaron a hacer proyectos sociales, en el Centro de Salud Nº 19 en el Bajo Flores. Junto a otro proyecto, "La ciudad nos regala sabores", que informa en dónde se pueden encontrar árboles frutales, colaboran para que los chicos y adolescentes en situación vulnerable puedan aprender y alimentarse mejor.
-La huerta te conecta con la alimentación, a preocuparte por los ingredientes de lo que comprás, a tratar de evitar los agroquímicos. Uno hace lo posible para mejorar su alimentación, salud y calidad de vida. Empezás a crear un sentido de comunidad de manera diferente y de manera más sana, más colaborativa. Te conecta con el cuidado del medioambiente, a preocupar por la biodiversidad, por las abejas, las mariposas, las vaquitas de San Antonio, por los árboles. Es una puerta hacia un montón de cosas.
Johanna compartió algunas ideas sobre la forma de armar un compost en frío, que es lo mejor para preparar en un departamento, ya que no genera olor. Porque el objetivo de hacer un compost no es sólo usarlo como abono, si uno no tiene huerta o macetas, lo principal es no generar vectores de enfermedades y olores en la ciudad. Y si no queda bien terminado, siempre se puede poner en un árbol o darle a un vecino para que lo aproveche.
Se puede hacer de forma sencilla. Acá va un paso a paso:
1. Se pueden usar contenedores o tachos. Los de helado de nueve o diez litros son los más adecuados y se utilizan dos:
2. Un taladro servirá para hacer los agujeritos en la base de los tachos. La mecha debe ser fina para que no sean tan grandes, como la que se ve en la foto.
3. Entre quince y veinte agujeritos es suficiente, para drenar el líquido que se generará en la base.
4. Además, en el tacho de afuera hacer otros agujeritos alrededor de la parte inferior para crear una cámara de aire.
5. Encimar los 2 tachos de 10 litros, y agregar un contenedor para los líquidos. En este caso se usó un tacho de 5 litros. Los tachos van uno dentro de otro, el del medio, tiene que tener un agujero en la base para que salga el lixiviado (liquido que larga el compost). El último tacho es donde este líquido cae, cada tanto hay que chequear y vaciarlo porque si no se junta, se pudre la compostera. El agua tiene muchos nutrientes y le aporta nitrógeno, por lo que se usa diluida para regar las plantas.
6. La primera capa sirve para drenar, se puede usar piedritas o ramas, maderitas cortadas. En este caso se usó leca (arcilla expandida).
7. Separar los restos secos de los húmedos, por ejemplo, las hojas y colocar una primera capa de desechos orgánicos húmedos, pueden ser ramas y residuos. Las capas conviene que sean iguales y no más de cinco centímetros cada una, dos o tres es lo ideal.
8. Para colocar en el compost lo mejor es juntar los restos orgánicos en diferentes tachos, por ejemplo, en el tacho azul y en el tacho verde colocar los secos, papel, servilletas usadas, hojas de árboles, etc. Todo cortado en pedacitos.
9. Hacer una capa de material seco.
10. Luego una capa de material húmedo con la misma cantidad que se usó para la capa anterior.
Seguir haciendo capas, agregar una última capa seca y al terminar poner una capa de tierra, para agregar los microorganismos que van a ayudar a descomponer.
11. Tapar la compostera para evitar que entre agua cuando llueve y para que no atraiga moscas, ni animales si se deja al aire libre.
En cuanto a la materia orgánica se puede usar hojas secas de los árboles, cartón de huevos, pedacitos de cartones de los rollos de papel higiénico o de cocina, papel sin blanqueadores ni muchas tintas (el de revista no sirve porque está laminado y el diario tiene mucha tinta). También frutas y verduras que no estén cocidas ni condimentadas, té, saquitos de té o yerba. Los mismos elementos si están húmedos cuentan como húmedos y si están secos, cuentan como secos, por eso hay que separarlos o dejarlo secar. Si ya se tiene una huerta, las hojas obtenidas de la cosecha, por ejemplo, las de las zanahorias, se pueden dejar secar.
Entre los NO, no sirven ni carnes ni grasas, o servilletas manchadas de grasa, tampoco desechos humanos o de animales. En algunos procesos se compostan y todo lo que es orgánico vuelve a la tierra, pero en composteras chicas no conviene, porque se hace compost en frio.
Para completarse el proceso se tarda tres meses en verano por el calor, seis meses en invierno. Se puede usar la lombriz californiana pero tiene que ponerse en un compost de diez días. No es la misma lombriz que la de tierra, lo que hace la lombriz californiana es multiplicarse y acelerar el proceso porque termina de digerir la materia orgánica. En cambio la de tierra airea la tierra al comerla pero no sirve para el compost.
No conviene usar tanta yerba ya que al descomponerse es acida, y no a todas las plantas les gusta el suelo ácido, pero sí a las azaleas. Entonces se puede hacer un compost con yerba específico para azaleas.
Tampoco es necesario revolverlo, aunque algunos prefieren hacerlo, lo que se logra es darle aire. Si tiene moscas significa que está demasiado húmedo, si tiene hormigas está muy seco. Entonces hay que equilibrar con su opuesto.
Bueno, eso es todo por ahora. Espero que se animen a hacerlo. Agradezco por su tiempo a Johanna Sapoznik y a toda la gente de "El Brote Urbano" por el trabajo que están haciendo en la ciudad.
Para tener más información, pueden comunicarse con ellos.
Equipo de El Brote Urbano

Equipo de El Brote Urbano

Página de "El Brote Urbano": www.elbroteurbano.com
A mí me encuentran en kariuenverde@gmail.com
¡Les mando un abrazo enorme!
Kariu

¡Compartilo!

En esta nota:

SEGUIR LEYENDO

La vida en verde se termina, la energía se transforma

La vida en verde se termina, la energía se transforma


por Karina Ocampo
Tapa de revista OHLALÁ! de abril con Gime Accardi

 RSS

NOSOTROS

DESCUBRÍ

Términos y Condiciones


¿Cómo anunciar?


Preguntas frecuentes

Copyright 2022 SA LA NACION


Todos los derechos reservados.